Hace más de 30 años que la bandera española sufre y padece el acoso de los nacionalistas y, lo que es peor, la poca personalidad de los no nacionalistas, que nos hemos dejado avergonzar y avasallar.
¿Vergüenza de la bandera española? ¡Sí! Hemos arrinconado la bandera de todos sustituyéndola por una banderita autonómica ridícula, las más de las veces, sin ninguna tradición ni historia.
El fútbol nos ha hecho despertar y volcarnos en signos comunes como la bandera de España. Y han sido los más jóvenes los que nos han dejado a los adultos con las vergüenzas al aire.
Si nosotros, los ciudadanos de a pie, españoles todos, hemos sido culpables por omisión, nuestros políticos no nos van a la zaga: llevamos más de treinta años sufriendo a políticos apocados, a sinvergüenzas y a traidores, que se han dedicado a luchar contra nuestros símbolos, contra nuestro idioma y contra la unidad de nuestro país ¡Eso sí! Cobrando puntualmente sus buenos salarios a costa de nuestro bolsillo. El dinero español les gusta a todos: no les importa que sea español.
Hemos estado pagando con nuestros impuestos la cuerda con la que unos pocos traidores pretenden que nos suicidemos.
Hemos ganado el mundial, pero nuestra mejor victoria ya la habíamos conseguido en la victoria contra los alemanes, al unirnos todos bajo la misma bandera y perder la vergüenza. Ahora lo que nos falta es echar a todos los traidores que nos gobiernan y que sólo trabajan para romper este país en mil pedazos.
Los ciudadanos de todas las comunidades hemos demostrado que nos gustan nuestros símbolos, que nos sentimos españoles y que no queremos dejar de serlo. El que se avergüence de ser español, hoy lo tiene muy fácil: que se marche y no vuelva hasta que esté arrepentido.
Y para los del tripartito catalán que piensan que juntar a 56000 personas por el dichoso estatuto tiene algún mérito, que aprendan a contar viendo lo que es una masa incontestable como la de ayer en Madrid y que no mientan: dicen que estuvieron 1 millón y medio en la mani del estatuto, cuando no fueron a la manifestación ni los que les deben su puesto de trabajo (los apesebrados y enchufados).
Viven de la mentira: que se enteren bien de lo que son varios millones de personas juntas, viendo lo que fueron capaces de juntar los chicos de la Selección Española de Fútbol en Madrid; seguro que cualquiera cifra se queda baja. No digo ya los que salimos a la calle en el resto de España ayer y anteayer. Descontándolos a ellos, que son cuatro desgraciados, calculo que salimos 47 millones de personas.
Que mediten ya de paso, lo que podemos ser capaces de hacer con ellos si nos cabrean.
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