Regalaré peras del olmo, deseos incumplidos, estrellas invisibles, amigos del alma, canciones sin autor, viajes a la Luna, amores perdidos, sueños imposibles, maravillas intocables, cromos de chocolate, chicles de bola, pipas con sorpresa, dolores de risa, cuentos felices, dietas milagrosas, vidas de película, culos molones, pechos solidarios, hipotecas incobrables, préstamos locos y bodas de hecho. Lamentablemente, la vida es otra cosa. ¡Perra vida!
lunes, 23 de noviembre de 2009
El engaño sobre el cambio climático
domingo, 22 de noviembre de 2009
Descomposición provocada de nuestra querida España
viernes, 13 de noviembre de 2009
Matrimonio en tierra de dos pájaros de altos vuelos como British e Iberia
lunes, 9 de noviembre de 2009
La Caída del Muro de Berlín, 20 años después.
Hoy se conmemora el veinte aniversario de la caída del “Muro de Berlín”. Veinte años después, los berlineses en particular y los alemanes en general, en función de la experiencia personal vivida, tendrán su propia opinión sobre la trascendencia de su caída. Habrá quien añorará aquellos años, habrá quien los habrá olvidado, y la juventud alemana con menos de 20 años se hará cruces al escuchar términos como guerra fría, etc. Fuera de Alemania, el asunto es más tibio, pues mucha gente en este mundo pasa por la vida sin enterarse de nada o sin querer enterarse de lo que ocurre a su lado.
La “Caída del Muro”, les guste o no a los que continúan nostálgicos militando en los denominados partidos de izquierda, significó la caída del socialismo: una forma de vida y de hacer política que llevaba muchos años tambaleándose. El socialismo sigue siendo idealizado por gentes que no quieren entender que es un pensamiento contrario al hombre. Cuando se ha aplicado, se han exigido muchos sacrificios a los de abajo, para, al final, darles las migajas de un paraíso socialista, que no era más que un infierno oculto tras mucha propaganda. Los humanos llevamos el egoísmo innato: forma parte de nuestra naturaleza; lo de compartir es una actitud que cuesta aprender. Por otra parte, no hay dirigente político capaz de aplicarse el socialismo a sí mismo, sin aprovecharse de los demás. En el fondo, nadie queremos que nos lo apliquen, pues sabemos que el socialismo iguala por abajo, y que si toca reparto, te dan mierda. Los manjares quedan arriba: trascendieron las películas de los dirigentes rusos entre orgías, mientras sus gentes vivían con grandes estrecheces o morían de hambre.
Quedan algunos paraísos socialistas en pie. No sé cómo los que se sienten tan “progres” no emigran a ellos. No suele haber fila para entrar; sí en cambio, hay fila para salir, y en cuanto ven sus residentes algún agujero en el muro, escapan, aun a riesgo de su vida. Se me ocurren dos ejemplos que aparentan vivir el socialismo puro: Corea del Norte y Cuba. Dos grandes cárceles donde no es desconocida el hambre. Las dos naciones están en manos de sendas familias que obligan a sus gentes cada día a agradecerles la miseria en la que viven.
Millones de muertos, más de los habidos en las dos guerras mundiales, han acontecido en la constitución y mantenimiento de los regímenes socialistas conocidos. A ellos, habría que sumar también los millones de muertos de
El Muro de Berlín cayó hace veinte años, y con él el socialismo, pero muchos hacen como que no ha ocurrido, inasequibles al desaliento en su deseo de imponer a los demás un régimen político antinatural y fracasado, que les permita vivir o seguir viviendo a costa de la opresión ajena. Otros incautos, lamentablemente les apoyan, pensando, que no solo es posible el socialismo, sino que es el sistema político más justo. Creen que fue inventado para liberar a los hombres, sin darse cuenta que el socialismo lo puso por escrito un hombre llamado Marx, por encargo de unos banqueros, que sirviendo a su señor, buscaban el dominio total de la raza humana. Ya controlaban a la sociedad media y alta, y querían meter en cintura también a los que no tenían nada que perder. Estos últimos, creyendo que luchaban por su libertad, en realidad, cambiaban la cuerda vieja por la cadena nueva que les aprisionaría el cuello a ellos, a sus hijos y a sus nietos. Setenta y dos años costó romper esa cadena.
¿Que no te lo crees? Intenta publicar un libro que ponga en duda el sistema vigente -que en el fondo solo es uno, porque no hay más que un amo con distintas granjas-. Las obras de Lutero, Melanchón o Calvino, difundidas en tiempos en que la Iglesia Católica imponía respeto, no tuvieron la difusión que tuvieron por casualidad, había detrás gentes poderosas intrigando y poniendo mucho dinero para recortar el poder de la Iglesia en Europa, en favor del Protestantismo naciente al que favorecían. Los mismo intrigantes impulsaron la distribución del Capital -la obra fundamental del marxismo-, e hicieron lo imposible para aislar y derribar al Zar de todas las Rusias. Han fomentado muchas guerras; las últimas, las han ganado todas. En este momento, ni una sola hoja cae del árbol editorial sin su consentimiento; si tienen un descuido, rápidamente lo neutralizan. ¡Eso sí!, le puedes atizar a la Iglesia Católica con el palo que quieras, con razón o sin ella, que tienen abierta la veda y los cristianos, que hasta ayer se hacían respetar, ni se defienden.
Los muros hechos para aislar a los hombres de las ideas y de la verdad hay que derribarlos. Los muros como el de Berlín son muros de la vergüenza. Y los que los levantan, auténticos sinvergüenzas a los que hay que combatir sin descanso.
domingo, 8 de noviembre de 2009
Tardío Adiós a Sabino
Un Adiós tardío al compatriota Sabino, que pasó a mejor vida.
Sabino: Ya perdonarás mi tardanza en decirte adiós. No me conocías; yo a ti sí, como millones de españoles, que te admirábamos y te estábamos agradecidos desde el anonimato. Sabías ser y estar y hacerlo con elegancia y discreción. Un gran español que ejercía como tal sin presumir.
Hacía tiempo que te habían desechado como si fueras un trasto viejo. La presbicia o vista cansada la padecen aquellos que no ven bien de cerca, mientras que la miopía la padecen los que no ven bien a lo lejos. Quien te desechó estaba muy mal de la vista, pues no supo ver, ni el valor de tu persona, que estabas siempre a su lado, ni lo que podías haberle aportado durante unos años más ejerciendo tu labor vigilante.
Detrás de un buen dirigente suele haber, al menos, un buen consejero, que es lo que tú eras. Pero no siempre se tiene suerte con los dirigentes, que salen buenos uno de cada muchos; y hasta los mejores, tienen errores graves o se tuercen.
Cansado de un testigo que le resultaba incómodo, alguien que está para servirnos, olvidando tus importantes servicios, creyó que los años le habían dado lo que la naturaleza le negó, y que sabía lo suficiente para prescindir de ti. No pensó en el daño que nos hacía al resto, prescindiendo de tus consejos. Echaba al incómodo testigo de sus desvaríos, pero perdía con ello al copiloto que le ayudaba a llevar la nave por la mejor ruta. Unos navegan en el puente y otros en la sala de máquinas, pero todos vamos en el mismo barco, procurando los unos por los otros.
Tus sustitutos tomaron la responsabilidad sin tu prestigio ni autoridad moral, fáciles marionetas sujetas a la obediencia del superior inalcanzable, que en tu caso era alumno y casi hijo.
Continuaremos sin ti, ocupado como estás en buscar el camino que lleva al Paraíso, en busca del verdadero Dios. Deseamos que lo encuentres. El camino que te resta lo haces solo: vigila, para no caer en el engaño; por donde caminas, los que se dejan atrapar por el demonio vuelven otra vez a la vida, teniendo que representar un nuevo papel en esta comedia que fácilmente se convierte en drama o en tragedia.
Vete tranquilo, que has cumplido, el infierno está aquí.