martes, 5 de junio de 2018

El Partido Nacionalista Vasco, ese partido que va dando lecciones de lealtad, desde el cinismo.



El PNV, después de haber traicionado al PP votando a favor de la moción de censura presentada por el PSOE, teme que desaparezca la partida de algo más de 500 M de € en infraestructuras que figura en los Presupuestos Generales del Estado para el País Vasco. Dicha partida la negociaron con el PP a cambio de su apoyo a los presupuestos. Ahora, el PNV anda poniendo cara de póker, afirmando, que no castigan al PNV retirando la partida, que castigan a los ciudadanos vascos. Es al revés: los ciudadanos vascos tendrían que afear al PNV su deslealtad, porque es el PNV el culpable de semejante castigo. 

Es como cuando a uno se le escapa un pedo y le echa la culpa a otro. El problema del PNV es que no se le escapó, se echó el pedo en público, desde la tribuna del Congreso de los Diputados, y puso el alma en ello: lo oyeron todos los legisladores, y todos vimos a Aitor Esteban regodearse por la tele. Me lo echo, no me lo echo…, me lo echo. Pues bien, después de echárselo, les están diciendo a los vascos, que el del pedo ha sido el PP.

Poniendo al PP en el punto de mira de los ciudadanos vascos, están afeándole al PP su venganza. Encima, los del PNV no entienden que los del PP se hayan enfadado con ellos. ¡Vamos!, como la madre de Gila, que cuando se encolerizó la mujer del boticario con los mozos del pueblo por matarle al marido, le dijo: “si no aguanta bromas, ¡váyase del pueblo!”

Desde su fundación, los peneuvistas de Sabino Arana fueron antiespañoles, y pronto, se pusieron al servicio de los enemigos de España, al servicio de la CIA, y recogiendo las nueces de la banda ETA (ya he dicho en alguna ocasión, que detrás de tantos muertos, hay un plan para hacer de las provincias vascas una pequeña nación en honor al santo Ignacio o Iñigo); lamentablemente, los enemigos históricos de España hoy gobiernan el mundo desde la sombra. Por eso van tan tiesos los gerifaltes del PNV, pero por más tiesos que caminen, no dejan de ser unos redomados felones. Han traicionado al PP, y a los españoles de bien, y no porque hayan echado a Rajoy del gobierno de la nación, sino porque su perfidia (su pedo) nos ha puesto a los españoles a las puertas de una nueva guerra civil, de la mano de unos partidos que son enemigos de España, y que conforman un nuevo Frente Popular. Aberración que consienten nuestras leyes, en nombre de no sé qué derechos. Ninguno de esos partidos tendría que estar legalizado. Un Frente Popular no debería preocuparnos, porque sería de esperar, que cada uno de los partidos que lo conforman fuera por su lado, el problema viene cuando detrás de todos esos partidos hay un solo mentor, tipo Soros, al servicio de esa aristocracia negra que gobierna el mundo, porque, si es así, irán todos a una, engrasados con abundante financiación. 

El momento es clave, y puede servir para que el independentismo catalán recupere todo el terreno perdido, acelere el proceso de independencia, y se inicie otra guerra civil.

La traición del Aitor Esteban y su cuadrilla (al que ya han bautizado como Traidor Esteban) es como la de Judas Iscariote. La diferencia, que Judas acabó con cierta dignidad, y estos por el contrario, a risotadas en el batzoki, ahogando sus escasos remordimientos en la sociedad, delante de un chuletón sangrante o de una tortilla de bacalao, para guardar la dieta.

Los políticos del PNV se han acostumbrado a parasitar al gobierno central, en lugar de vivir de la actividad económica de su región (una región, las Vascongadas, que vive del pufo en cuestión de tributos). En sus ansias de acabar con el anfitrión (el gobierno de Madrid), se les nubla el entendimiento, y no reparan, en que si acaban con España, se suicidan. ¿Quizás se compran las Elóseguis pequeñas y no les circula la sangre por la cabeza?

España: que Dios te ampare de semejante tropa, y a nosotros, justicia, firmeza y honor, contra tanto traidor.