viernes, 29 de octubre de 2010

¿Quién está impulsando el aborto libre en el mundo y por qué?



El movimiento abortista en el mundo parece surgir espontáneamente de la iniciativa de gentes y organizaciones  que dicen tener un pensamiento avanzado y progresista, pero no es así, no es un movimiento espontáneo, detrás hay un impulso y una coordinación manifiesta y ese pensamiento avanzado se queda en un intento de justificar un delito contra la vida humana disfrazándolo de un derecho de la mujer. Para ponerles nombre a los responsables de este impulso, hablaremos del “Nuevo Orden Mundial”, una plataforma de anti valores propugnados por un poder en la sombra que se esconde detrás de muchas organizaciones políticas. Todas ellas adoptan el aborto libre como uno de sus valores fundamentales.

El hecho incuestionable es que el movimiento abortista se desarrolla con eficacia en muchos países diferentes; no importa si sus gobiernos son de derechas, de centro o de izquierdas, lo que influye más en su desarrollo e implantación es la pérdida de valores tradicionales de la sociedad que los acoge, la falta de valentía y exceso de complejos de muchos gobiernos y naciones, que no quieren ser catalogados de retrógrados y el desamparo y la pobreza de algunas sociedades, que las hace inermes a los poderosos de la Tierra. Al final, los llamados países del primer mundo, los que compiten por estar entre los países más desarrollados, terminan quitando de su código penal el delito de aborto.

Organizaciones como la OMS y la UNICEF estarían implantando los valores negativos de ese N.O.M. (Nuevo Orden Mundial), con el visto bueno de la O.N.U. pues, en los últimos años, se han desenmascarado por sus iniciativas abortistas. Sorprende sobre todo la UNICEF, organización que se presenta como protectora de la infancia en el mundo y actúa, por el contrario, como una organización que se opone a la vida: echemos un vistazo al informe de “Hazte Oir”, portal de ciudadanos con ideario cristiano y defensores de la vida, que no dudan en desenmascararlas (http://www.hazteoir.org/node/6119 ). Curiosamente, la UNICEF favorece el aborto, mientras pide dinero cada Navidad para ayudar, según dicen, a los niños más necesitados del Mundo. Como vemos, no ayudan a los niños más necesitados de protección en el mundo, que son los no nacidos, por lo tanto, con mi dinero que no cuenten.

No son sólo esas organizaciones las que impulsan el aborto en el mundo: los gobiernos de muchos países las secundan, gobiernos títeres de esa élite mundial que anda detrás de todo lo que mueve un céntimo y además, busca el control de todos los nacidos y de las organizaciones que los gobiernan.

Si nos preguntamos ¿Por qué hay alguien interesado en acabar con un valor tradicional como el derecho a la vida en las sociedades avanzadas? La respuesta es sencilla: Para apoderarse de esas sociedades y acabar con la influencia que mantienen en ellas las religiones tradicionales.

No imaginemos a un ejército invasor apoderándose de una nación, que los tiempos han cambiado, hoy basta con que una sociedad acepte otros valores para que pierda  su autonomía. El modelo que siguen es el de la vieja Iglesia Católica: en sus inicios, precisó  de la autoridad de un emperador romano para hacerse con el poder en el mundo conocido, pero después, sin ejércitos, ha sido capaz de gobernar medio mundo con cuatro curas que imponían y aplicaban sus valores a los reyes, hasta en el último rincón de la selva. Esto mismo es lo que buscan los que impulsan el N.O.M.: mandar en el mundo, pero en lugar de hacerlo a través de la estructura orgánica de una organización humana, como lo ha venido haciendo la Iglesia Católica, quieren hacerlo desde su cúpula de poder, a través de los medios de comunicación que, en su mayoría, dependen de ellos. Por supuesto, dominar el mundo significa para ellos, acabar con la influencia que ejercen sobre los hombres las religiones de siempre.

En nuestro tiempo, apoderarse del mundo aplicando valores religiosos al uso resultaría imposible, pues son muchas las religiones que se disputan a los hombres y ninguna de ellas cede sus territorios ni sus fieles a las demás. Lo han intentado, no obstante. Pero al ver la imposibilidad, intentan, a través de ese N.O.M. y a la vista de todos, imponer en todas las sociedades humanas los nuevos valores, mejor anti valores, que pasan por ser valores progresistas que sustituirán poco a poco los valores tradicionales de cualquier sociedad. El N.O.M, con sus anti valores, se salta las barreras que imponen las religiones tradicionales, enfrentadas cada día, por la acción del NOM, a la secularización de sus sociedades y a la pérdida de religiosidad de sus gentes, atrapadas en el materialismo real y en la ignorancia espiritual creciente y generalizada. Aunque lo hacen a la vista de todos, lo hacen con la mayor discrección, escondiéndo sus verdaderas intenciones. Así, la UNICEF, tras un manto de protección a la infancia, potencia el aborto y la OMS lo hace con la escusa de proteger la salud..

El Nuevo Orden Mundial promueve una sociedad fundamentada en un materialismo sin Dios; un mundo ateo cuyos antivalores contradicen la tradicional espiritualidad del hombre. El Nuevo Orden, sin explicar sus razones, es contrario a la vida y esconde a la muerte en el devenir cotidiano de sus sociedades, únicamente cuando no le queda más remedio que afrontarla, la presenta a los hombres temerosos e ignorantes como un inconveniente temporal que los adelantos de la medicina pueden superar. En el fondo, parece que deseemos que tengan razón y seguimos la consigna de ignorarla. Hasta hace poco tiempo, convivíamos con la muerte sin ocultarla, asumiéndola cada día en familiares, vecinos y conocidos. Hoy, el muerto desaparece con el último aliento y toda una cadena de gentes se coordinan para que no veamos el cadáver. 

Aunque la estructura del edificio que están creando con el NOM parece fuerte, sus cimientos están en el aire. Una nueva estatua con los pies de barro. Y es que lo que se fundamenta en la mentira es ilusión, engaño y una falsificación de la realidad, pero, desgraciadamente para el hombre, las mentiras llenan nuestra vida sin que nos demos cuenta, y así, por generaciones y generaciones, vivimos de espaldas a la realidad. Eso demuestra, que la mentira es más fuerte que la verdad y que los seres humanos, más que confiados, somos unos completos estúpidos. Solo con abrir los ojos del entendimiento, veríamos esa realidad y quedarían al descubierto los engaños, pero los problemas diarios y la comodidad nos seducen: ¿para qué luchar?, ¿ïbamos a cambiar algo? Vivamos, que son cuatro días.

Muchas gentes de buena voluntad está deseando que la ONU rija la política del planeta, para imponer una autoridad sobre las naciones, pero descubrimos, que esa organización no es nada recomendable: fomenta valores contrarios a la vida a través de la OMS y de UNICEF. ¡Claro!, que pensándolo bien, no es ninguna sorpresa, la sorpresa la tuvimos cuando supimos en 1994 que la ONU no hizo nada para evitar el genocidio de Ruanda, masacre que pudo haber evitado con unos cascos azules más activos. ¿Por qué consintió la ONU el asesinato de más de un millón de personas en 100 días?, ¿eran ya suficientes y por eso intervinieron para salvar al resto?, ¿suficientes para qué?, ¿mereció Kofi Annan, por aquél entonces jefe de las tropas de paz de la ONU, ser ascendido a Secretario General  de esa organización?, ¿por qué ascendieron a semejante personaje?, ¿acaso por mirar hacia otro lado? Diez años después decía que podía haber hecho más para evitar el genocidio de Ruanda y echaba la culpa a la comunidad internacional (http://news.bbc.co.uk/2/hi/africa/3573229.stm). Acabaron llamándolo en lugar de Kofi, Kakofi, por sus censurables costumbres durante su mandato como Secretario de la ONU.

Pero, ¿quién está detrás de la ONU?, ¿quién está detrás del NOM?, ¿quién desea cambiar los valores de la sociedad de nuestro tiempo, por antivalores?  Pensemos un poco, que es muy sencillo de descubrir. Son siempre los mismos, son muy pocos y lo que hacen lo hacen sirviendo a su señor.

¿Estamos hablando de un control de la natalidad salvaje y sangriento?, ¿estamos hablando de sacrificios humanos?, ¿o estamos hablando de las dos cosas?

Por increíble que parezca, por sacrificios humanos tomamos algunos a las víctimas de Hiroshima y Nagasaki, que la guerra estaba perdida para Japón y a pesar de ello, le hicieron pagar con sangre inocente su vuelta al redil del llamado mundo civilizado y occidental; por sacrificios humanos tomamos el genocidio de Ruanda, y por sacrificios humanos debemos tomar a los millones de seres humanos que cada año mueren al abortar sus madres de forma voluntaria.

Se les llama sacrificios humanos, porque en las antiguas ceremonias de sangre, las familias, la ciudad, el pueblo entero se sacrificaba, al resignarse a perder a sus seres queridos en beneficio de la comunidad, dejando que el sacerdote asesinara a los suyos para buscar el amparo o el perdón de un dios. También se sacrificaba la víctima, que renunciaba a la vida de forma más o menos voluntaria, pero la mayor pérdida era siempre para los vivos, que perdían su descendencia y la ayuda de un miembro más en la comunidad en plenas facultades físicas para luchar o para procrear. De todos los sacrificios humanos, el sacrificio humano más valorado en la antiguedad para satisfacer a los dioses ha venido siendo el sacrificio de un hijo primogénito (como narra la Biblia, donde Abraham, consiente en sacrificar a Isaac, hijo único de su vejez, a YHVH), luego venía el sacrificio de las doncellas. Pues bien, mucho más valor como sacrifico es el de una criatura que todavía vive en el seno materno y que suele ser además primogénit@, pues, sin haber llegado a nacer, es asesinad@ con el consentimiento de la madre, por un profesional médico que ha jurado defender la vida en el ejercicio de su profesión.  Es duro describirlo, pero es así. 

La diferencia está en que, antiguamente, las madres y las familias aceptaban de forma más o menos voluntaria el sacrificio de sus hijos a un dios por el bien de la comunidad, en nuestro tiempo no es así, los motivos de las madres para abortar no tienen nada que ver con aquellos sacrificios en favor de dios alguno. Si sabemos los motivos por los que las madres deciden abortar, no sabemos en absoluto las intenciones que tienen las organizaciones internacionales que impulsan el aborto libre en el Mundo, aunque nos lo imaginamos. Ese Nuevo Orden Mundial que buscan imponer es para preocupar. No debemos mirar para otro lado, debemos enfrentarnos con valentía a los que lo quieran imponer y a los innombrables que están detrás. Organizaciones como Hazte Oir hacen bien en denunciar, pero necesitaríamos que fuera la misma Iglesia de Roma la que denunciara con nombre y apellidos a quien está detrás de todo esto. Hacer como si no pasara nada, es imitar a Kofi Annán cuando dirigía las tropas de paz de la ONU, que estamos todos en peligro. Los que se llaman pastores que luchen contra el lobo que acosa a su rebaño.

Si no sacrifican a los fetos en favor de ningún dios y lo que pretenden es regular el crecimiento exponencial de la población favoreciendo el aborto libre, es una medida torpe y censurable. Los países más desarrollados son los más necesitados de natalidad, pues tienen una población muy envejecida y sus parejas fértiles inician muy tarde la labor de procreación. El aborto es en ellas una lacra. En estas sociedades, el aborto contribuye al suicidio de esa sociedad y a la desaparición de su cultura. Además, lo pinten como lo pinten, el aborto en cualquier parte siempre será el asesinato de un ser humano. Que no pretendan darnos gato por liebre.  

Seguramente es lo que están buscando: sociedades nuevas sin raíces, para poder manejarlas a su antojo.

Menuda cuadrilla.


viernes, 15 de octubre de 2010

El aborto no puede ser un derecho... de nadie

En la sociedad de nuestro tiempo, de forma taimada, nos están cambiando los valores tradicionales por sus contrarios. Así, oscuras fuerzas disfrazadas de modernidad intentan que aceptemos el aborto como parte del progreso; un logro social para la mujer; al final, un derecho incomprensible. Para convencernos de su bondad, nos hacen creer que ese derecho permitirá superar a las mujeres los condicionantes propios de su naturaleza femenina y que podrán realizarse como personas al quedar liberadas de la carga milenaria de soportar embarazos no deseados. Como estamos hablando de aborto libre y no de casos extremos donde estaría en juego la vida de la madre, ese derecho general al aborto que reconocen a la mujer no tiene justificación, pues contradice el derecho a la vida del hijo que lleva en su vientre:

Aunque sean leyes aprobadas democráticamente, si no siguen los cauces del Derecho Natural, no alcanzan esa legitimidad que las hace indiscutibles al paso del tiempo, pues, el Derecho Natural, aunque no esté escrito, es anterior a cualquier derecho positivo. En el Derecho Natural está grabado a fuego, como un derecho básico del ser humano, el Derecho a la Vida. Ese derecho es fundamental y anterior a cualquier otro derecho del ser humano, por lo tanto, si esas oscuras fuerzas quieren imponer el aborto como un derecho general de la mujer, antes tendrán que echar abajo el Derecho a la Vida.

Los políticos se han limitado a disfrazar el aborto con descripciones huecas como “Interrupción Voluntaria del Embarazo”, etc., en un intento de tapar la realidad y que la sociedad termine aceptando el aborto como algo útil y positivo para la mujer y para la sociedad: un cambio que forma parte del progreso. Y es que, lo de poner palabras finas a asuntos oscuros es una práctica muy arraigada entre los que gustan de blanquear la realidad. Por no irnos muy lejos en la historia, los nazis acostumbraban a esconder su holocausto judío con frases neutras como “Solución Final“. Lo llamen como lo llamen, el aborto libre siempre será “el asesinato de un ser humano no nacido, llevado a cabo por otra persona –normalmente un profesional de la medicina-, con el consentimiento de la madre”.

En esa línea de ruptura con las tradiciones y sin argumento doctrinal o científico alguno, nuestros políticos han convertido el aborto en nuestro país en un derecho de la mujer y lo han hecho por las bravas, pensando que la voluntad del legislador no tiene límites.

Pero, por mucha legalidad que ostente ese derecho, les guste o no a los políticos que lo han impulsado, el aborto libre será como mínimo un homicidio, sean cuales sean las palabras que utilicen nuestros legisladores para tapar la sangre. No basta con sacar del código penal un delito para que éste deje de serlo, tendrá que salir también de la cabeza de las gentes con sentido común. Por otra parte, si el legislador permite asesinar inocentes no nacidos, ¿qué vendrá después? La ley no puede cambiar los hechos: en un aborto, se priva de la vida a un ser humano cuando está en proceso de formación. Las eximentes, atenuantes o agravantes que concurran en cada caso funcionan en el aborto como en cualquier otro delito, y nunca debería considerarse su práctica un derecho de nadie. Nadie puede arrogarse el derecho de matar a otro ser humano y mucho menos, en un tiempo en el que el propio Estado ha renunciado a aplicar la pena de muerte a sus ciudadanos, por graves que sean sus delitos. En nuestra legislación actual sin embargo, ese derecho supone que la madre puede decidir sobre la vida de su futuro hijo como nunca lo haría un juez, que antes lo juzgaría; acto seguido, un médico se constituye en verdugo y cumpliendo la voluntad de la madre, saca al ser humano indefenso que lleva en el vientre para dejarlo morir o matándolo previamente.

Está claro, que la madre, cuando toma la decisión de abortar, está pasando por un momento duro en su vida, pues nadie en sus cabales aborta alegremente. Le ponen delante una solución a su problema que parece rápida y limpia, como es abortar, pero lleva detrás unas consecuencias gravísimas que marcarán su vida y eso no se lo recalcan. Hay otras soluciones compatibles con su situación, que se llaman ayudas. Cuando se le ofrece una ayuda acorde a su necesidad, la mayor parte de las veces, la futura madre opta por tener al bebé. Parece que es mejor negocio desalojar al feto del vientre materno y triturarlo para que sirva de alimento a las ratas, antes que amparar a las mujeres embarazadas con problemas, para que no tengan que abortar. Eso no se hace o se hace en contadas ocasiones.

En este juego, unos 125.000 españolitos se fueron por las alcantarillas de las clínicas abortivas en el último año, en un país que se queja de tener baja natalidad y que en alguna ocasión plantea en los telediarios alternativas a este problema, pues vivimos en una sociedad envejecida, con una Seguridad Social al borde de la quiebra. Pues bien, nuestros políticos, en lugar de amparar a las madres para que tengan a sus hijos, mejorando nuestra pobre natalidad y nuestro futuro, las animan a abortar para que sigan enriqueciéndose los Morines de turno.

Para evitar nuevos escándalos, quieren que los abortos sean practicados en la Seguridad Social y como la mayoría de los médicos se niegan a practicar abortos, en el Consejo de Europa están maquinando leyes para acabar con la objeción de conciencia.

Por no hacer más largo este artículo, seguiré desgranando el problema del aborto  en nuevos artículos: Ver qué organizaciones mundiales están favoreciendo el aborto y otras historias que, seguramente, nos pondrán los pelos de punta.