martes, 3 de julio de 2018

España apeada del mundial de fútbol Rusia 2018.-



Alba rogando al Cielo (ABC)
Para entender lo sucedido con la selección española de fútbol, utilicemos un símil militar:

¿Es razonable destituir al general que ha planificado la campaña de guerra y ha estudiado a los enemigos y lo que es peor: hacerlo en los prolegómenos de la primera batalla?

- Salvo manifiesta traición, no lo es. Pones en peligro a tu ejército y a tu país.

¿Hubo acaso traición?

- Entiendo que no la hubo: el general en jefe pensaba servir a su ejército hasta acabar la campaña, tras la cual, pasaba a ocupar un cargo similar en una unidad importante del mismo ejército.

¿Es razonable sustituir al estratega curtido en mil batallas, por alguien sin experiencia?  

- No lo es. Es una temeridad.

En las primeras escaramuzas pudimos constatar que los resultados de la selección eran magros, y que el nuevo entrenador no reaccionaba ante la adversidad. Sólo la suerte y la experiencia de los jugadores evito la debacle en la primera ronda, enfrentados a tres equipos de calidad inferior.

El seleccionador cesado conocía bien los mimbres con los que contaba, y sin duda hubiera hecho otro uso muy diferente de los mismos, combinando juventud y experiencia. También hubiera manejado de otra manera a los porteros, que él de jugador fue portero, y hubiera sabido contrarrestar la inseguridad de De Gea, reforzando la defensa o cambiándolo. El fútbol de ataque total, poniendo cerco a la muralla del contrario, ha de ser una estrategia puntual, pues exige alta movilidad, muy buena forma en los jugadores, y buenas ideas para romper la defensa metiéndose entre líneas, además, transforma al fútbol en frontón; por otra parte, le quitas la responsabilidad de atacar y hacer jugada al otro equipo, que se va a limitar a aprovechar cualquier falta o un contraataque para marcar, pues se cerrará para no perder por goleada. En cualquier caso, no es buena idea desguarnecer nuestra defensa, que sin defensa se sufre. El fallo de Ramos ante Marruecos no hubiera tenido las mismas consecuencias si no hubiera sido el último hombre.

En fin, vi la impotencia del entrenador en sus ojos, vi a un hombre que confiaba el resultado a la suerte cuando celebraba los goles del equipo. No corregía a los jugadores, no cambiaba de táctica cuando convenía. Nunca debió aceptar el invite, y nunca le debieron proponer como seleccionador. Estaba claramente sobrepasado por la responsabilidad (como el portero De Gea, de manos blandas). Hay gente buena obedeciendo órdenes, que no sabe darlas. Cada cual tiene sus fortalezas y sus debilidades y las va demostrando a lo largo de su vida, y de Hierro sólo conocíamos sus aptitudes como defensa del Real Madrid.   

No obstante lo anterior, he podido comprobar en este mundial, como lo habrán comprobado mejores futboleros que yo, que el tiqui taca, como estrategia para acercarse a la portería contraria, lo han adoptado casi todas las selecciones de este mundial. Al menos, los nuestros han aportado algo al mundo del fútbol. También he comprobado, que se ha igualado mucho, y que cada vez hay menos diferencias entre las selecciones. Por último, en muchas selecciones europeas, los jugadores negros van en aumento, sustituyendo a los jugadores locales blancos, y por mejor condición física que tengan, no son mejores jugadores a la hora de hacer fútbol (el que haya visto jugar a Francia o a Inglaterra lo habrá podido comprobar). No sé si será bueno o malo, pero igualando técnicas y estrategias para asegurar los pases y las jugadas han convertido a este deporte en algo aburrido. Pero volvamos a lo nuestro...

Luis Rubial, como Presidente de la Federación Española de Fútbol, es el único responsable del fracaso de nuestra selección. Lo ocurrido era lo previsible, para los que vimos con preocupación, que echaba al entrenador a dos días del primer partido contra Portugal, sustituyéndolo por un hombre sin experiencia en el oficio. Y lo había echado por un ataque de cuernos. Siempre se ha sabido, que los cuernos, si te los ponen, conviene no airearlos. Se dejan en casa, para poder ir por la calle con la cabeza bien alta. Además, los cuernos sólo te los puede poner tu amor, y aún en ese caso, dicen que son como los dientes, que duelen cuando salen, pero luego te ayudan a comer. Lo demás, como es el caso, son negocios, y en los negocios y los trabajos, hoy contrato libremente con éste, mañana con aquél, que para evitar las traiciones están las cláusulas de rescisión.