jueves, 30 de junio de 2011

José Luis: Tiempo habrá de ajustar las cuentas te.


En las pasadas elecciones municipales, ETA ha vuelto a las instituciones y puede volver a financiar sus repulsivos fines con los impuestos de todos los españoles. No hay ningún otro país en el mundo como el nuestro, donde las víctimas financien con sus impuestos a los terroristas que las asesinan. Este despropósito ha sido posible, gracias a la decisión de un Tribunal Constitucional sin honor, donde seis marionetas disfrazadas de jueces, refrendaron la decisión política previa de un gobierno desquiciado y felón. Lo negarán 1000 veces, pero mentirán siempre.
El señor Arzallus, que ha vivido parasitando a todos los gobiernos democráticos españoles, no ha dudado en decir que España ha perdido la guerra contra ETA. Los españoles no hemos perdido la guerra contra ETA, Sr. Arzallus, los españoles no estamos en guerra contra nadie -nuestro gobierno es otra cosa, que ha mandado tropas a Afganistán-, nosotros hemos sufrido una infección en nuestro propio territorio, porque nuestros gobernantes, traicionando a su país, han desatendido las defensas y algunas bacterias malignas que convivían entre nosotros se han apoderado de algunas instituciones democráticas en las Vascongadas, con el consentimiento del gobierno central. 
No cante victoria tan pronto, no vaya a necesitar en cualquier momento que esa España a la que cada día contribuye a quebrar, tenga que salir en su defensa, cuando la ETA y sus organizaciones le echen mano y pongan en peligro su vida y su hacienda. Lamentablemente, el cuello se lo cortaran antes a otros, que usted ... Lecciones dieron muchas en la pasada Guerra Civil sus correligionarios ¡eso sí!, de cobardía.
España es de todos los españoles, y ningún grupo, por grande que sea su número, puede apoderarse de una parte del territorio nacional e independizarse. Ahí están las leyes del Estado de Derecho para imponerlas por la fuerza en juzgados y tribunales, y si eso no basta, ahí están las Fuerzas de Seguridad. ¡Eso sí!, siempre que las maneje un gobierno valiente que tenga muy claro lo que significa la palabra España y sepa lo que significa ser español. Que el gobierno actual ni lo sabe, ni lo quiere saber. Los gobiernos venideros tendrán que cumplir sus obligaciones con total lealtad a esta gran Nación a la que deben servir, Nación que por obra de traidores y acomplejados, a punto está de desaparecer.
Nos queda mucha labor por hacer si queremos que la infección no vaya a más: hay que echar del poder a estos traidores que nos gobiernan, y después, tapar la brecha que han hecho en el Estado de Derecho, echando a todas las organizaciones independentistas de las madrigueras públicas. También habrá que plantearse si nos conviene a los españoles seguir consintiendo que haya partidos independentistas democráticos en nuestro régimen político, dado que en treinta años de democracia sólo se han dedicado a conspirar para destruir la Nación. Si quieren que contemos con ellos, habrá que empeñarse en exigirles lealtad y limpiar a fondo aquellos rincones de España que han sido ensuciados por el independentismo y poner en su sitio a la lengua española -arrinconada y vilipendiada por los políticos nacionalistas con la ayuda y comprensión acomplejada del gobierno central- reponiendo en su lugar todos aquellos valores que nos unen.
Son muchos los enemigos que en el pasado quedaron resabiados, porque nuestros padres y abuelos no permitieron que España cayera en la órbita comunista; son los mismos que no perdonaron a nuestra nación, que se levantara contra los ejércitos de Napoleón que traían una revolución masónica radical que pretendía acabar con los valores cristianos. Esos mismos enemigos pretenden en nuestros días disgregar España y destruir sus valores.  Pero esta vez el enemigo no está fuera, ha estado presidiendo el Gobierno de España, y en los 7 años que lleva gobernando, ha conseguido imponer sus antivalores y a punto está de romper la Nación. La Nación a la que me refiero se llama España, y su peor enemigo, por más que en estos días le dé por lloriquear, presumiendo de amor y lealtad a España y a lo español, ha sido y sigue siendo, José Luis Rodríguez Zapatero.
Si queda algo de justicia detrás de él, debería acabar procesado. Son muchas las interrogaciones que hay sin contestar, sobre la honorabilidad de su gobierno, sobre cómo consiguió el poder y cómo se ha mantenido en él y sus devaneos con la ETA. Han apresado a muchos etarras, pero qué fácil lo han tenido para salir de la cárcel y escapar. Por sus hechos los conoceréis, que no por sus palabras: ahí está la ETA entrando en la diputación de Guipúzcoa y en cientos y cientos de ayuntamientos; ahí están escapando muchos ciudadanos vascos al resto de España, porque no se fían.
Ha intentado destruir nuestros valores, sustituyéndolos por anti valores. ¿Un experimento social?, ¿obedeciendo a quién? No será fácil olvidar ni perdonar sus tropelías ¡Han sido muchas!


sábado, 25 de junio de 2011

Don Josu Kastaña y otros de su Kalaña.

La entrevista que nunca se produjo:
Al no entrevistado le gusta que le llamen Josu, el nombre que inventó Sabino Arana para que a ningún vasco le llamaran Jesús; se acompaña también del nombre de Iñaki, otra fechoría del tal Arana, que vasquizó el nombre del sacerdote Ignacio, sin caer en la cuenta de que el nombre de pila de aquel Santo era Iñigo. El complicado primer apellido que ostenta el no entrevistado, no hace mucho estaba lleno de “cc”.
El no entrevistado es un destacado representante de un partido vasco que pasa por ser católico y tradicional. Pero en el mundo de la mentira, quien presume de algo suele andar alejado de lo que dice. En este caso, presumiendo de respeto a la tradición y  de principios religiosos, aceptan nombres recién inventados para llenar la farsa de Euzkadi, el nombre con el que tapan el de Vascongadas. También olvidan la religión y pierden cualquier principio, si a cambio obtienen alguna ventaja en favor de su independencia o algún incentivo material.
Les estamos pagando a él y a muchos como él un buen sueldo como parlamentarios españoles, sabiendo que se desviven por destruir nuestra nación y que se alegran de nuestras desgracias. El y los suyos dicen no sentirse como tales, pero no desprecian nuestro dinero, que intentan multiplicarlo como sea. Curiosamente, él y los suyos, si fueran independientes, nunca nos darían representación en su parlamento. No lo harían; no son estúpidos. Y si alguien en su parlamento se manifestara en los términos que ellos lo hacen en el nuestro, los perseguirían y los echarían sin contemplaciones. Ahí estamos nosotros, defendiendo a hermanos y compatriotas, dispuestos a sacarnos las entrañas a nosotros para quedarse con un trozo de la casa común. Hacen creer a sus hijos que viven en un país ocupado, cuando no ha sido nunca así. Por no pagar no pagan ni el alquiler, agraciados con leyes fiscales injustas.
Cumple el no entrevistado con la tradición de haber estudiado en Deusto. De ese nido siguen saliendo muchos políticos que llenan los grandes partidos. Todos acaban entendiéndose en nuestro perjuicio. Si alguien con mucho poder dejara alguna vez sin trabajo a todo aquél que haya estudiado en Deusto, seguramente cometería una grave injusticia, pero salvaría a España y acaso al Mundo de otra injusticia mayor. 
-          (P) ¿Alguna vez le había sido tan rentable negociar una abstención?
-          ... (después de contestar... risitas).
-           (P) ¿Usted como representante en el Congreso se siente español?
-         
-          (P) ¿Es usted consciente de que el señor Zapatero, cuando negocia para sacar adelante sus despropósitos, el dinero sale del bolsillo de todos los españoles?
-         
-           (P) Usted y su partido aparentemente valoran mucho la tierra en la que viven y buscan su independencia; a muchos no nos importaría ponerle precio. ¿Estarían dispuestos a sacrificarse y pagar por ello?, ¿en qué moneda estarían dispuestos a pagar: sólida o líquida?
-         
-          (P) Si obtuvieran la independencia de las provincias vascongadas, ¿serían capaces de convivir con el socialismo que hay detrás de ETA? Si ello no fuera posible, ¿pedirían la ayuda de España para salvar sus vidas?
-         
-          (P) En ese hipotético caso, ¿entenderían que el ejército español aplastase a los etarras y castigara a sus cómplices?, ¿entenderían lo contrario: que España hiciera oídos sordos a su llamada de auxilio?
-          
-       (P) ¿Cómo valora el hecho de que muchos guipuzcoanos, desde que manda Bildu estén haciendo las maletas para salir de San Sebastián?
-     ...


viernes, 10 de junio de 2011

Alemania no termina de encontrar el foco de la bacteria mutada de E. coli


Dice un conocido periodista, que él no cree mucho en las conspiraciones, no porque no las haya, sino por la gran cantidad de idiotas que hay por metro cuadrado, que las hacen innecesarias. Está convencido, de que los efectos que origina la idiotez son mucho más perversos y peligrosos que los que provoca cualquier conspiración.
Las 30 muertes producidas por la bacteria E. coli en Alemania podría ser el ejemplo supino de esa idiotez, personificada en algunos de sus políticos. Y aún pueden dar gracias los alemanes, que de haber tenido un sistema de salud menos desarrollado, el número de víctimas se hubiera multiplicado por muchos dígitos. ¡Claro! En otros países, pueden producirse casos similares y nadie se entera.
Comenzaron diciendo que la bacteria estaba en los pepinos españoles, luego en los brotes de soja, y ahora lo achacan a los brotes frescos en general. Pruebas tangibles no tienen, pero siguen remachando el mismo clavo.
Resulte lo que resulte, es un caso muy parecido al acontecido en España hace 30 años con el mal llamado “Síndrome Tóxico”. Aquí comenzó la estupidez en un ministro llamado Jesús Sancho Rof, que dijo que la causa de la epidemia era un bichito tan pequeño, que si se caía de la mesa se mataba; (el lumbrera en cuestión era Doctor en Ciencias Físicas por la Complutense y Catedrático de Óptica y Estructura de la Materia) lo que demuestra que los estudios universitarios no corrigen la idiotez; continuaron con múltiples elucubraciones hasta que encontraron el aceite de colza, y a él se agarraron. Nuestras autoridades (las de UCD y las socialistas cuando entraron) nunca aclararon la causa del envenenamiento, y por ahí siguen las garrafas de aceite de colza intervenidas, engordando a las ratas de los laboratorios cuando algún pardillo intenta estudiar sus efectos.
Los efectos colaterales de aquel envenenamiento masivo, aparte de las 25000 víctimas inocentes, fue la desaparición de la Unión de Centro Democrático. Sí, llevaban bastante tiempo con rencillas internas y el golpe de Estado del 23 F les hizo mucho daño, pero estoy convencido que fue la pésima gestión del envenenamiento lo que les hizo desaparecer del arco parlamentario. El PSOE ganó las elecciones en 1982, y no hizo ni un tantito así para aclarar el envenenamiento masivo. Aunque hubo protestas, nadie pensó que pudiera haber algo más que estupidez y avaricia detrás de tanta muerte.
Tuvieron que ser dos médicos los que dieran con la verdadera causa y probaran, tanto la causa (una singular mezcla de plaguicidas), como el tratamiento a aplicar a los enfermos. Oficialmente, siguen sin reconocerlo y fue la revista “Cambio 16” la que en 1984 –tres años después del primer caso- publicó un extenso informe que removió algunos cimientos, aunque todo se volvió a tapar. Dinero de por medio, su director, José Oneto, acabó siendo despedido.
En Alemania, los efectos colaterales de la epidemia también se verán en las próximas elecciones, sobre todo, si continúan sus políticos dando palos de ciego y no ofrecen a la sociedad alemana explicaciones creíbles sobre las causas de la epidemia. Las bacterias tienen cambios y mutaciones en el medio natural, pero un comportamiento tan destructivo, siendo posible, no es asimilable, sobre todo, cuando no son capaces de detectar el foco de infección de la bacteria asesina, que sería lo único que podría explicar cómo ha mutado con tanta malignidad una bacteria como la Escherichia Coli. Formando parte de esos 10 kg. flora intestinal que nos permite vivir, algunas de sus cepas nos llevan provocando diarreas más o menos moletas o peligrosas desde hace millones de años.