miércoles, 29 de septiembre de 2010

(HD) UN TORO BRAVO COME DE LA MANO DE LA HIJA DEL GANADERO SANTOS ZAPAT...

Mi amigo Isidro ha conseguido este documento en la plaza de Cervera del río Alhama (La Rioja). Enhorabuena Isidro. Parece que toro bravo no significa malo ni asesino; todo lo contrario: valiente y noble.

sábado, 25 de septiembre de 2010

A vueltas con la huelga del 29 S.-

Existe un mandato constitucional en el artículo 28.2 de nuestra Constitución para regularizar el uso del derecho de huelga, que, curiosamente, no han tenido tiempo de desarrollar en más de 30 años.  No es un mandato imperativo inmediato, pero está puesto para que se cumpla.

Art 28.2.- Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La Ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad.

Pues bien: Ninguno de los Presidentes del gobierno que han pasado por la Moncloa se ha atrevido a regular el derecho de huelga en una ley; los sindicatos por su parte, tampoco lo han exigido, dejando claro que no quieren ninguna regulación.

Todos duermen tranquilos, aun sabiendo, que esa falta de legislación perjudica gravemente a la mayoría de los ciudadanos que, en caso de huelga –sobre todo en una huelga general-, nos vernos atropellados por la razón de la fuerza, al no poder ejercer el derecho al trabajo, al transporte público y privado, a que nuestros hijos vayan a la escuela ese día, hagamos o no hagamos huelga, e incluso a defender cualquier otro derecho, sin que nos rompa la cara impunemente un piquete informativo.

Si hubiera una regulación del derecho de huelga, todos sabríamos a qué atenernos frente al ejercicio de ese derecho y a los abusos que puedan cometerse en su nombre, sobre todo, los jueces y magistrados. Como no la hay, el próximo día 29 de septiembre y en cualquier huelga, puede pasar de todo.

Este gobierno se merece todo lo que le pase, pero esta huelga no la va a sufrir en sus carnes, la vamos a padecer todos los españoles. En ese sentido, merecería manifestaciones sin cuento; que no pudieran salir de sus casas y palacios sin abucheos constantes; que se les negara el pan y la sal, hasta aburrirles y forzar nuevas elecciones generales por su incompetencia y mala gestión, pero esta huelga general es una patada al gobierno en culo ajeno (el nuestro). Cuando los sindicatos mayoritarios han tenido que salir a protestar –y mira que han tenido motivos- se han quedado en sus sedes recibiendo por su comprensión ayudas millonarias.

En esta situación, con unos sindicatos que han estado mirando para otro lado, ante cifras infinitas de paro debidas al despilfarro del dinero público y la mala gestión, apostaría por echarle dos narices el día 29 y hacer lo que nos pida el cuerpo, pero, en ningún caso, permitir que otros (que apenas representan al 15% de los trabajadores) nos impongan su voluntad. Sus piquetes no pueden pararnos, si queremos hacer lo que nos venga en gana, porque no tienen razón.

Los bautizados por el sentido del humor popular como Yogui y Bubu, Tocho y Mocho, etc., mano izquierda y mano contraria de Zapatero, no pueden imponernos a todos los españoles su voluntad totalitaria. Por muy buenos que sean negociando servicios mínimos para nosotros o por muy santas que sean sus razones para movilizarse, disfrutando primero de unas inmerecidas vacaciones en crucero o manteniendo hábitos culinarios en restaurantes caretes, que ningún trabajador se puede permitir. Con o sin servicios mínimos, nos están pateando el culo, sobre todo a los parados, de los que se rien. 

Es preciso votar en democracia por gente seria que lleve en su programa electoral, entre otras cosas, la regulación del derecho de huelga; gente que dé garantías de que lo van a hacer desde la seriedad y la autoridad, pues en una democracia la voluntad no la puede imponer la banda de la porra sindical. También es necesario, que haya un control de las cuentas de estas organizaciones, a través del Tribunal de Cuentas, que paguen impuestos y que no reciban un solo euro de dinero público.


Siendo necesaria la representación laboral, ésta debe ser independiente de poderes públicos y empresariales, y carecer de cualquier privilegio fiscal, que sabemos que el que paga o perdona manda.

viernes, 24 de septiembre de 2010

La huelga general del día 29 S no debería ser legal.


El artículo 11, a) del RDLRT de 1977, califica como ilegal la huelga convocada por motivos políticos o por fines ajenos al interés profesional de los trabajadores y fue declarado acorde al texto constitucional de 1978, por la sentencia del TC (6) de 8 de abril 1981.

Uno cree en su inocencia que toda huelga convocada por motivos políticos en una democracia debe calificarse como ilegal, pues nadie puede ir contra las decisiones de un parlamento o de un gobierno elegidos democráticamente, ni cuestionar, fuera de los cauces constitucionales, el sistema político que nos hemos otorgado todos los españoles.

Las organizaciones sindicales, que son las que convocan las huelgas, están reconocidas constitucionalmente, aunque es de lamentar, después de 30 años de Constitución, la baja democracia interna de los sindicatos, eso sí, compartida con los partidos políticos[i], y su poca representatividad[ii] (15%), señal inequívoca de la desconfianza que generan entre sus potenciales clientes, los trabajadores.

También se supone, que vivimos en una democracia y que las huelgas políticas y revolucionarias están ideadas para echar del poder a los tiranos. Lamentablemente, eso es partir de dos errores de bulto:

Primero: Es discutible que España en nuestros tiempos sea una democracia real, pues para que un país pueda llamarse democrático tiene que tener separación efectiva de poderes e independencia de cada uno de ellos, para que no haya interferencias. Es decir, que el poder ejecutivo esté controlado por los poderes legislativo y judicial, etc. Eso en España es al revés: es el poder Ejecutivo en estos momentos, el que decide, y los poderes Legislativo y Judicial le obedecen. Se ve cada día: cuando el Ejecutivo actual necesita de algún grupo parlamentario para sacar adelante una votación, directamente lo compra con promesas o recursos financieros públicos, comprometiendo el bien común a sus intereses de partido. Ahí están los grupos nacionalistas ofreciendo su ayuda interesada a cambio de recursos públicos. Cuando se trata de domar al poder judicial, le basta al Ejecutivo con hacer valer su poder de designación de cargos y el juez díscolo se convierte en corderito; por otra parte, ¿cuántos de esos jueces han entrado con la anuencia de este gobierno, en la carrera judicial, sin seguir los pasos tradicionales de una dura oposición? La imagen más clara, de quién manda en quién, la dio la Vicepresidenta primera del Gobierno echándole una bronca en público a la Presidenta del Tribunal Constitucional; no digamos el ejemplo que dieron los jueces que intervinieron en el juicio del 11M. Así pues, nos vemos obligados a reconocer, que no vivimos en esa democracia maravillosa que nos quieren vender, sino en un remedo de democracia formal falsificada, que hace aguas por los cuatro costados. A más a más, el cuarto poder que es la prensa, come, salvo excepciones, de la mano del ejecutivo, con lo cual, la crítica a su gestión apenas llega a la gran masa de españoles, que ven unos telediarios que parecen crónicas rosas.

Segundo: En cuanto a que las huelgas generales estén ideadas para echar a los tiranos, tampoco es así, que la revolución del proletariado puede que se inicie con huelgas generales, pero suele desembocar en crueles y longevas tiranías inderrocables, que lo primero que hacen es prohibirlo todo, no vaya a ser que vengan otros detrás y les apliquen a ellos la misma medicina. En estos regímenes, los compañeros sindicalistas revolucionarios se convierten en colaboradores del poder establecido, dedicados a controlar a los trabajadores. ¿Huelgas? ”Compañero: la huelga no hace falta, que aquí no hay empresarios explotadores como en los países capitalistas ¡Esto es la revolución!”. Lo mismo ocurría en España con el sindicato vertical. La excepción se produjo en Polonia a finales de los años setenta, principios de los ochenta, donde la llamada por el régimen comunista “clandestinidad antirrevolucionaria”, era en realidad un sindicato clandestino llamado “Solidaridad” apoyado por la Iglesia, éste fue capaz de dar jaque mate al sistema comunista que, poco a poco, se fue desmoronando. Y es que en Polonia y en los demás países satélites comunistas, los sindicatos oficiales ni hacían huelgas, ni servían a los intereses de los trabajadores. Parece ser, que aquí ocurre algo parecido.

A pesar de la claridad del RDLRT de 1977 y la sentencia del TC aludida, existe una doctrina jurisprudencial pacífica que acepta, que las huelgas generales convocadas contra las medidas laborales adoptadas por el Gobierno son absolutamente legales, dado que el fin de la huelga no es ajeno al interés profesional de los trabajadores convocados a la misma. En este sentido, el TC declaró la legalidad de las huelgas generales de 2 de junio de 1985, 14 de diciembre de 1988 y la de 27 de enero de 1994. Ha habido más huelgas, pero con estos ejemplos, ¿quién se arriesga a denunciar ante los tribunales la naturaleza política o no de una huelga?

Estoy convencido, de que esta opinión unánime de aceptar como legales todas las huelgas generales habidas, calificándolas de laborales, viene dada por motivos ajenos a criterios jurisprudenciales, pues la jurisprudencia y el sentido común suelen ir unidos. Si es raro poner de acuerdo a tres jueces en un caso, que se pongan de acuerdo tantas veces los tribunales también lo es. Son muy recientes las huelgas generales habidas en nuestro país, y en todas ellas, el componente político era clarísimo, por más que se mezclara con el interés profesional de los trabajadores; lógicamente, para cualquiera que lo quisiera ver. En una democracia representativa podrá haber huelgas de mil maneras, pero nunca aceptar como legal cualquier huelga general, por más que la disfracen de laboral. El interés profesional de los trabajadores en una huelga general con fines políticos es muy fácil de acomodar, pues trabajadores lo son o lo hemos sido toda la población del país en algún momento, con lo cual, cualquier ley les/nos afecta. Por eso, es muy raro que una huelga general sea "estritu sensu" laboral y, por el contrario, muy fácil que sea política. Así pues, si predomina el componente político sobre el profesional, debería considerarse la huelga general como ilegal

Los trabajadores representados por los sindicatos, y estos mismos, no pueden tener patente de corso convocando huelgas generales para echar abajo una  ley aprobada por el Parlamento o coaccionar al gobierno con esos objetivos, pues tienen abierta su participación como ciudadanos en las elecciones democráticas. Será perfectamente democrático movilizar a la sociedad, convocando las manifestaciones que estimen oportuno, pero deben hacerlo antes de que la ley se apruebe en el Parlamento, no después. 

El interés laboral de los trabajadores en una sociedad democrática se defiende, en primer lugar, acatando las leyes. Nos gusten o nos disgusten, y el 29 de septiembre la huelga general convocada va contra una Ley en vigor, por lo tanto, el interés político predomina sobre cualquier otro.


Curiosamente, está terminantemente prohibido manifestarse ante el edificio de las Cortes Generales, por entender que es una coacción a los Diputados. ¿Por qué se permite entonces una huelga general que va contra decisiones firmes de un Parlamento?, ¿no se está coaccionando con ello al gobierno, al Parlamento y a toda la sociedad?

lunes, 20 de septiembre de 2010

José Antonio Labordeta nos ha dejado



José Antonio Labordeta ha dejado este mundo; su cuerpo ha muerto, que no ha podido resistir por más tiempo la enfermedad y ha dejado de cantar; el Espíritu de José Antonio sigue vivo, pero, sin body que le cobije, se ha visto obligado a abandonarnos y tomar el transporte al Más Allá. Espero, que a lo largo de sus viajes, haya aprendido lo suficiente para despertar del engaño en que vivimos los humanos y pueda alcanzar esa libertad que tanto ha cantado. Si no, podría tener que volver a esta cárcel e interpretar otro personaje en una nueva comedia trágica, dentro de otro cuerpo mortal.
Se ha ido el cantautor, el  político, el profesor de historia, el vecino, el ciudadano; se ha marchado con él José Antonio: el esposo, el padre, el abuelo, el hijo, el hermano, el nieto, el hombre de estar poco por casa, aunque, últimamente, no le quedaba más remedio.
Siendo un personaje famoso y popular, le gustaba pasear  por nuestra ciudad sin mochila; podía hacerlo con total libertad gracias a la buena educación de los zaragozanos, que nos limitábamos a saludarle cortésmente con un a Dios o un simple meneo de cabeza cuando nos cruzábamos con él por cualquier calle del centro. Otros simplemente, al reconocerle, se le quedaban mirando ¡Cuidado!, que si lo parabas, te saludaba como si tal cosa, que no iba subido al pedestal de la fama ni mucho menos.
Bueno, ya se fue y éste es el momento de la despedida, por eso, vamos a olvidar los roces, los desencuentros y las miserias, que no siempre, por mucho interés que pongamos, se acierta o se queda bien con todos.
Labordeta no se lleva sus bienes materiales con él, ni sus dolores, que aquí han quedado, lo mismo que su cuerpo; no se lleva su mochila que, para volar no la necesita, y mucho menos, si se va con los vientos siderales, cantando a voz en grito canciones libertarias. Ni se habrá acordado de cogerla. Estará buscando, mientras canta, la ciudad invisible donde arman sus jaranas los dioses inmortales. Los de Teruel y los maños en general, como buenos españoles, son bien recibidos en Agartha cuando llegan. Si la encuentras, ¡qué buenos jamones te esperan José Antonio!, y cuántas noches toledanas, si te dejan retozar con las Walkirias, seguro que te hacen los ojos chiribitas, picarón. 
Dejaste tu vieja guitarra en casa, compañera de festivales y de buenos ratos, porque creíste que en el otro lado cantaban con lira. ¡Tranquilo!, lo tuyo es la voz. No sé cómo se le darán las melodías celestiales a un cantor de carácter como tú. Aquí en la Tierra, si no hubieran pagado bien, hubieras disfrutado más cantando jotas a capela en la barra la taberna, que en el escenario, como antiguamente acostumbraban los maños recios como tú con los amigos; lo hacían con la única excusa de hinchar la vena del cuello más que el otro, mientras terminaba de bajar el vino por el gaznate engrasando el corazón y refrescando el alma. Ahora no dejan cantar en los bares, que los valores se van con el negocio, tampoco hay porrones ni vino en bota para hacer rondas, que tú no eras de cantimplora y agua clara. Si quieres beber vino, te obligan a hacerlo en vaso lastimero, que no es lo mismo. 
Aparentemente, te vas solo: “igual que vino se fue”, dice una canción. Pero te llevas contigo tus experiencias, tus pensamientos y recuerdos; también dejas tus cosícas, escritos, canciones y algún desencuentro pasajero de ¡Váyanse a la mierda, coño! En nuestro recuerdo queda el aragonés con bigote y poco pelo, que cantaba con la camisa remangá y voz de trueno a su tierra y a sus gentes; un hombre maduro y rocero, que gustaba romper las distancias tratando a los importantes de tú. Sabías que entre los hombres las diferencias no existen, si los otros no lo sabían era su problema. 
Aceptando que nada material sale de aquí cuando te marchas, por el contrario, te puedes llevar contigo un gran tesoro, las simpatías acumuladas, la amistad, el agradecimiento y el cariño, que pesan poco. Espero que tu Espíritu no tenga contrapesos mayores que lo sujeten a este mundo: ligero de equipaje como Machado, puedes subir muy alto.
Labordeta y José Antonio, por distinguir a la persona pública del hombre, dejó amigos y enemigos en España y a pocos indiferentes, pues, equivocado o no, su postura fue beligerante en favor de una de las tres Españas, pasando por alto que la más importante no es ni la que se cree la dueña del cortijo, ni la que se dice esclava en él, sino la que trabaja, deja vivir y soporta con resignación a ambas. Sin duda, pesó en tu ánimo la historia familiar para elegir. Muchos, tampoco comprendemos tus últimos derroteros políticos, cercanos a nuestra ruina, pero ya no tienen remedio, que el agua pasada no mueve las muelas del molino, ni el aire las aspas; además, otros aciertos lo compensarán. 

Como la ronda, que cambia de balcón y de calle, te has ido con la música a otra parte.

Intenta no volver. Por muy satisfecho que estés de tu vida pasada, que puedes estarlo, esto es el infierno: una comedia trágica donde al final muere tu personaje y acaba la función para ti. Ni saludar te dejan desde el escenario, que te echan sin contemplaciones del teatro y te vuelven invisible. ¡Hazme caso!

Si en el Más Allá te aburres, no dejes de protestar, que eso lo haces bien, pero hazlo cantando jotas, para que te atiendan, que las jotas, gusten o no, siempre sorprenden.

viernes, 17 de septiembre de 2010

¿Quién manda sobre la cristiandad?

Joseph Alois Ratzinger, el Papa de la cristiandad que adoptó el nombre de Benedicto XVI, saludaba a la reina de Inglaterra, en su reciente viaje a las islas, con el saludo masón. Seguramente tiene una explicación, pero a falta de ella, tiene un triste significado.

Hace unos días había visto en un vídeo saludar a Ratzinger con el saludo masónico a Blair, se apretaban mutuamente el segundo nudillo de la mano con el dedo pulgar  https://www.google.es/search?q=saludos+masonicos&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ei=wRtBU_uXHsKEtAay5IEo&sqi=2&ved=0CDAQsAQ&biw=1067&bih=537  Cabía la posibilidad de pensar que el vídeo pudiera estar trucado. Pues bien, ayer mismo vi en el telediario de las 15 horas de TVE, al Papa Benedicto XVI, cómo daba la mano con el mismo gesto a la reina de Inglaterra, cabeza de la Iglesia Anglicana y relacionada con las altas jerarquías de la masonería mundial. En Inglaterra, el Gran Maestro de la Gran Logia es su primo Eduardo, duque de Kent. Lamentablemente, en los vídeos colgados en la web de TVE no seleccionaron esa toma. El video original colgado en You tube ha sido borrado y lo he tenido que cambiar por fotografías sobre saludos masónicos, que hay varios.


He leído, que no hace muchos años, Ratzinger adoctrinaba a los obispos españoles contra los peligros de la masonería, pues, al parecer, estaban avisados en el Vaticano, de las intenciones de los masones de hacer un experimento en España, para ver cómo evolucionaba en ella una sociedad sin valores. 

Dudaban en el Vaticano de la filiación masónica de Zapatero, aunque tenían muy clara la filiación masónica del ministro Rubalcaba, que también fue Ministro de Educación con González. Las cosas se les aclararon cuando Zapatero alcanzó el poder, pues, la primera visita que recibió, fue la del reconocido Grado 33 del Gran Oriente de Francia, Valérie Giscard D’Estaing, distinguido en los círculos políticos franceses como “La Cobra”. Imagino que cualquier duda de Ratzinger sobre la filiación masónica de Zapatero se disipó, cuando lo saludó en persona y pudo hablar con él, pues, nuestro Presidente, aparece en otro vídeo saludando sonriente a su Santidad, apretándole con el pulgar el mismo nudillo. No es difícil de encontrar en Internet. En éste no se ve muy bien, pero corriendo el botón del vídeo se puede parar la imagen: http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=29917


Si andaba en esas preocupaciones el Papa de la cristiandad, sin duda se debía, no a la condición propia de su persona, sino a la filiación masónica de Zapatero, nacido a la luz, por lo que parece, en la logia encubierta “Fraternidad Hispánica”, según ha negado con cierta elegancia en varias ocasiones. Ortíz Burbano de Lara lo afirma en un artículo presentado por Arturo Fortún en el diario La Prensa de Nueva York, ambos, respetados masones. Lo confirma, el historiador y especialista en masonería Ricardo de la Cierva, que ponía como fuente al presidente de la Gran Logia de España Josep Corominas, que decía, que en el gobierno socialista había 8 ministros masones. Ricardo de la Cierva afirma, por su parte, que José Luis Rodríguez Zapatero también es masón.

La preocupación papal vendría porque hay diferencias importantes entre unas obediencias y otras, pues unas se consideran civilizadas y a otras se les considera salvajes, aunque, a la postre, todas ellas cuelguen del ápice de la misma pirámide y sirvan para controlar la sociedad de los hombres.

Pero no estamos hablando aquí de las virtudes de D. José Luis, estamos hablando del  Papa, el Pontífice Máximo de la cristiandad.

¿Podría ser que el gobierno de la Iglesia estuviera en manos de un masón, cuando estos dicen servir  al Gran Arquitecto Universal y son considerados por la Iglesia como enemigos?

 La Iglesia mantiene su condena a cualquier organización que maquine contra la Iglesia en el canon 1337, pero, durante el pontificado de Juan Pablo II se retiró la mención expresa a la masonería. El actual Papa, entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, señalaba, que el criterio de la Iglesia no había variado en absoluto con respecto a las anteriores declaraciones, y la nominación expresa de la masonería se había omitido por incluirla junto a otras asociaciones. Indicaba además, que los principios de la masonería seguían siendo incompatibles con la doctrina de la Iglesia, y que los fieles que pertenecieran a asociaciones masónicas no podían acceder a la Sagrada Comunión.

 Ya en anteriores modificaciones de las condenas canónicas a la masonería se había ido suavizando el trato de la Iglesia a los masones, señal inequívoca, entiendo, frente a la explicación dada por el Prefecto, de su creciente influencia dentro de la Iglesia. Hoy ni se les excomulga ni se les nombra en el Código de Derecho Canónico. No es pues una falsa opinión creer que la Iglesia tolera a la masonería en sus filas, sobre todo, si vemos a los últimos papas utilizar el saludo masón. Esto ya no es creer en lo que han dicho otros, sale por los telediarios. Es preocupante que se destapen de esa manera los que comparten el gobierno del mundo en la sombra, señal inequívoca de su seguridad, aunque es probable que busquen pronto otro signo de identidad más discreto, para que no nos enteremos.

Si es así, ¿dónde están los temidos inquisidores Dominicos y los queridos Franciscanos, que en su día fueron el escudo de esta institución milenaria?

Con éste son tres los Papas que van identificándose como masones cuando saludan: Juan XXIII, que por poco termina con la Iglesia en un concilio; Pablo VI, que a punto estuvo de arruinarla; y Benedicto XVI. De Juan Pablo II no podemos afirmarlo, pero su apoyo al Opus, una organización sospechosa de casi todo, con sus modificaciones canónicas y su apoyo a Ratzinger lo dejan en la duda.

Muchas de las gentes de nuestro tiempo, por variadas razones, han ido perdiendo la confianza en esta Iglesia contradictoria y se limitan a llamarse "no practicantes". Por otra parte, la Iglesia predica unos valores que no hay que perder, aunque estén en retroceso; así, está bien poner en práctica lo que predican y recuperar esos principios. Por eso, no sería buen síntoma que su dirección fuera ocupada por los reconocidos por los cánones anteriores a éste como enemigos. El nacido debe tener principios y conciencia y debe ser ayudado para que pueda alcanzar a lo largo de su vida esa verdad que nos hace libres. Sería muy difícil encontrar ayuda en una Iglesia donde los pastores no creyeran en Dios y sirvieran  al Gran Arquitecto del Universo, título, con el que honran los masones, conscientemente o no, al Príncipe de este mundo, un ser que se esconde detrás de Dios, haciéndose pasar por él, que es el Diablo. 


El Sínodo Jurisdiccional del Colegio de Jurisdicción Islámica también determinó en 1978 "... la masonería es una organización peligrosa y destructiva. Cualquier musulmán que se afilie a ella, sabiendo la verdad de sus objetivos, es un infiel al islam." Lo hizo después de dar 10 razones diferentes.

Conclusión a la pregunta de si Ratzinger es masón: ... A mí me lo parece, después de ver los vídeos, pues me inclino por los hechos cuando contradicen las palabras, pero... ¡Júzgalo tú! y hazme un comentario, si te atreves.


jueves, 16 de septiembre de 2010

Amigos del arte ajeno

              
            Hace muchos años que el obispado de Barbastro viene reclamando, sin suerte, al obispado de Lérida, que devuelva los llamados "Bienes de la Franja", piezas y obras de arte de los pueblos de la Franja colindantes con Cataluña, que están depositados en el museo diocesano de Lérida. Curiosamente, dicen que fueron depositados allí para evitar que fueran robados. Bien. En aquellos tiempos la intención podía ser buena. Hoy, después de los años transcurridos y los hechos acontecidos, la intención de los que deciden hoy sobre los bienes es más que sospechosa.

                     De nada han servido demandas y recursos canónicos y demás procedimientos civiles favorables al obispado de Barbastro, pues los bienes continúan sin ser devueltos a sus legítimos dueños.

                     No entiendo mucho por qué han trasladado un problema entre obispos a toda la sociedad, enfrentándonos a aragoneses y catalanes por unos bienes que, nos guste o no, son ajenos. Claro, que si no hubiera sido así, los bienes hace tiempo que estarían con sus legítimos dueños. Como han sido los políticos y los religiosos de aquí y de allí los que han enciscado al pueblo llano en el asunto, me atrevo a dar mi opinión y al que le pique que se arrasque.

               Quien ha seguido el asunto con cierto interés sabe que han sido los intereses de los gobiernos catalanes y el obispo de Lérida los que, una y otra vez han impedido por la vía de los hechos y de las omisiones, que la justicia divina y humana funcionen con normalidad y quede reparado el daño.

                Un consejo al obispo de Barbastro y a las autoridades autonómicas aragonesas: está claro, que las autoridades políticas y religiosas catalanas no quieren devolver los bienes: ellos mismos lo reconocen, con aquello de "que las piezas expuestas en el museo... forman parte del catálogo artístico protegido de la Generalidat que se opone a la disgregación" ¿Cómo se llama eso? Tiene un nombre muy feo.

              Ya está bien de tanta paciencia y diplomacias que de nada sirven: que quien corresponda se querelle, vía penal, contra quien se ha opuesto y se opone a devolver las piezas y obras de arte de la Franja, acusándolos de “APROPIACIÓN INDEBIDA” y que nos deje en paz a los aragoneses y catalanes con los Bienes de la Franja.

            Para los no entendidos, la apropiación indebida es un delito practicado habitualmente por amigos que se encariñan con lo que tienen en custodia y terminan quedándoselo.

           La propiedad de estos bienes ha sido reconocida a las parroquias aragonesas reiteradamente. Poco importa si los presuntos mansean en tablas cantando misa en catalán o viven a costa de los demás, practicando la censurable política de dilatar "sine die" la devolución de los bienes. Dilatar es no dar y, por lo tanto, cuando estás poniendo excusas variopintas para no devolver los bienes que tienes en custodia, puedes estar incurriendo en un delito. En este caso, los unos se apoyan en los otros para no ejecutar lo juzgado; si se han convertido en cómplices es su problema.

Así pues, la solución podría estar en que la justicia penal se encargara del asunto, admitiera o no la querella, juzgara y sentenciara. Quizás algunos adquieran así el respeto que no tienen y dejen de actuar protegiéndose detrás de las instituciones para hacer de las suyas. Eso sí, las autoridades aragonesas tendrán que echarle algo más de arrestos al asunto e ir a por ellos, en lugar de lloriquearnos por la radio, la televisión y los periódicos. Son sólo hombres, perversos e irrespetuosos con  los bienes ajenos, pero hombres al fin y al cabo.

 Que no se quejen los del museo de Lérida por recibir anónimos postales conminatorios a la devolución o por encontrar en el libro de visitas del museo mensajes de gentes cabreadas, que alguien los ha cabreado antes para utilizarlos en su provecho.

Que tengan respeto a las normas, que las leyes nos obligan a todos, y los que guardan esos bienes contra derecho, que dejen de apoyarse en Santa Rita para hacer su santa voluntad. Sí, aquello de “Santa Rita, Rita, Rita, lo que se quita no se da.” ¿O era al revés?

martes, 7 de septiembre de 2010

Mi vecino de asiento y los vándalos de antaño.-

                Pocas veces tomo el autobús, pero ayer fue la excepción. Era un autobús enorme, de esos que arrastran un remolque con fuelle en medio y que debe cargar más de dos cientos pasajeros. Me senté detrás, en un espacio donde hay cuatro asientos enfrentados dos y dos y puedes verle la cara a los de enfrente y ellos a tí. Al otro lado del pasillo, había otros cuatro asientos en la misma posición.

                Viajábamos poca gente. En los asientos del otro lado del pasillo se acomodó un joven de unos dieciséis años. Pelo largo, lacio y liso que parecía recién lavado, gordito y sin un solo pelo en la cara y de tez muy blanca. Vestía una camiseta negra con dibujos y mensajes en inglés y unos vaqueros algo caídos, con rotos preparados. Por último, calzaba unas botas de tela negra algo sucias, que imitan a las de balón cesto.

                Pues bien, sin pensarlo dos veces, como los asientos de enfrente estaban vacíos, acomodó sus patas en ellos. Hasta ese momento, el mozo tenía piernas y pies como cualquier ser humano.

                Se le veía aplomo en sus maneras, como si estuviera acostumbrado a hacerlo en casa. No le dije nada y me limité a observar. Yo, por mi parte, ocupaba solo mi asiento, con el respeto y las maneras sociales que adquirí.

                Pensé que no lo hacía con malicia ni por desprecio a los demás, era su manera de estar; seguramente, que nadie le había dicho que esa no era forma de sentarse en un transporte público. Su crianza y educación, sin duda, flojeaban un poco.

                Siguió en la misma posición hasta que las patas se le cansaron y  le pidieron cambiar de postura; con toda tranquilidad, puso las botas en el suelo.

                En un momento determinado pensé en preguntarle con la mayor educación posible para ver si me explicaba su forma de ver la vida. No lo hice, pero me fijé que los respaldos de los asientos estaban pintados con rotuladores muy gordos y que habían escrito algo ininteligible en ellos. Eso me pareció mucho peor que poner los pies en el asiento, con lo que me reconcilié con el chaval. Había otros chavales, sin duda mucho peor educados que él, herederos de aquellos vándalos que entraron en España y terminaron desapareciendo en el África profunda hace unos 1500 años.

¿He dicho desapareciendo? Me equivoqué: los vándalos nunca desaparecieron en África, siguen engendrando descendencia entre nosotros y entre otras cosas deplorables, lo pintarrajean todo. 

domingo, 5 de septiembre de 2010

Nunca es tarde si la dicha es buena. Que nos pidan perdón.

Según información publicada en El Plural.com "Un franciscano abandona el sacerdocio, por estar en contra del obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, al que tacha de anti nacionalista".

Hemos padecido durante muchos años la confusión existente en Vascongadas dentro de la Iglesia, donde miembros del clero y autoridades religiosas venían justificando, no ya el nacionalismo, como este franciscano, también el independentismo y el terrorismo. Hasta ahora, la iglesia de Roma se ponía de perfil en estos asuntos, que, por otra parte, dividían al clero español y provocaban escándalo. Bien venido sea el cambio, y más, si trae consigo la limpieza de clérigos carentes de caridad cristiana en casas parroquiales, sacristías, iglesias, catedrales, conventos, santuarios, universidades católicas, obispados, etc.

A lo largo de estos años, hemos visto nacer y extenderse por América la Teología de la Liberación, de la mano de eminentes jesuitas. La Iglesia, permisiva en un principio, pasó al ataque contra esta ideología que confundía cristianismo con marxismo. Juan Pablo II, enemigo declarado del marxismo, no dudó en utilizar todos los medios a su alcance, hasta acabar con ella. En Vascongadas por el contrario, los mismos que impulsaban la Teología de la Liberación en América, con la excusa de defender a los pueblos oprimidos, venían favoreciendo el nacionalismo, no importándoles en absoluto la ideología que hubiera detrás o los medios que utilizaran en su consecución: fervientes católicos de derechas dentro de un partido nacionalista que se decía democristiano; comunistas que han llegado a proponer candidaturas con el nombre de Partido Comunista de las Tierras Vascas;  una banda terrorista como ETA, que asesina discriminada e indiscriminadamente y una sociedad atrapada por el miedo dejándose arrastrar. Todos ellos colaborando contra un enemigo opresor inventado, que es el resto de España. Han sido muchos los clérigos vascos que han apoyado y justificado el terrorismo en Vascongadas, menospreciando a las víctimas y a sus familias, que se han visto obligadas a sacar a sus muertos de las iglesias vascas por la puerta de atrás. De poco sirven las condenas de los atentados, si no se pone orden entre los sacerdotes y clérigos que los apoyan.

Sabemos de la dificultad de distinguir a los individuos de las organizaciones a las que pertenecen, a la hora de aplicar responsabilidades, pues, cuando el que pertenece a una organización comete un delito o cualquier acto vergonzoso, la organización nunca es imputable y suele desentenderse del socio, que se come solito el marrón, aunque haya sido inducido a obrar. Así y todo, la historia es la que es: ETA nació a mediados del pasado siglo, gracias al impulso de organizaciones religiosas (en cualquier enciclopedia de Internet cuentan el proceso); después, entre todos favorecieron la confusión, pero, también favorecieron la creación de un entramado social, económico y político nacionalista, para ayudar en el objetivo mundano de crear una nación en una región más de España, a través de un camino hecho con sangre.

Sin duda, el franciscano en cuestión habrá colaborado con su extraña piedad, en la utópica y sangrante idea de ascender a la categoría de nación la tierra que vio nacer al pequeño Iñigo, una tierra que formaba parte de España y que Iñigo defendió como soldado de las tropas castellanas frente a las franco navarras, que pretendían recuperar el reino de Navarra, en manos de Castilla. Este Iñigo cambió su nombre por la versión latina del mismo, Ignacio, por ser más común en las otras naciones. Entendemos el enfado franciscano, al ver que el plan secesionista podría estar fallando, pues sus ejecutores no contaban con que el Vaticano pusiera en Vascongadas a obispos que no comulgaran con una religión exclusiva para nacionalistas y que no temieran imponer en Vascongadas el orden y la obediencia entre el clero.

Suponíamos, que seres espirituales como este franciscano, habían sacrificado su vida en la Iglesia Católica, para orientar a los cristianos en particular y a los hombres en general, a encontrar la salvación; también suponíamos que, personajes como él, no distinguían entre hermanos y ayudaban a todos por igual -como hace el hermano "Patera", franciscano como él, con los que llaman a su puerta tras pasar el Estrecho de Gibraltar. Muy a pesar nuestro comprobamos, que este renegado distingue entre amigos (los nacionalistas vascos) y enemigos (los demás). Incluso, se atreve a tachar de anti nacionalista (anti vasco) al bueno de Munilla, que parece buen cristiano y, además, buena persona.

No nos engañemos: este personaje no ha sido nunca franciscano ni cristiano; pues no ha asimilado ninguno de los mensajes de san Francisco de Asís, ni los mensajes de Jesús. Es un burdo servidor de Satanás, que ha vivido disfrazado entre los franciscanos, para favorecer al nacionalismo vasco, recibiendo prebendas por ello. Gracias a Dios, sus palabras le han delatado como lo que es; ahora, sin el hábito franciscano, le costará esconder el rabo cuando oficie a su Señor.

Pero, ¿seguirá vertiendo su veneno en las universidades católicas en las que pretende seguir dando clases? Seguramente encontrará quien le ayude, incluso medrará política y socialmente en esa sociedad de podredumbre.

Obispo Munilla: líbérenos de males como éste. Si el Vaticano se ha decidido de una vez por todas a imponer su autoridad en el País Vasco, que atornille bien a los jesuitas de Deusto y a los de la Obra de la Universidad de Navarra y a quien haga falta, para que este individuo no vuelva a dar clases ni en su casa. La Orden Franciscana, que haga lo mismo. Nos habremos librado de un pájaro de cuentas. Tampoco merece la pena atraerlo de nuevo a la fe católica, pues demasiadas oportunidades habrá tenido a lo largo de su vida de practicar la caridad cristiana con todos sus semejantes y diferentes y no lo ha hecho. Que la busque solo. Obispo Munilla, desde el respeto: hay muchos más como éste. A la calle con ellos si no se marchan. Que se lo tomen como penitencia si es que antes se arrepienten. Además, a uno lo pueden ayudar sus congéneres,  a ciento les resultará más difícil.

Ya de paso, siguiendo las costumbres del anterior Papa de pedir perdón a diestro y siniestro, aunque no hace falta, nos vendría bien a todos los españoles que el Papa actual nos pidiera perdón, en especial a las víctimas de ETA y a sus familiares -que son cerca de mil los españoles asesinados, todos católicos, sin que el Vaticano hiciera nada para imponer su autoridad en la Iglesia Vasca-, que durante más de 60 años, muchos de esos religiosos, siguiendo a algún obispo, se han dedicado a justificar desde el púlpito lo injustificable, abandonando a los verdaderos cristianos. Ahí están las iglesias vascas, llenas de ignominia y vacías de virtud.

Uno en su ingenuidad se pregunta: ¿Para qué querrán estos pájaros de mal agüero, disfrazados de catolicazos, convertir en nación las provincias vascongadas españolas? No lo dirán, pero seguro que buscaban un territorio donde continuar haciendo experimentos sociales sin que nadie los desautorice. No pasarán, pero si lo hacen, que se preparen todos los sectarios que se han echado en sus manos, defienden la causa e incluso han asesinado por ellos: serán sus familias las que sustituyan a los indios guaraníes como conejillos de indias en la futura teocracia socialista vasca. Que se olviden de echar atrás el proceso cuando no les guste, que si toman el poder estos sayones no los echan ni con exorcismos.

Tendrán la caradura de hablar de Dios para justificarse, pero no es a nuestro Dios al que ellos rezan. Nuestro Dios no pide sacrificios de sangre, ni exige a sus sacerdotes exterminar enemigos, que a todos nos debe considerar hijos suyos. Cuando los que dicen luchar por la independencia de los vascos mandan asesinar a alguien, están ofreciendo víctimas a su dios, un ser que vive, como ellos, del dolor ajeno. Parece una idea absurda que no entendemos los modernos, pero los sacrificios humanos siguen estando vigentes y son bien vistos por algunos jerarcas de los que dirigen el mundo: para ellos, estos sacrificios son bien recibidos por el ser que adoran, que ha de dar el visto bueno a cualquier cambio social que se pretenda hacer. Y son más habituales de lo que creemos: las bombas atómicas de Hirosima y Nagasaki pueden considerarse sacrificios humanos: el pago que tenía que dar Japón como castigo por tomar parte en la guerra en el bando equivocado. Nada las justificaba. Los genocidios de Ruanda... Etc. Para ellos, toda vida humana que no sea la suya, carece de valor, si es por la causa.

Muchos españoles estamos dispuestos a perdonar, pero, que primero se arrepientan y, después, como penitencia, que cumplan el castigo que merecen. La reconciliación siempre es posible.

Obispo Munilla: No ceje en su empeño de limpiar la iglesia vasca, que la gente de bien estamos con Usted.