lunes, 23 de noviembre de 2009

El engaño sobre el cambio climático

Este fin de semana se ha descubierto que los calentólogos mentían ¿Que quién son los calentólogos? Son un grupo de científicos que comen en el pesebre de las multinacionales interesadas en el negocio de la energía; se dedican a asustar al mundo, anunciando el calentamiento de la Tierra. Se amparan en una cualidad que tiene el clima, que es variable y tiene ciclos más o menos largos de frío, calor, humedad, sequía, impredecibles. Al no existir datos estadísticos fiables más allá de 150 años, después de asustarnos, intentarán vendernos remedios para un problema que no existe. Para darse credibilidad, presionan a las revistas científicas para que no publiquen artículos que contradigan sus tesis, dejando sin voz los colegas que no se unan a su apocalíptica visión del clima. ¡Vamos!, que se han dejado comprar por los de siempre, que buscan sacar tajada inventándose un problema de dimensiones planetarias. Como en el caso de la gripe A, sus remedios serán carísimos e innecesarios, y los colarán a través de los políticos corruptos que gobiernan la mayoría de los países. La opinión pública ya estará convencida y se tragará el sapo que le echen.

Ningún medio de comunicación en España, salvo Libertad Digital, se ha hecho eco de la noticia. Nuestros medios de comunicación también chupan del bote, o sea, alguno de sus accionistas presiona para que determinados hechos, a su conveniencia, se oculten o se agranden. Y es que muchos de los medios de comunicación de este mundo, editoriales incluidas, terminan siendo comprados o cerrados por los que se consideran los dueños. ¡Ojo! me refiero a que se creen dueños del mundo mundial.

Queda mal decir "Ya lo advertí", pero es que es así: ver el artículo de mi blog del 26 de enero titulado "Cambio climático ¿cambio qué?", y para quien desee comprobar la información de Libertad Digital, que pique en el título subrayado de este artículo.

Los han descubierto con las manos en la masa, manchados de harina hasta colodrillo, pero siguen en sus trece, sabedores, que insistiendo en una mentira, muchos se la terminan creyendo. Hoy mismo, con dos cojones, la TVE pública ha dado una noticia más de las que acostumbran, mientras en el resto de Europa, la mayoría de medios, se han hecho amplio eco del escándalo, al sentirse engañados y manipulados por estos calentólogos de pacotilla. No son más que unos estafadores que andaban preparandonos a los primos, jualais y mirlos blancos, para timarnos.


domingo, 22 de noviembre de 2009

Descomposición provocada de nuestra querida España

Dicen, que las civilizaciones que en el mundo han sido han dado sus mejores frutos cuando estaban descomponiéndose y a punto de desaparecer. Roma civilizó el mundo conocido llevando el latín hasta sus confines, dándole sus leyes y llenándolo de obras de ingeniería que han llegado hasta nuestros tiempos ¿Por qué no pudieron gobernar los romanos el Mediterráneo mil años más?
Un tal Huerta de Soto afirma que el Imperio Romano cayó por que los emperadores se echaron en manos del socialismo, rompiendo la economía de mercado. Es un punto de vista, pero al profesor de economía le recuerdo que el negocio principal de Roma no era la explotación de la tierra, ni el comercio, era un ejército indestructible que imponía su yugo a los demás pueblos y también la paz romana, lo que permitía el comercio libre por todo el Mediterráneo. Ese ejército se nutría de soldados de los demás pueblos, al mando de romanos convencidos de su superioridad. Cuando la seguridad de los caminos y la paz romana se hizo imposible, se quebró el comercio.
Al margen de teorías más o menos acertadas, a los romanos no les fue posible seguir gobernando Europa, porque el tiempo les había cambiado: habían perdido su capacidad de sacrificio y habían relajado sus espartanas costumbres; las romanas habían bajado la natalidad a mínimos y los pocos romanos auténticos ya no mamaban en sus hogares el amor a la patria. Las gentes de las provincias asumieron esa responsabilidad, pero llegó un momento en que tuvieron que llenar los cuadros de mando de las legiones con mercenarios que no sentían amor ni respeto a una ciudad que no conocían. Poco a poco, el mundo romano fue perdiendo su cultura, hasta el punto que sus sabias leyes dejaron de ser comprendidas hasta por los propios jueces, en un imperio en descomposición, que carecía de autoridad. La falta de autoridad trajo la falta de seguridad y con ésta, el aislamiento de unas comunidades de otras y la ruina del comercio.
Lo hechos que vienen aconteciendo en nuestro país nos ponen sobre aviso, de que también nuestro país se descompone, pues nuestros funcionarios ya no son capaces de defendernos, ni de aplicar nuestras propias leyes:
Cuando alguien se cuela en tu casa aprovechando tu ausencia, cambia la cerradura, y ni la policía ni los jueces te amparan, la justicia se va al traste y con ella la sociedad pacífica que conocemos. Lo mismo ocurre cuando no se castiga al homicida o al violador. Qué decir de una policía que, en lugar de cumplir con sus obligaciones, permite que desaparezca de la comisaría la droga decomisada y requisada a los delincuentes, y que es incapaz de hacer que unos críos confiesen donde está el cadáver de de una niña llamada Marta del Castillo, a la que han asesinado.
¿Por qué estamos en esta situación? Sin duda, que han sido muchos los errores cometidos, errores que nos han llevado a elegir como responsables de nuestra política, con honrosas excepciones, a delincuentes y a enemigos de España, que, en los últimos treinta años, han dedicado las 24 horas de su existencia a tejer planes para hundirnos como país.
Cuando nuestro propio Presidente Rodríguez comienza por decir que España es un concepto discutido y discutible, mal empezamos. Si no lo tiene claro, que se vaya: creo que cobra su salario todos los meses y que se lo pagamos todos los españoles. Alguien que ha vivido toda su vida directa o indirectamente de los presupuestos del Estado, que no ha tenido ningún empacho en presentarse a unas elecciones para dirigirlo, y que ha aceptado un mandato salido de unas urnas manchadas de sangre, cuando pone en duda los cimientos de la patria, no se le debe consentir seguir al frente del gobierno ni un minuto más. Pero ahí lleva 6 años gobernando, mientras nuestro Rey le sigue mirando a la cara y muchos millones de tontos le rien las gracias.
Volviendo a la justicia: cuando deja de existir, la sociedad se aísla y vuelve a la ley del más fuerte, al ojo por ojo y a tomarse la justicia por su mano. Se forma una espiral de violencia que convierte a la sociedad en un caos. ¿Existe un plan secreto para llevar a nuestra sociedad a este punto de descomposición? Si no lo hay, lo parece: cuando se permite que entren en la carrera judicial -sin oposición-, personas afines a un partido político, los jueces resultantes no ofrecen a la sociedad ninguna garantía. Eso puede explicar alguna de las lamentables resoluciones que estamos sufriendo cada día, pero otras se deben a la ignorancia, y a que los jueces desconocen los fundamentos de la sociedad y su papel en ella.
Que el Estado ejerza el monopolio de la violencia es un mal menor comparado con el hecho de que seamos los propios particulares los que nos tomemos la justicia por nuestra mano. Los particulares que queremos vivir en paz delegamos en el Estado el ejercicio de la violencia, para que sea éste el que la ejerza por nosotros, de acuerdo con las leyes. El culpable de una conducta ilegal asume el castigo porque se lo impone un Estado inalcanzable a su venganza, que se mueve de acuerdo con unas leyes. De la misma manera, satisface su sed de venganza la víctima del delito. Por ese motivo, ni el culpable ve a las víctimas de su delito como causa de su desgracia, ni se produce la espiral de violencia que trae la venganza, cuando las víctima se convierten en verdugos del criminal. El Estado facilita esa paz social al ejercer en nombre de sus ciudadanos de protector y verdugo, atrayendo para sí el odio y el agradecimiento. Cuando funciona el viejo pacto, la sociedad descansa. Hay ejemplos de lo que ocurre cuando el Estado no cumple con sus funciones:
- En parte de Somalia reina el caos por que no hay Estado que imponga la ley. Los diversos clanes imponen su autoridad sobre el territorio, pero no hay más ley que la voluntad arbitraria del jefe de turno.
- En Italia, las diversas organizaciones mafiosas limitan el poder del estado italiano. Son consecuencia de siglos, en los que la iglesia no permitió que se asentará una autoridad civil que ejerciera el monopolio de la violencia en amplias zonas de Italia.
- En Vascongadas, en los últimos cincuenta años, el Estado no ha sido capaz de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, y todavía no se atreve a imponer su autoridad en el centro de San Sebastian y en muchos pueblos.
Nuestro gobierno no cumple con el viejo pacto:
- Al estar dividido el territorio en autonomías y tener alguna de éstas su propia policía, los delincuentes ven aumentar su impunidad, pues las policías autonómicas no colaboran con la Policía Nacional o la Guardia Civil.
- Al hacer leyes blanditas, se favorece a los delincuentes y se perjudica a los ciudadanos, que ven cómo sueltan a los agresores, ladrones y carteristas al poco de ser detenidos. Estas mismas leyes hacen que delincuentes de otros países se desplacen al nuestro, donde campan por sus respetos.
- Cuando se apoderan de tu casa y la policía no desaloja a los delincuentes de inmediato, poniéndoles a disposición judicial, el derecho a la propiedad se diluye frente a la ley del más fuerte o del desaprensivo. Con ese desamparo te están invitando a delinquir y tomarte la justicia por tu mano o a buscar amparo en alguna organización mafiosa que termina por dedicarse a la ocupación como negocio.
- Al reducir las penas impuestas a los delincuentes para cuadrar el presupuesto, los delincuentes pierden el miedo a la pena, el Estado pierde autoridad y la paz social desaparece.
No hace falta extenderse más. El gobierno de España está en manos de nuestros enemigos, los viejos enemigos de siempre disfrazados de progres; los que intentaron apoderarse de nuestro país en los años treinta del pasado siglo, para llevar a cabo una revolución marxista, engañados o no por otros más ladinos (aunque no pudieron hacer la revolución, robaron el oro suficiente para llevar esa revolución a otros países); los mismos que nos invadieron a principios del siglo XIX utilizando al ejército francés, que también nos robó hasta las entretelas. Viejas venganzas de antiguos enemigos, que acostumbran a castigar a las generaciones venideras de los que se atrevieron a enfrentarlos. Están utilizando para ello una marioneta con las cejas levantadas, que a sabiendas o no, ejecuta sus mandatos. Ellos tiran de los hilos. Expelen el olor fétido de la maldad acumulada durante siglos. Que muestren si se atreven su rostro y su anticristo. Ya poseen la Tierra, pero no han de parar hasta que humillemos la cabeza y sucumbamos. Están corrompiendo a nuestra juventud, pretendiendo que crezca sin valores y no rechace sus experimentos. Quieren convertir el aborto en un derecho para ellos, así la nueva sociedad española, sin niños, desaparecerá como desapareció Roma, que ahí está, sin alcanzar ni de lejos la sombra de lo que fue.
El Siglo de Oro español ya pasó. Cuando el vientre de nuestra querida España reviente por los gases de la putrefacción acumulados, ¿qué fruto saldrá de sus entrañas? Cuando eso ocurra se sabrá, pero, de momento, somos muchos los millones de españoles que estamos dispuestos a resistir y que no hemos perdido ni nuestros principios, ni el amor a la tierra que ha dado de comer a nuestros antepasados y a nosotros mismos, que no nos vamos a suicidar para que estos progres de pacotilla puedan cumplir cómodamente las órdenes que reciben.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Matrimonio en tierra de dos pájaros de altos vuelos como British e Iberia

Para Rayanair la fusión es la unión de dos borrachos que se tambalean. Eso lo dice un irlandés que no se sabe si el color de su nariz es natural o de la bebida. Para mí es una fusión, que de llevarse a cabo, tiene ventajas para el accionista de Iberia:

A los accionistas de British les ofrecen una acción de la nueva empresa TopCo por cada una de British; a los de Iberia 1,0205 acciones de TopCo por cada una de Iberia.

Un accionista de Iberia que hubiera comprado 3000 acciones a 2 € recibiría 3061 acciones de la nueva TopCo. Dado que el change propuesto para las acciones de British es una por una, será el valor de las acciones de British el que determine el precio de la nueva acción. Hoy 16 de noviembre, con el cambio Libra-Euro, el precio de una British es de unos 2,43 €, frente a 2,13 € de Iberia. Con ese valor, el pequeño accionista en cuestión rentabiliza su inversión en un 24 % y se echaría al bolsillo 1442 € en lugar de los 390 € que cobraría si vendiera hoy en España (6,9%).

Falta decir, que mientras llega la fusión, habrá que estar con el ojo puesto en el FTSE y en el cambio Euro-Libra, más que en el precio en España de una acción de Iberia.

Esperemos que ni el SEPLA ni el plan de pensiones británico la caguen como acostumbran.

lunes, 9 de noviembre de 2009

La Caída del Muro de Berlín, 20 años después.

Hoy se conmemora el veinte aniversario de la caída del “Muro de Berlín”. Veinte años después, los berlineses en particular y los alemanes en general, en función de la experiencia personal vivida, tendrán su propia opinión sobre la trascendencia de su caída. Habrá quien añorará aquellos años, habrá quien los habrá olvidado, y la juventud alemana con menos de 20 años se hará cruces al escuchar términos como guerra fría, etc. Fuera de Alemania, el asunto es más tibio, pues mucha gente en este mundo pasa por la vida sin enterarse de nada o sin querer enterarse de lo que ocurre a su lado.

La “Caída del Muro”, les guste o no a los que continúan nostálgicos militando en los denominados partidos de izquierda, significó la caída del socialismo: una forma de vida y de hacer política que llevaba muchos años tambaleándose. El socialismo sigue siendo idealizado por gentes que no quieren entender que es un pensamiento contrario al hombre. Cuando se ha aplicado, se han exigido muchos sacrificios a los de abajo, para, al final, darles las migajas de un paraíso socialista, que no era más que un infierno oculto tras mucha propaganda. Los humanos llevamos el egoísmo innato: forma parte de nuestra naturaleza; lo de compartir es una actitud que cuesta aprender. Por otra parte, no hay dirigente político capaz de aplicarse el socialismo a sí mismo, sin aprovecharse de los demás. En el fondo, nadie queremos que nos lo apliquen, pues sabemos que el socialismo iguala por abajo, y que si toca reparto, te dan mierda. Los manjares quedan arriba: trascendieron las películas de los dirigentes rusos entre orgías, mientras sus gentes vivían con grandes estrecheces o morían de hambre.

Quedan algunos paraísos socialistas en pie. No sé cómo los que se sienten tan “progres” no emigran a ellos. No suele haber fila para entrar; sí en cambio, hay fila para salir, y en cuanto ven sus residentes algún agujero en el muro, escapan, aun a riesgo de su vida. Se me ocurren dos ejemplos que aparentan vivir el socialismo puro: Corea del Norte y Cuba. Dos grandes cárceles donde no es desconocida el hambre. Las dos naciones están en manos de sendas familias que obligan a sus gentes cada día a agradecerles la miseria en la que viven.

Millones de muertos, más de los habidos en las dos guerras mundiales, han acontecido en la constitución y mantenimiento de los regímenes socialistas conocidos. A ellos, habría que sumar también los millones de muertos de la Primera Guerra Mundial, que, en el fondo, fue la tapadera que sirvió para que triunfara en Rusia la revolución bolchevique y se aplicara el socialismo a grandes masas. Añadir, otras guerras que han tenido lugar para imponer el socialismo a los hombres de todos los continentes, que se han traducido en ríos de sangre. Pero, qué más les da asesinar a uno que a un millón, si somos simples hormigas que llenan su despensa.

El Muro de Berlín cayó hace veinte años, y con él el socialismo, pero muchos hacen como que no ha ocurrido, inasequibles al desaliento en su deseo de imponer a los demás un régimen político antinatural y fracasado, que les permita vivir o seguir viviendo a costa de la opresión ajena. Otros incautos, lamentablemente les apoyan, pensando, que no solo es posible el socialismo, sino que es el sistema político más justo. Creen que fue inventado para liberar a los hombres, sin darse cuenta que el socialismo lo puso por escrito un hombre llamado Marx, por encargo de unos banqueros, que sirviendo a su señor, buscaban el dominio total de la raza humana. Ya controlaban a la sociedad media y alta, y querían meter en cintura también a los que no tenían nada que perder. Estos últimos, creyendo que luchaban por su libertad, en realidad, cambiaban la cuerda vieja por la cadena nueva que les aprisionaría el cuello a ellos, a sus hijos y a sus nietos. Setenta y dos años costó romper esa cadena.

¿Que no te lo crees? Intenta publicar un libro que ponga en duda el sistema vigente -que en el fondo solo es uno, porque no hay más que un amo con distintas granjas-. Las obras de Lutero, Melanchón o Calvino, difundidas en tiempos en que la Iglesia Católica imponía respeto, no tuvieron la difusión que tuvieron por casualidad, había detrás gentes poderosas intrigando y poniendo mucho dinero para recortar el poder de la Iglesia en Europa, en favor del Protestantismo naciente al que favorecían. Los mismo intrigantes impulsaron la distribución del Capital -la obra fundamental del marxismo-, e hicieron lo imposible para aislar y derribar al Zar de todas las Rusias. Han fomentado muchas guerras; las últimas, las han ganado todas. En este momento, ni una sola hoja cae del árbol editorial sin su consentimiento; si tienen un descuido, rápidamente lo neutralizan. ¡Eso sí!, le puedes atizar a la Iglesia Católica con el palo que quieras, con razón o sin ella, que tienen abierta la veda y los cristianos, que hasta ayer se hacían respetar, ni se defienden.

Los muros hechos para aislar a los hombres de las ideas y de la verdad hay que derribarlos. Los muros como el de Berlín son muros de la vergüenza. Y los que los levantan, auténticos sinvergüenzas a los que hay que combatir sin descanso.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Tardío Adiós a Sabino

Un Adiós tardío al compatriota Sabino, que pasó a mejor vida.

Sabino: Ya perdonarás mi tardanza en decirte adiós. No me conocías; yo a ti sí, como millones de españoles, que te admirábamos y te estábamos agradecidos desde el anonimato. Sabías ser y estar y hacerlo con elegancia y discreción. Un gran español que ejercía como tal sin presumir.

Hacía tiempo que te habían desechado como si fueras un trasto viejo. La presbicia o vista cansada la padecen aquellos que no ven bien de cerca, mientras que la miopía la padecen los que no ven bien a lo lejos. Quien te desechó estaba muy mal de la vista, pues no supo ver, ni el valor de tu persona, que estabas siempre a su lado, ni lo que podías haberle aportado durante unos años más ejerciendo tu labor vigilante.

Detrás de un buen dirigente suele haber, al menos, un buen consejero, que es lo que tú eras. Pero no siempre se tiene suerte con los dirigentes, que salen buenos uno de cada muchos; y hasta los mejores, tienen errores graves o se tuercen.

Cansado de un testigo que le resultaba incómodo, alguien que está para servirnos, olvidando tus importantes servicios, creyó que los años le habían dado lo que la naturaleza le negó, y que sabía lo suficiente para prescindir de ti. No pensó en el daño que nos hacía al resto, prescindiendo de tus consejos. Echaba al incómodo testigo de sus desvaríos, pero perdía con ello al copiloto que le ayudaba a llevar la nave por la mejor ruta. Unos navegan en el puente y otros en la sala de máquinas, pero todos vamos en el mismo barco, procurando los unos por los otros.

Tus sustitutos tomaron la responsabilidad sin tu prestigio ni autoridad moral, fáciles marionetas sujetas a la obediencia del superior inalcanzable, que en tu caso era alumno y casi hijo.

Continuaremos sin ti, ocupado como estás en buscar el camino que lleva al Paraíso, en busca del verdadero Dios. Deseamos que lo encuentres. El camino que te resta lo haces solo: vigila, para no caer en el engaño; por donde caminas, los que se dejan atrapar por el demonio vuelven otra vez a la vida, teniendo que representar un nuevo papel en esta comedia que fácilmente se convierte en drama o en tragedia.

Vete tranquilo, que has cumplido, el infierno está aquí.