jueves, 29 de julio de 2010

Conciudadanos: Aún estáis a tiempo de rectificar


El desarrollo constitucional que tenemos en España nos ha llevado a un régimen de libertades que pueden igualarse con los países más desarrollados del mundo. De ese régimen de libertades, participáis también los catalanes sin ningún tipo de trabas por parte de las autoridades del Estado; si los catalanes tenéis trabas, que las tenéis, vienen de vuestro propio autogobierno, que se mete en todo.
La escusa para protestar, el Estatuto catalán; la escusa para prohibir los toros, el sufrimiento de los animales. Detrás de todo, la independencia y el miedo al sentimiento español, que, como demostró la Selección Española de Futbol, es más fuerte de lo que creían los nacionalistas. Luego vienen las justificaciones de los políticos socialistas, amparados en la libertad de voto. Está bien la libertad de voto si se hace siempre, pero cuando se hace por interés político, para quitarse responsabilidades, no es aceptable. Si esa votación no hubiera estado amañada, no la hubieran hecho. Tampoco la recogida de 150 mil firmas justifica la decisión sobre los toros, que sobre el aborto se recogieron más de 1 millón y medio de firmas y no hubo libertad de voto.
Amigos, familiares y catalanes: sin daros cuenta, os están llevando a toda marcha hacia un régimen cubano. El resto de España también, que no podemos presumir de Zapatero, pero nos lleva a menor velocidad y tenemos esperanzas de poder echarlo pronto con cajas destempladas. Vosotros, alegres y despreocupados, corréis hacia la perdición, sin daros cuenta, de que vuestros líderes os engañan y os estáis dejando echar a un profundo pozo, creyendo que camináis hacia el horizonte. Viendo el pasado floreciente, algunos se meten en aventuras pensando en un futuro mejor ¡Cuidado! El futuro en el que piensan es el de ellos. Ahí está Cuba, esperando: de floreciente, pasó a la miseria, y todo, para que la familia Castro, digan lo que digan, en perjuicio de los cubanos, sea titular de una de las mayores fortunas de Suiza. Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras ¡Tenedlo presente!
Ser conscientes, de que cuatro falsos aldeanos envueltos en la señera y protegiendo su interesada calva con una barretina, os están convirtiendo en nuevos cubanos. Con el disfraz de nacionalistas, ocultan el uniforme de la masonería más radical, que, a su vez, esconde su decrépito pellejo. No solo están engañando a la ciudadanía catalana, también están engañando a la derecha nacionalista, que piensa, que con la independencia van a ser ellos los adalides de la sociedad catalana.
¡Que olviden esos sueños! Por ese camino os espera a todos un régimen totalitario dispuesto a imponeros el adoctrinamiento político, las cartillas de racionamiento, la policía política, los permisos especiales para salir al extranjero, etc., etc. En este momento, el régimen de libertades en Cataluña, por una u otra escusa, ya es menor que en el resto de España, y va disminuyendo progresivamente.
La caída del Muro de Berlín liberó a millones de proletarios, que, durante más de cincuenta años, habían sido explotados por regímenes totalitarios comunistas que decían gobernar en nombre de los trabajadores a los que esclavizaban; no siendo fácil seguir engañando proletarios, hay mucho ideólogo progresista pensando en alternativas para esclavizar a los hombres con mentiras; estos pájaros han descubierto, que, ese nacionalismo casposo al que despreciaban, es el caldo de cultivo ideal para engañar a millones de personas que no quieren ver más allá de su terruño. El amor por el pueblo que nos vio nacer no es incompatible con entidades geográficas mayores que también nos vieron nacer, nos acogieron y nos vieron crecer.
Ahí estáis vosotros, creyendo lo que os dicen: que separados de España llegaréis muy lejos.
¡Sí!, llegaréis lejíiiiiiiiisimos y sin salir de casa: a Cuba.
Fijaos en la bandera de Esquerra Republicana y en la bandera cubana, cambiando los colores, ¿a que son prácticamente iguales?
Sería la tercera ocasión en los últimos siglos en la que vuestra burguesía os habría metido en graves e innecesarios problemas:
La primera vez que la burguesía catalana metió en problemas a los catalanes y a los españoles fue a mitades del siglo XVII, echándose en manos del cardenal francés Richelieu. Pensando que se liberaban de España, se echaron en manos de Francia. Asustados de los franceses, pidieron ayuda: se originó una guerra en la que las tropas españolas tuvieron que emplearse a fondo para echar al ejército francés y liberar Cataluña de Francia, reino entonces más centralista, intervencionista y autoritario que el español. El resultado de la aventura fue lamentable: se perdieron el Rosellón, el Conflent, el Vallespir y parte de la Cerdaña, territorios que quedaron definitivamente anexionados a la Corona francesa, que, por supuesto, derogó los fueros y prohibido el uso del catalán en esos territorios. Mientras, el terrible rey de España Felipe IV, ciertamente con algunas reservas, confirmó los fueros catalanes en los territorios que se pudieron salvar.
La segunda ocasión fue en tiempos de la República: la burguesía catalana de esos años también se echó al monte del independentismo a través de partidos políticos plagados de masones. Desde el gobierno de la Generalidad, permitieron que los anarquistas primero y los comunistas después, asesinasen a todos los religiosos no nacionalistas que había en Cataluña – no vamos a quitar méritos a los come curas de ERC de entonces, que estando de acuerdo con acabar con la Iglesia, intentaron por todos los medios salvar a sus curas independentistas; después, esas mismas organizaciones, continuaron los asesinatos de religiosos en su avance hacia el frente de Aragón y Valencia. Tras cruentos enfrentamientos entre anarquistas y comunistas por el poder en Cataluña, esa misma burguesía tuvo que volverse hacia el bando franquista para salvar el pellejo. Y es que, si las organizaciones masónicas en Cataluña estaban llenas de burgueses, las élites masónicas mundiales daban preferencia al comunismo recién instaurado en Rusia, que buscaba extenderse por el mundo para disputar el poder al capitalismo en terrenos declarados libres. Alcanzado el poder en Cataluña, los comunistas no dudaron en perseguir y asesinar no solo a los curas, también a los anarquistas y a cualquiera que les estorbara en el camino hacia su revolución. En esa situación, cuando fue liberada Cataluña por las tropas nacionales, la burguesía que pudo sobrevivir, agradecida y curada de nacionalismos, besó durante más de cuarenta años el suelo que pisaba el dictador que los liberó, mientras iba bajo palio.
Parece que esa burguesía continúa sin aprender la lección.
Si no se da cuenta esa clase dirigente catalana de que sus sueños (en realidad pesadillas) llevan a Cataluña camino de Cuba, acabarán como los cubanos, pero sin puros, mojitos, ni caña. ¡Cuidado! En estos momentos de la historia, debe haber muy poca gente en España que esté dispuesta a derramar su sangre por la libertad de los catalanes, que los independentistas se han hecho muy antipáticos y han conseguido meter en el saco a todos los catalanes. 
Lamentablemente para ellos, tenemos familiares y amigos en esa región de España a los que queremos, respetamos y defendemos.
Recemos para que las autonomías desaparezcan pronto, sin que la sangre nos salpique a todos. Hasta que desaparezcan, alguien tendrá que empezar a moverse por algo que no sea fútbol, y echar del poder a los políticos que buscan la separación de España, negándoles el voto y los recursos económicos. También, manifestando su desprecio a esa gentuza, con todos los medios a su alcance. Alguien, además del chico que se atrevió a ponerle la bandera española a la fuente de la Plaza de España de Barcelona, con el mundial de fútbol, tendrá que hacer algo para captar la simpatía del resto de los españoles y hacerlo pronto, que lo estamos deseando.

miércoles, 28 de julio de 2010

Las religiones que se nos disputan

El judaísmo es la práctica religiosa más antigua de las tres que vamos a tratar; lógicamente, desde Abraham, ha tenido una evolución.
Se acepta con facilidad, que la religión cristiana es heredera de la religión judía, olvidando, que la religión cristiana también es heredera de aquellas religiones paganas que estaban asentadas en Roma cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio (Mitraísmo, culto a Isis, etc.). Así, la religión cristiana es el producto resultante de una mezcla.
El islamismo, es la tercera de las religiones con influencia en Occidente; es la tercera en antigüedad y bebió en las fuentes judía y cristiana.
Hay una cuarta religión que es el resultado de la falta de religión, y que en nuestro tiempo es la que mayor seguimiento tiene en los países desarrollados: se trata del materialismo. Es el resultado del fracaso de las religiones oficiales sobre las gentes. Entre sus adeptos, gentes variadas: cristianos, judíos, musulmanes, etc. que, ni practican su religión, ni la conocen. A pesar de su realidad, muy pocos se consideran ateos. Practican el materialismo y adoran el dinero; su principal objetivo es la acumulación de bienes materiales. Habrían caído en la tentación del más Acá, abrazando los valores de este mundo y abandonando los valores espirituales.
La unidad no existe en las tres religiones que se disputan a los hombres y a Dios:
La unidad de los cristianos no existe: católicos, ortodoxos y protestantes son las ramas principales del cristianismo y aunque hay intentos de acercamiento, incluyendo también en ese acercamiento a los judíos, las diferencias prevalecen sobre las afinidades. Los 1200 millones de cristianos están extendidos por todo el mundo, Europa, América y Oceanía principalmente. La práctica de esta religión conlleva muchas diferencias entre sus fieles, predominando en nuestro tiempo los cristianos no practicantes sobre los practicantes, existiendo muchas diferencias, según los países.
Por lo que se refiere al judaísmo, también hay diversas facciones: ortodoxas, ultraortodoxas, conservadoras, reformistas, caraítas, humanistas seculares, etc.; atendiendo a su cultura de origen tras la diáspora, se distinguen al menos tres grandes comunidades judías: sefardíes (españoles), askenazíes (centro europeos) y mizrahim (orientales). Los judíos también están divididos a la hora de aceptar el Estado de Israel en facciones sionistas y anti sionistas, pues, para muchos, Israel fue destruido por Dios como castigo a sus pecados y, como consecuencia, sólo el mesías puede restablecer el Estado de Israel a la hora decidida por su Dios y no por los sionistas. El judaísmo da sensación de desunión, pero, atendiendo a los logros conseguidos en los pasados siglos, esa sensación queda en entredicho; sin unión, sin colaboración, el éxito en cualquier empresa es imposible, por eso hay que pensar, que, además de miles de sinagogas, el judaísmo dispone de organizaciones perfectamente coordinadas, que son capaces de conseguir objetivos mundiales. Sin embargo, aparenta carecer de organización o ser mínima. Lógicamente, en nuestro tiempo, es imposible ocultar las dependencias y relaciones existentes entre las más importantes organizaciones de ámbito mundial, pues también hay mucho interés en descubrirlas y medios abundantes; como ejemplo, la masonería, que con varios siglos de antigüedad, su filiación está relacionada con el judaísmo. Una parte de ella, la más radical, también está relacionada con la Iglesia Católica, a través de una de sus principales órdenes religiosas. En la lucha por el poder, para fastidiar al contrario, ¡todo vale!
El mundo islámico tampoco es unitario: Sumnitas, chiitas, jariyitas, sufitas, etc. obedecen a Alá y Mahoma es su profeta. Parece que es la religión con más creyentes en el mundo. Durante siglos, el mundo islámico ha permanecido adormecido en sus territorios, o al menos no se hacía notar en nuestra parte de territorio, pero, en los últimos años, ha surgido en Europa con una fuerza que parece imparable. Al principio, se trataba de un movimiento migratorio que respondía a la razonable necesidad de sus gentes por salir de la pobreza y el subdesarrollo de sus países; pero cuando surgieron movimientos islamistas radicales, bien financiados, formaron en sus universidades a una nueva clase sacerdotal que recupera el viejo Corán, para utilizarlo contra los infieles, con el mismo espíritu que los primeros conquistadores. Los emigrantes europeos de religión musulmana se encuentran en sus mezquitas a los nuevos imanes yihadistas, que les imponen conservar su cultura y sus más rancias costumbres, impidiéndoles integrarse en la sociedad que los hospeda (movimiento integrador que de por sí ya era difícil). Asentados en unas naciones como las europeas con baja natalidad, que disponen de modernos servicios médicos y ofrecen gratuitamente a sus ciudadanos todo tipo de ayudas sociales, la alta natalidad de las familias musulmanas hará posible, si no espabilan los gobiernos que los acogen, que en pocos años, esas naciones pierdan su identidad; en este caso, la cristiana. Los sacerdotes musulmanes también aconsejan a sus fieles casar con mujeres del país, prohibiendo así mismo a sus mujeres musulmanas, casar con no musulmanes. El mismo régimen democrático y de libertades del que disfrutan nuestros países permitirá a los musulmanes tomar el poder, cuando su número supere el de cristianos. Algunas naciones como Dinamarca, que se han dado cuenta del problema, han cortado esa emigración, que es pacífica, pero que no deja de ser una invasión en toda regla.
Como vemos, las religiones de nuestro entorno no se entienden.
La causa del bien queda muy descuidada en este panorama, que nos presenta los cimientos de una nueva guerra de religión, que no solo tiene frentes en Afganistán, pronto tendrá frentes en todo el mundo. Guerra mundial en la que terminaremos enfrentadas gentes capaces de relacionarnos y de convivir. Algo que no contemplan algunos lideres religiosos a los que, en realidad, no les importa ni el Más Allá ni el Más Acá, sólo sus obsesiones paranoicas y su sectarismo: el Más Acá, desde sus cómodas celdas, apenas lo conocen y del Más Allá, aunque lo aparenten, no tienen ni idea
¡Eso sí! conocen el juego de la guerra, un juego sin riesgo, que periódicamente practican con vidas ajenas ¡Recházalos! Tú no tienes nada que ganar en ese juego. Como los antiguos sacerdotes de Baal, sólo buscan víctimas inocentes que sacrificar... al diablo.
Continuará.

Nosotras

Las principales organizaciones que ostentan el poder en Occidente y en el mundo son las religiones judía y cristiana. Entre ellas hay notables diferencias: mientras la religión judía no ejerce el proselitismo, el cristianismo lo lleva a efecto hasta en los últimos rincones del planeta, llegando a buscar adeptos en naciones con fuerte tradición hinduista, budista, musulmana y ateo-marxista; quizás por ese motivo, el número de cristianos en el 2008 alcanzaba en el mundo unos 1200 millones de fieles (18%), mientras, el número de judíos no alcanzaba los 14 millones (el 0,19% de una población mundial de algo más de 6700 millones de personas). No obstante, se produce un fenómeno curioso: aunque el judaísmo no haga proselitismo, su historia y su antigua cultura la transmiten los misioneros cristianos por todo el orbe y, además, lo hacen gratis. La musulmana es la tercera fuerza religiosa en importancia de Occidente: durante siglos ha permanecido aletargada en sus territorios, pero, en los últimos años, ha resurgido con mucha fuerza a través de movimientos yihadistas y a través de la emigración a los países europeos.

En teoría, las religiones deberían dedicarse a ayudar espiritualmente a los hombres en su paso por la vida; en realidad, se nos disputan, y para que no apostates, te amenazan espiritual y materialmente con graves castigos. Aparentemente, estas tres religiones sirven al mismo dios, en la práctica, el distanciamiento histórico y desconfianza de unas sobre las otras, hace pensar que todas creen que su dios es el verdadero y que el dios de las otras es falso.

Con miles de años de control social a sus espaldas, las distintas religiones ejercen el poder de diversas maneras: con sus seguidores y en ámbito territoriales favorables, ejercerán el poder y fomentarán sus valores a través de estructuras político religiosas formales; frente a sus enemigos, ejercerán su influencia, desde la sombra, a través de organizaciones con las que penetrarán a esa sociedad para cambiar sus valores. Normalmente, esos valores coincidirán con los propios de la religión que busca influir en esa sociedad, pero si se trata de destruir al enemigo y a la sociedad, los valores que son capaces de transmitir también pueden ser antivalores ¡Eso sí! Lo harán a través de organizaciones secretas propias que, previamente, habrán influido, incluso corrompido a la clase dirigente de esa sociedad: ¿Qué, sino, ocurre en nuestro país? Atacado por el materialismo extremo, el mismo gobierno desmantela los planes de enseñanza tradicionales para imponer el ateísmo, el proselitismo político, la promiscuidad, el hedonismo y la pereza entre nuestros hijos, desterrando de las aulas, entre otros valores, a la religión tradicional, el amor a la patria y a los hombres, el esfuerzo, las buenas costumbres (respeto y educación), los valores morales y la ciencia; fuera de las aulas, impulsan la cultura de la muerte y el acceso a los anticonceptivos, favoreciendo el aborto y la eutanasia. Disfrazadas de progresismo, ese conjunto de medidas formativas se complementan con modas que destierran el matrimonio tradicional de la sociedad y facilitan su disolución. Quebrando la natalidad y la cultura, se debilita a la sociedad y es posible apoderarse de ella, en perjuicio de su religión tradicional.

Utilizando el método contrario, también es posible apoderarse de una sociedad de religión distinta, como veremos. Todo vale para vencer al enemigo. En el fondo, se trata de escaramuzas en una guerra que protagonizan desde hace miles de años el bien y el mal.

Continuará.

domingo, 25 de julio de 2010

¿Quién manda aquí?

Dicen los entendidos, que el poder lo da la información; esa afirmación parece incontestable, pero quien se conforma con ella no llega lejos. Un rápido análisis nos dice que el poder con mayúsculas no suelen detentarlo las personas individuales -por mucha información, poder y dinero que tengan-, el poder en este mundo lo detentan las organizaciones (aunque lo ejerzan a través de las personas que las representan). La pregunta: Si el poder en general lo tienen las organizaciones y ese poder no se lo da la información, ¿de dónde les viene? La respuesta es sencilla: Lo han obtenido, de su capacidad como personas jurídicas para sobrevivir a los hombres y la facilidad que ello da para asentarse en la sociedad e ir acumulando poder y riquezas. Después de tan rotunda conclusión, efectivamente, las organizaciones reafirman su poder, administrando la información a través de los medios de comunicación, cuya propiedad y control monopolizan, bien directamente o a través de organizaciones o personas interpuestas.
Entre todas las organizaciones, las que ostentan el verdadero poder son las organizaciones religiosas. Su poder se lo ha dado el tiempo: miles de años dirigiendo a los hombres e influyendo sobre las naciones les ha dotado de inmensos recursos. Sus objetivos no están como los nuestros, sujetos a la duración de una corta vida, pueden alcanzarlos transcurridas muchas generaciones de hombres, cuando las personas, movimientos o modas que se oponían a sus intereses desaparecen. Así escriben la historia que les conviene o hacen desaparecer de esa historia culturas enteras. Y es que los humanos venimos al mundo dentro de familias que suelen perder su cohesión en pocos años. Prácticamente extinguidos los títulos nobiliarios, muy pocas familias mantienen esa cohesión a través de los siglos. Por el contrario, las organizaciones religiosas saben mantenerse en el tiempo captando a los jóvenes más conformes para instruirles sobre su pasado, preparándolos para ejercer el poder en el futuro e inculcándoles sus valores: normalmente, obediencia incondicional al superior, pobreza individual que contrasta con la riqueza sin límite de la organización y, no siempre, castidad formal. Ninguna nación, por poderosa que sea en nuestro tiempo, es capaz de controlar las actividades de estas organizaciones y evitar su influencia sobre la sociedad y su gobierno, pues disponen de tentáculos que alcanzan a todos los rincones de la sociedad humana, tentáculos que alcanzan a las tribus más apartadas de la civilización. Hasta cuando no están reconocidas oficialmente, funcionan en la sombra, con mayor eficacia si cabe.
Siempre hay una cara y una cruz en las principales organizaciones que gobiernan a los hombres. Estas organizaciones, aunque aparentan unidad, suele tener dos caras: una cara visible y oficial que tiene poder de representación y decide en las cuestiones ordinarias, y una cara oculta, que es la que define objetivos, estrategias y decide en las cuestiones importantes. Si preguntas, la cara oficial niega con vehemencia cualquier relación con la cara oculta, pero los hechos suelen contradecir las palabras. Esa realidad no suele ser percibida por el común de los mortales, que sólo ve el escaparate que le presentan, desconocedor de una trastienda oculta que le está vedada y ocupado en resolver los problemas inmediatos de su existencia: el alimento, el vestido, la cría y educación de los hijos, etc. En esas organizaciones, hasta los propios miembros, cuando están fuera del vértice de poder, suelen desconocer esa dependencia.
A pesar de todo, la realidad se impone: desde esas trastiendas, hombres desconocidos y poderosos gobiernan este mundo con total impunidad, pues son sus obedientes peones los que siempre cargan con la responsabilidad de unas decisiones que les son ajenas.
¿Y por qué es así nuestro mundo?
La respuesta también es sencilla: Ninguno de nosotros dejaría abandonado su negocio; por la misma razón, quien nos ha puesto en este mundo, no permite que el rebaño que formamos ande suelto. Seas creyente o no creyente, tu vida está condicionada y ni puedes hacer tu santa voluntad, ni formar tu propia opinión. Por eso, todas las organizaciones religiosas, ayudadas por otras muchas organizaciones interpuestas, que aparentan ser contrarias e incluso ateas, nos pastorean y educan por encargo Superior.
¿Sirven acaso a Dios?
Por Dios pasa el que Señor y Creador llaman … Otra cosa es que lo sea.
Continuará.

domingo, 18 de julio de 2010

Contra los símbolos españoles, los separatistas catalanes tienen pocas dudas

Ayer, recién incorporado de unas cortas vacaciones, vi un reportaje en Telecinco centrado en la celebración del mundial en Barcelona. Me sorprendió ese reportaje, en una cadena que normalmente no se moja contra el poder establecido. Rectificar, siempre es oportuno.
Pues bien: se veía a un policía, de ese cuerpo policial autonómico cuyos miembros nunca llegarán a viejos, amenazando a un joven que había conseguido burlar su vigilancia y se había encaramado a la estatua de una fuente cerrada, enarbolando la bandera de España. Parece que habían vallado la fuente para que no fuese utilizada por los barceloneses y catalanes que quisieran celebrar la victoria de España en el mundial de fútbol. El policía, muy valiente él, obedeciendo órdenes o por su cuenta, amenazaba al joven con dispararle si no se bajaba de la fuente. El joven que tenía sus arrestos, no tenía sin embargo madera de mártir y se bajó. Entre 60 ó 70 detenciones se produjeron.
Una oportunidad perdida, sin duda, para la causa de España, pues, si el joven se hubiera resistido a bajar, ese policía lo hubiera derribado. Se hubiera podido producir una reacción popular de consecuencias impredecibles para los separatistas catalanes que gobiernan en la segunda ciudad en importancia de España y en una de las primeras regiones españolas, a los que hace mucho tiempo que se les ve el plumero. Montilla y PSOE incluidos.
Choca la actitud violenta y descuadrada de los mozos contra un joven que enarbola la enseña nacional por el triunfo de nuestra selección, con la actitud servil que presentan ante manifestantes que reniegan de los símbolos españoles y de su nacionalidad, quemándolos en público. Ningún detenido, y cuando los hay, los jueces los sueltan sin cargos.
Los catalanes, no es que tengan el derecho de ser españoles, lo son. Lamentablemente, las acciones y omisiones de nuestros políticos, han permitido que Cataluña se haya convertido en un territorio donde no hay libertad. Los nazis andan sueltos por sus ciudades y pueblos, aunque esta vez no persigan judíos y persigan a los que se sienten españoles o desean expresarse como tales.
Creo que ha llegado el momento de ir a por ellos con la ley en la mano: Primero a por los traidores que, representando al Estado Español en las comunidades autónomas, lo traicionan. ¡Ni una más! ¡Claro!, habrá que echar antes al primer valedor del separatismo en España, que está en la Moncloa; después, también habrá que pedirle cuentas al jefe de la oposición, que ante hechos tan graves como éste, se esconde; tampoco olvidemos al Jefe del Estado, que en estos casos, en los que está en juego la unidad de España, debería salir de las monedas e imponer su criterio, con talante o sin talante, por las buenas o por las malas.
¿Por qué te callas?
Para algo les pagamos, digo yo…

Dame una playa abarrotada y déjate de paraísos solitarios

Las agencias de viajes suelen presentar maravillosas imágenes para convencernos de sus ofertas vacacionales: entre otras, nos presentan playas paradisíacas desiertas, con arenas blancas y aguas transparentes. Pero esas playas no existen. Estoy convencido de que las fotografías las hacen en temporada baja o a esas horas en las que, habiendo salido el sol, los turistas todavía duermen la mona de la noche anterior.
La realidad es diferente: Puede que nos atraiga la soledad de una playa por el interés que tenemos en apoderarnos de ese paraíso, pero en realidad sabemos, que estando solos, los paraísos no existen. En el fondo nos gustan las aglomeraciones. Muy poca gente es capaz de pasar un mes en una playa solitaria; ni siquiera 15 días o una semana. Por eso nos empeñamos en coger las vacaciones en julio y en agosto: todos a la vez; bueno, casi todos, que hay personas que se tienen que aguantar con tenerlas en junio y septiembre y muchos millones que no se las pueden permitir a pesar de tener todo el tiempo del mundo.
Terminamos amontonados en la playa, disputándonos la primera línea para estar cerca del agua. Cientos de jubilados que parecen no dormir por la noche, en cuanto abren las calles, se dirigen a la playa y colocan sus sillas plegables y sombrillas para ocupar esa primera línea. Se extraña uno, de que con tanto chino ofreciendo masajes y tanto senegalés vendiendo gafas y relojes, no se dediquen a reservar la primera línea de playa a los turistas dormilones. ¡Qué confusión! Extiendes la toalla, pones la sombrilla donde puedes, te tumbas debajo y cierras los ojos. Al rato, te echan arena, te incorporas, y te encuentras con alguien semidesnudo que, agachado sobre su toalla, apunta con el culo a todas partes. Te sorprendes de tal manera que comienzas a pensar que debería haber leyes que prohibieran esas situaciones; al rato, la vecina o el vecino, embadurnado de crema hasta el cogodrillo, se ha acostado para tomar el sol y se ha quedado dormido; notas un leve ronquido que te lleva a decir con el pensamiento: “Anda: ponte de lado, que a lo mejor estás molestando”, pero te callas. Niños que tienen necesidad de pasar a su toalla y te llenan de arena la tuya o te la echan a los ojos; gentes que juegan cerca, pierden su pelota y molestan con arena y agua.
¡Cuántas molestias por un baño de sol y agua salada! En cuanto dan las siete de la tarde todos nos marchamos, como el sol que cada día busca el horizonte para esconderse en la noche, pero solo es un pretexto para arreglarnos un poco y volver a la calle a divertirnos todos viéndonos pasear. Nos gustan las aglomeraciones de día o de noche, juntarnos con otros para sentirnos acompañados y vivir una realidad diferente: quizás para evitar la soledad. Tener pareja no es suficiente, como tampoco lo es tener familia. La tribu como paraguas que protege a los individuos y a las familias: gente del mismo pueblo, de la misma ciudad, del mismo barrio, del mismo colegio, de la misma fábrica, del mismo país, del mismo equipo, huéspedes del mismo hotel, borregos todos que gustamos de una vida de rebaño.
En este viaje por la vida entramos solos en este mundo y solos salimos de él, pero mientras llega el final, pasamos el tiempo buscando compañía y amontonándonos en cualquier parte: bares, fiestas populares, campos de fútbol, ceremonias, celebraciones, montes y explanadas. Cualquier excusa servirá para juntarnos con otros en cualquier parte: calles concurridas, lugares de moda, centros comerciales, conciertos y playas.
La soledad no nos gusta; por eso, los paraísos los queremos para entrar en ellos en manada, como los animales gregarios que somos. 
Nos encanta abarrotarlo todo.

martes, 13 de julio de 2010

Un mundial de fútbol, un país, una bandera

Hace más de 30 años que la bandera española sufre y padece el acoso de los nacionalistas y, lo que es peor, la poca personalidad de los no nacionalistas, que nos hemos dejado avergonzar y avasallar.

¿Vergüenza de la bandera española? ¡Sí! Hemos arrinconado la bandera de todos sustituyéndola por una banderita autonómica ridícula, las más de las veces, sin ninguna tradición ni historia.

El fútbol nos ha hecho despertar y volcarnos en signos comunes como la bandera de España. Y han sido los más jóvenes los que nos han dejado a los adultos con las vergüenzas al aire.

Si nosotros, los ciudadanos de a pie, españoles todos, hemos sido culpables por omisión, nuestros políticos no nos van a la zaga: llevamos más de treinta años sufriendo a políticos apocados, a sinvergüenzas y a traidores, que se han dedicado a luchar contra nuestros símbolos, contra nuestro idioma y contra la unidad de nuestro país ¡Eso sí! Cobrando puntualmente sus buenos salarios a costa de nuestro bolsillo. El dinero español les gusta a todos: no les importa que sea español.

Hemos estado pagando con nuestros impuestos la cuerda con la que unos pocos traidores pretenden que nos suicidemos.

Hemos ganado el mundial, pero nuestra mejor victoria ya la habíamos conseguido en la victoria contra los alemanes, al unirnos todos bajo la misma bandera y perder la vergüenza. Ahora lo que nos falta es echar a todos los traidores que nos gobiernan y que sólo trabajan para romper este país en mil pedazos.

Los ciudadanos de todas las comunidades hemos demostrado que nos gustan nuestros símbolos, que nos sentimos españoles y que no queremos dejar de serlo. El que se avergüence de ser español, hoy lo tiene muy fácil: que se marche y no vuelva hasta que esté arrepentido.

Y para los del tripartito catalán que piensan que juntar a 56000 personas por el dichoso estatuto tiene algún mérito, que aprendan a contar viendo lo que es una masa incontestable como la de ayer en Madrid y que no mientan: dicen que estuvieron 1 millón y medio en la mani del estatuto, cuando no fueron a la manifestación ni los que les deben su puesto de trabajo (los apesebrados y enchufados).

Viven de la mentira: que se enteren bien de lo que son varios millones de personas juntas, viendo lo que fueron capaces de juntar los chicos de la Selección Española de Fútbol en Madrid; seguro que cualquiera cifra se queda baja. No digo ya los que salimos a la calle en el resto de España ayer y anteayer. Descontándolos a ellos, que son cuatro desgraciados, calculo que salimos 47 millones de personas.

Que mediten ya de paso, lo que podemos ser capaces de hacer con ellos si nos cabrean.