viernes, 30 de septiembre de 2011

Sr. Alcalde de Zaragoza: el aire de la ciudad bien; la papelera de Montañana bien; todo bien. Podemos dormir tranquilos ¡Eso sí!, con escafandra.


Por culpa de la papelera de Montañana y otros vientos ajenos al Cierzo, la OMS (Organización Mundial de la Salud) le deja a usted en mal lugar, y a Zaragoza con Sevilla, con el peor aire de España. Lamentable: eso significa que nuestra salud peligra.
 
Si por medio no hubiera muertos, sería chusco, pero los hay: según la OMS, 1,34 millones de personas mueren cada año en el mundo por esta causa. Parece que nuestra ciudad soporta unos 40 microgramos por metro cúbico, el doble de lo permitido. Si calculamos la media con los datos de población mundial y los datos de población de Zaragoza y el total de víctimas que da la OMS, salimos en Zaragoza a 152 muertos por año. No se preocupe Alcalde: ya sabemos que las estadísticas siempre mienten: que si mi vecino se come un bocadillo y yo ninguno, la media es medio bocadillo por cabeza. También sabemos que de algo hay que morir, lo jodido es pensar que te están envenenando y que para los que te tienen que defender lo importante son los puestos de trabajo de la fábrica que te envenena.
 
Alega usted que se hicieron las mediciones en el 2008, achacando la mala calidad del aire a la gran cantidad de obras públicas que había en marcha en aquel momento. No sé de dónde se saca usted que las mediciones se hicieron en esa fecha, ni por qué achaca tan alegremente a las obras de la EXPO la causa de la contaminación, que en cualquier caso sería una contaminación muy concreta de polvo en suspensión. Si es como usted dice, que puede tener razón, que vengan y midan ahora el aire en Montañana, en Santa Isabel, en Movera, en San Juan de Mozarrifar, en Villanueva de Gállego, en Peñaflor, en San Mateo o en el Picarral y en la avenida de Cataluña y hasta en las Fuentes, pero que vengan a medirla entre las 24 y las 9’00 horas de la mañana, cuando no sople el viento. Que no discurran mucho: basta con que lo midan en el puente del Gállego, y si sale mal la cosa, le ponen remedio y nos olvidamos del pasado.
 
La última vez que denuncié la contaminación de esta papelera en su ayuntamiento, me contestaron que los índices estaban dentro de lo permitido. Ya sabemos dos cosas: que cuando los índices se duplican, ustedes no se enteran, o no les preocupa, o lo ocultan. En cualquier caso, a mi me mintieron. Ahora que le han sacado los colores -sin hacer caso a mis estadísticas-, díganos, señor Alcalde: ¿Ha puesto a trabajar a alguno de sus asesores para descubrir cuántos de esos 1,34 millones de muertos son de aquí?, ¿ha preguntado a los responsables de medio ambiente por qué no le han informado de que la contaminación se había disparado?, ¿o estaba usted al corriente?

¡Ah! El río Gállego también anda fastidiado. No hay más que arrimarse a su cauce, verlo y olerlo. ¿Sabía usted que en invierno no baja sucio ni huele tanto porque la papelera de Montañana aprovecha los desechos para utilizarlos como combustible de la calefacción de la fábrica. Pero claro: en verano la calefacción no es necesaria. Otra cosa, esta vez para la Confederación Hidrográfica del Ebro: ¿Por qué miden la calidad del agua en Villanueva de Gállego en lugar de medirla en su desembocadura? La siguiente estación de su red de alertas está en el embalse de Pina y cuando llegan las aguas a ese embalse los caudales del Ebro y del Huerva han diluido bastante los vertidos que arrastra el Gállego. Ya veo: una estación en la desembocadura del Gállego cantaría a todas horas, estando como está la papelera aguas abajo de Villanueva.
 
Tenemos un problema al estar en manos de políticos que no saben ni copiar leyes ni ordenanzas. En los países que están gobernados por gente con sentido común y son respetuosos con sus ciudadanos, a las papeleras les obligan a coger el agua río abajo de su posición geográfica, y les obligan a devolverla, aguas arriba. Así, como necesitan aguas limpias, se ven obligadas a depurarlas antes de devolverlas al río. Si no lo hacen, les entra chocolate y fabrican mierda. Claro, que con esa fórmula para captar las aguas no hay posibilidad de cobrar multas por contaminar… Sí, ya sé que por eso invierten en Paraguay y en sitios donde pueden ensuciar a sus anchas ¡Déjenles marchar!: lo que se pierde en sueldos se gana en salud y en asistencia médica. A lo mejor los paraguayos tienen más bemoles que nosotros y los meten en cintura.
 
Por omisión, señores políticos, también se puede convertir uno en cómplice de quién envenena el medio ambiente. La multa no disuade en este caso al infractor, pues la contabilizará como un coste de producción y seguirá contaminando; lo único que disuade es el cierre. Ustedes, Alcalde, Confederación, DGA, deben representar a sus ciudadanos y no se escondan detrás de los puestos de trabajo de las empresas contaminantes: que si hoy las cerraran nos harían un gran favor a todos. A los trabajadores a los primeros, que son los que más expuestos están. Además, tengan por seguro que en el momento en que les convenga, se irán sin decir ni adiós; y a los trabajadores, aquello de "fue bonito mientras duró" y "ahí os quedáis".

Sobre olores, veamos los que hay en ciudades como Pontevedra, donde los vertidos de ENCE han convertido a esa ciudad en una de las que peor huelen de España. Un auténtico estercolero según los gallegos ¡Claro!, no han venido a Zaragoza. Pinchar en el subrayado: http://video.google.com/videoplay?docid=2284767793909518795. Ya me gustaría a mí tener el ímpetu y empuje de los pontevedreses a la hora de protestar y no la mansedumbre del rebaño de ovejas del que formo parte, ¡Así nos va! Ellos reconocen que ya no huele tan mal, y que ENCE, para evitar el acoso de los ciudadanos y sus manifestaciones contra la contaminación ha invertido dinero, pero sigue oliendo. Imaginaros cómo estamos aquí, donde no se mueve ni presiona nadie.

Si queremos que Zaragoza adelante a Pontevedra en el mal olor, poca envidia, pero no nos olvidemos que no es simplemente mal olor: son vidas en juego. Si nuestras vidas no tienen importancia para los políticos y les da igual, es hora de destapar las cartas y poner cara a amigos y a enemigos.

¡Ah!, antes de acabar: Pregonaron a bombo y platillo en las elecciones municipales que en cuatro años iba a invertir la papelera unos pocos millones para dejar de contaminar. Han pasado varios meses y puedo garantizarle que contamina más que antes. Osea: Todavía no se han gastado ni un duro ¿Vamos a tener que esperar tres años más para tener algún resultado?, ¿y si transcurrido el tiempo no han invertido el duro de marras, a quién le damos candela por mentiroso? En ese caso, tendremos que investigar por si alguien está mirando para otro lado mientras se lucra. Ya sabemos que hay consecuencias graves: soliciten de una vez informes médicos y toxicológicos y dígannos a qué estamos expuestos, por si tenemos que salir corriendo.

Los chinos resolvieron su ecuación: la vida de un chino vale lo que cuesta una bala. En nuestro caso, al margen de los tejemanejes político papeleriles, ¿cuánto vale para ustedes la vida de un zaragozano de las afueras, de esos que votan y pagan impuestos? Piénsenlo seriamente, porque muchos españolitos estamos convencidos de que los políticos tienen tendencia a arrimar el ascua a su sardina. No nos defienden y por eso su credibilidad es escasa. Nula diría yo. ¿Por qué no nos defienden de quien nos entufa y probablemente nos envenena un poco cada día?

Hoy he encontrado algo, que si no lo explica del todo, lo previene: he leído que los políticos son como la ropa interior: que hay que cambiarla a menudo para que no huela mal. Si es cierto, ¡a votar! Que entren otros nuevos, y en seguida, a su casa, antes de que huelan como esta papelera.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Al señor Mas y al señor Menos, Presidente de la Generalidad y de Convergencia el primero, y Presidente de Unión el segundo.-


Tenemos que agradecerles la lección que nos dan a los pobres contribuyentes españoles –catalanes o no catalanes- con su actitud, al no acatar las sentencias de los tribunales, cuando no son acordes a sus intereses políticos. Pensábamos que ustedes formaban parte del Estado –al menos les pagan por ello cada mes y creo que bastante bien- y que como parte del Estado, debían ser respetuosos con las leyes, que en los países democráticos funciona el imperio de la Ley y ésta nos debe igualar a todos.
Pues bien, lección aprendida. Cuando me mande el ayuntamiento el recibo del Impuesto de Circulación, lo devolveré, y cuando pretendan cobrarme recargos y sanciones, lo recurriré y les pondré a ustedes como ejemplo, diciendo que esa norma no me gusta y no la acato: como hacen ustedes con la sentencia sobre el uso de la lengua catalana y del español.
Lo mismo haré cuando venga el recibo del IBI o cualquier multa. Me negaré a pagar o devolveré el recibo, y cuando lleguemos a los tribunales de justicia les diré a los jueces, ¿que por qué me exigen a mí respetar las leyes y a ustedes no? Les diré también eso tan demagógico de que yo con mis impuestos pago los salarios de todos los funcionarios del Estado -incluidos los jueces- y que soy su jefe, un ciudadano al que deben respetar y no respetan. Que he pagado siempre religiosamente mis impuestos, y que si no pago ahora es por ese pequeño detalle: porque ustedes no quieren acatar las sentencias de los tribunales, ni las leyes que no les gustan -la Constitución Española, sin ir más lejos- y a ustedes se lo consienten.
Sé que les da igual, pero no han de tardar algunos de sus súbditos -por tales los tienen- en tener que arrascarse el bolsillo para que aprendan español sus hijos o nietos para encontrar trabajo, porque ustedes les están negando la posibilidad de aprenderlo bien en la escuela pública. ¡Claro! como ustedes pueden pagarlo con sus buenos sueldazos, los llevan a colegios trilingues y se ríen de ellos y de todos nosotros.
Todo el mundo sabe que buscan la independencia machaconamente. Aunque la consiguieran, ¿piensan que van a perder de vista al resto de España así como así? Formamos parte del mismo pueblo desde siempre y estamos emparentados ¿o piensan ustedes que se van a acabar los parentescos así como así? Y aunque hayan convertido a sus súbditos en compatriotas antipáticos, seguirán siendo mercado natural para el resto de España y el resto de España mercado natural para Cataluña. Esa lengua común que es patrimonio de todos no debería perderse. Su héroe, Rafael de Casanova, hablaba y escribía en perfecto español sin imposición alguna y era un buen patriota. ¡Claro!, que dirán que es mentira, pero Casanova era español de los pies a la cabeza y nunca luchó por la independencia de Cataluña, como afirman ustedes, luchó por todo lo contrario.
Es más que probable, que por culpa de ustedes, el resto de los españoles los acabemos aborreciendo y los echen con cajas destempladas por pelmazos e insolidarios. No duden que en ese caso acabarán poniendo alambre de espino para que no sigan pidiendo - pedigüeños inconformistas- o para impedir que invadan las Franjas de Aragón, las Valencias o las Baleares. Habrá que estar vigilantes con una estaca para que no corran los linderos.
¡Qué decir de los franceses!, sus otros vecinos: cuando han tenido ocasión, simulando que ayudaban, han aprovechado para quedarse con pedazos de España, que ya no han devuelto. Por cierto, cuando los del Rosellón y la Cerdaña pertenecían a España sus habitantes hablaban catalán sin problemas y después les impusieron el francés y dejaron de hablarlo. Hasta hoy. Ya lo saben bien ustedes, que no paran de gastarse los cuartos de todos intentando que vuelvan al catalán. Cosa inútil, por cierto, aunque conociendo lo pesados que son ustedes harán como que lo hablan para que los dejen en paz.
Espero que ese sentido común del que tanto presume alguno, se ponga en marcha y en las próximas elecciones les den para el pelo con el voto. Son ustedes unos impresentables.
En el fondo, saben, que cada día ejercen la traición a su país y a su nación intentando crear otra, la que llevan en su imaginación, y que lo hacen a costa y con dinero de todos. Hablando de pagar, deberían pagar penalmente por el desacato que están cometiendo, y también por alta traición.
Deberían volver las viejas costumbres de exhibir a los reos por las calles. En su caso, montados en un borrico mirando hacia atrás, disfrazados de felones. De condenarlos, no creo que se libraran de los tomatazos.