sábado, 9 de enero de 2021

LA MASA QUE SE CREE LA MENTIRA DEL COVID

 



Los convencidos del COVID y los que piensan en la bondad de su vacuna, me transmiten ingenuidad  y pena. Más que nada porque son familia. Si no lo fueran, los mandaría a tomar viento. Alguno hasta me intenta convencer de mis errores ¡Ojalá tuvierais razón en lo que habláis! Lamentablemente, las cosas no las complicamos los conspiranóicos, siempre son complicadas, y en este caso lo son más aún. Los que están causando el mal han conseguido dividirnos: vosotros en vuestra mayoría, pensando que somos unos lunáticos, y nosotros desde nuestra soledad, pensando que hay que ser muy inocente para que no os deis cuenta del engaño. Y en esto no valen los títulos, porque en ambos bandos hay catedráticos e iletrados.

No se puede confiar como lo hacéis en la postura oficial ante el COVID o la COVID, cuando todos los medios de comunicación, unánimemente, llevan cerca de un año lavándonos el cerebro las 24 horas del día, hablándonos de un bicho salido de China, y ahora de una vacuna extraña que nos quieren obligar a ponérnosla sin haberla experimentado antes en animales (estas empresas no la han experimentado, pero otras lo hicieron con anterioridad y abandonaron, porque los animales inoculados, al enfrentarlos a enfermedades estacionales, morían). Curiosamente, no está siendo fabricada por las grandes empresas tradicionales que se dedicaban a hacer vacunas (la GSK y la Merck), sino por dos empresas como Pfizer y Moderna, relacionadas con Soros, con Fauci, y con Wuhan. Como curiosidad, el presidente de Pfizer, Albert Bourla, se deshizo en noviembre pasado de 132.508 acciones de su empresa, aprovechando la subida en bolsa. Si los pronósticos eran tan favorables como la prensa anunciaba, ¿por qué las vendió? Muy fácil, porque esperaba un fuerte batacazo, cuando los inoculados se enfrentarán a la gripe estacional.

Ni la demolición de las Torres gemelas de Nueva York en el 2001, ni el 11M en el 2004 en nuestro país, merecieron tantas horas de telediario, además de todos los programas relacionados con la información, machacando y machacando en el mismo COVID. Mientras tanto, una sospechosa unanimidad, sin ninguna voz discordante en los medios de comunicación tradicionales de prensa, radio y televisión, más la mayoría de las digitales. ¿Alguien ha visto algún programa en el que se confronten las distintas posturas de la ciencia? La ciencia es discusión, pero nos sacan siempre a los mismos, intentando convencernos de las bondades de la postura oficial. Además, cuando los científicos oponentes publican algo, los censuran. Youtube, Facebook y Twitter personifican en este momento a la censura más radical, cerrando o suspendiendo cualquier cuenta por un comentario discrepante. ¿Dónde están los otros científicos o ya no lo son porque discrepan de sus colegas colaboracionistas?, ¿no es para sospechar?

Para el 94% de la población española parece ser que no. Está tan conforme. Como si hubiera vivido situaciones parecidas a ésta en el pasado.

Hay un dicho ruso que define muy bien a la mayor parte de la humanidad: “Las ovejas se pasan la vida temiendo al lobo, pero quien se las acaba comiendo es el pastor”.

El pastor nos está diciendo que ha venido el lobo, que nos pongamos la mascarilla en todas partes para que no se nos coma; que no salgamos de casa más que para lo imprescindible; que no nos relacionemos con la familia, ni con los amigos; que no entremos a los bares y restaurantes, si acaso, en las terrazas; que no viajemos que es peligroso… y un largo etc. de prohibiciones, que de hecho suprimen nuestros derechos constitucionales.

Las ovejas aterrorizadas, enfrentándose a las cabras que no se ponen la mascarilla o que no guardan el metro y medio, aunque caminen solas por la calle, o que pretendan hacer una vida normal, reuniéndose con familiares y amigos. ¡INCONSCIENTES! Las cabras son las culpables de que se nos coma el lobo ¡No salgáis de casa! ¡No viajéis! ¡No viváis! Que   ha habido    muertos… Y el comentario más pronunciado por las ovejas desde el pasado verano: “A ver si sale la vacuna y se acaba esto”. ¡Ingenuas! Nos están diciendo en nuestras propias narices los pastores que van a imponer un “Nuevo Orden Mundial”, por lo tanto, si pueden y se lo permitimos, nos impondrán una nueva forma de vida a quien sobreviva a sus planes, que no son otros que reducir la población mundial de ovejas y cabras. Esclarecedora la profesora Dolores Cahill (Profesora Dolores Cahill: Efectos adversos de la vacuna ARNm (odysee.com)).

Dejo a un lado a las ovejas, como imagen de sumisión y obediencia, y a las cabras por rebeldes, para continuar con las personas.

Sí. Hubo muertos en marzo y abril. La mayoría ancianos que vivían en residencias. Alguna vez, esas fuerzas policiales que celebran su fiesta el día 2 de octubre en honor a sus patrones los santos Ángeles Custodios tendrán que investigar lo que pasó y ponerle nombre y apellido a los culpables, lo mismo que la Guardia Civil en el medio rural, porque se han cometido delitos muy graves, y que lo hagan con el mismo ímpetu con el que imponen multas por no llevar mascarillas o por hacer fiestas o viajar, saltándose los confinamientos perimetrales impuestos por políticos traidores a sus ciudadanos. Y no excluyo a ningún partido.

De momento, se sospecha que una de las responsables de la muerte de nuestros ancianos ha sido la vacuna de la gripe denominada Chirómas, vacuna que suministraron a las residencias en 2019. La fuente son los estudios realizados por buenos profesionales del hospital de Barbastro que aconsejaron tirar de ese hilo, al detectar polisorbato 80 en el coadyuvante MF59 de la vacuna inyectada a los ancianos fallecidos; también se sabe, que muchos de los ancianos de las residencias quedaron confinados, desatendidos y aterrorizados en sus habitaciones (se conoce la buena labor de los llamados medicamentos placebo, pero también se sabe de lo perniciosos que pueden ser los llamados nocebos en personas a las que se trata como apestados y se les dice que lo suyo no tiene cura); se supo, que en algunos casos no se les dio la medicación que necesitaban para sus dolencias, y que la única medicación que les proporcionaron a las residencias por parte de la Sanidad era morfina (algo que se usa como paliativo en los casos terminales para calmar el dolor). Lamentablemente, tiene como efecto secundario acelerar la muerte, pues el cerebro deja de regular las funciones vitales del cuerpo). ¿Se pedirán responsabilidades a ese vicepresidente del gobierno y a quien sea? Eso espero.

Muchos de los que murieron en los hospitales padecieron los protocolos erróneos que impuso la OMS sospechosamente. Fueron los forenses italianos los que se dieron cuenta, cuando comenzaron a hacer autopsias en secreto, porque se había ordenado no hacerlas a los fallecidos de COVID. También debería investigarse. Y ya de paso, que se investigue el uso indebido de recursos públicos en muchos hospitales, que cuando llegó el buen tiempo y desaparecieron las muertes del llamado COVID, los llenaron de positivos asintomáticos que no tenían ninguna dolencia, para cobrar las ayudas por COVID que se publicaron en el BOE de 17 de junio pasado.

Otra de las causas: José Luis Sevillano Rodríguez es un médico español que trabaja en el sur de Francia, en una zona rural con una población muy dispersa. Este médico de pueblo estaba extrañado porque los síntomas de COVID excedían a los propios de cualquier enfermedad respiratoria viral, y comenzó a relacionar los casos de COVID con las antenas de telefonía móvil por un hecho casual. Él acostumbraba a poner banderitas de colores cuando tenía contagios, para localizar a sus enfermos en el mapa del territorio donde trabaja: negras a los enfermos fallecidos, etc. Se dio cuenta, de que los que se le habían muerto de COVID vivían muy cerca de las antenas, y que los que habían caído enfermos y no habían muerto vivían un poco más alejados de las antenas. Inmediatamente, revisó los libros y comenzó a tratarlos como a enfermos expuestos a radiaciones no ionizantes, pues sus síntomas coincidían totalmente. Los enfermos que trató mejoraron, pero los que volvían a sus viviendas enfermas volvían a recaer. En fin… Se le abrió una luz, y pudo aconsejar a los que tenían por costumbre pasear o cazar por las inmediaciones de las antenas, que no lo hiciesen.

No es incompatible la vacuna con la radiación, ya que se solapan. La radiación hace de catalizador o acelerador de la enfermedad en los vacunados. Si alguno queréis profundizar con buen ánimo, hay estudios al respecto de médicos, biólogos e ingenieros interesados en buscar el origen de la enfermedad, que en este momento son más que teorías.

Hay quien añade a la ensalada, metales pesados y otras sustancias químicas que estarían añadiendo a las vacunas. También nos estarían fumigando, cosa más que evidente, cuando se observan cielos sucios de estelas que no se disipan (lo que sueltan los motores es vapor de agua, que puede tardar más o menos, pero debería desaparecer). Estarían aplicando nuevas tecnologías como los nanobots y otros ingenios, pero en lugar de utilizarlos para curar, que es para lo que se idearon, los estarían utilizando para nuestra perdición. Los nanobots se crearon para los diabéticos.

Pero entonces, ¿existe o no existe el virus asesino? El virus al que aluden como SARS COV2 es uno más de una familia de la que se conocen más de 60 virus. El cuerpo humano los sufre como un catarro leve. El hecho de que Trump cortara la investigación con semejante virus en una universidad americana, hizo que el famoso Fauci (un individuo que también estuvo implicado en el genocidio del VIH) llevara a China la investigación a través de Canadá, para conseguir hacerlo letal. Se ha sabido por informaciones filtradas por el MI6 inglés, que un técnico del laboratorio de Wuhan dejó el virus en la ventilación del mercado, dentro de un trozo de hielo seco para que se fuera liberando poco a poco (esta información ha quedado restringida a los pocos privilegiados que tuvieron acceso a ella). China acusó a los EEUU, diciendo que habían sido los soldados americanos los que habían propagado el virus en unos juegos militares que tuvieron lugar en Wuhan, pero no tenía ninguna credibilidad. La liberación del virus en el mercado de Wuhan fue un fracaso, así que pasaron al plan B: radiaciones 5G a toda potencia (en Wuhan el sistema 5G estaba totalmente desplegado), e inoculación del virus en los hospitales a los afectados de radiación que acudieran con síntomas leves, para provocarles el contagio por exceso de carga viral (los médicos creerían que estaban aplicando el protocolo tratando a los enfermos con antivirales). Fuentes del MI6 y de la CIA presentes informaron de más de 2 M de muertos en la ciudad de Wuhan, que tenía unos 11M de habitantes. El gobierno chino sólo informó de 40.000 muertos. Este hecho genocida provocó fuertes tensiones dentro de la cúpula del Partido Comunista Chino, dividido en familias, con fuertes vaivenes e intentos de purgas.

El caso es que propagaron la noticia de que el virus se estaba extendiendo por el mundo con un comportamiento muy curioso: pasó al Norte de Italia, a España, a EE.UU., al resto de Europa... y mientras en África no hizo acto de presencia, en algunos países tuvo una incidencia tremenda (el caso de San Marino fue singular, por el índice de fallecidos en una república con alto nivel de vida). En España se ha sabido recientemente, que la ciudad de Segovia (https://www.antena3.com/noticias/salud/segovia-ciudad-real-registraron-mayor-porcentaje-muertes-coronavirus-primera-ola-pandemia_202012105fd2591d31f14400012a251f.html) y la población manchega de  Talavera de la Reina (https://www.abc.es/espana/castilla-la-mancha/toledo/talavera/abci-confirma-98-muertos-coronavirus-area-sanitaria-talavera-incluye-cerca-100-municipios-202005201911_noticia.html?ref=https:%2F%2Fduckduckgo.com%2F) habían tenido el triste honor de hacer de ciudades piloto en la nueva tecnología 5G. honor que pagaron con dolor, con un elevado número de fallecidos que asumió el virus. Las pandemias se extienden como manchas de aceite, no respetan fronteras, pero este virus se ha cebado especialmente en aquellos países donde la tecnología de los móviles estaba desplegada, y no sólo por el 5G. Se sospecha que tiene más que ver con la tecnología China suministrada por las empresas de ese país a las operadoras de móviles que con el 5G. O sea, que las empresas de móviles no tendrían arte ni parte en los ataques a la población desde sus antenas, muchas de las cuales han ardido por sobretensión a horas intempestivas, cuando la gente no hablaba por teléfono. Donde ha ocurrido, se ha culpado a grupos extremistas contrarios al 5G. Cosa imposible, porque hubieran ardido desde la base o hubieran sido derribadas utilizando discos para cortar metal.

Todo esto está documentado, pero no por un telediario, que es lo único que algunos aceptan como prueba, cundo los medios han resultado ser una fuente inagotable de mentiras para aterrorizar a la población mundial. Cuando se comete un genocidio no se pregona: el autor se esconde y es muy difícil de probar su autoría. Son los hechos los que lo delatan. Los autores responsables de propagar la falsa pandemia para amedrentar y someter a la población a su Nuevo Orden Mundial son una élite conocida como el Cabal de la que la mayoría de vosotros no habréis oído ni hablar, pero que llevan muchos años conspirando desde el poder, en favor de su Señor Satán y de ellos mismos. No hay otro grupo mafioso en el mundo que tenga en mente llevar a cabo planes similares. Aunque en Oriente hay grupos parecidos, ninguno busca que la mayoría de la población mundial o de su territorio perezca.