jueves, 15 de septiembre de 2011

Al señor Mas y al señor Menos, Presidente de la Generalidad y de Convergencia el primero, y Presidente de Unión el segundo.-


Tenemos que agradecerles la lección que nos dan a los pobres contribuyentes españoles –catalanes o no catalanes- con su actitud, al no acatar las sentencias de los tribunales, cuando no son acordes a sus intereses políticos. Pensábamos que ustedes formaban parte del Estado –al menos les pagan por ello cada mes y creo que bastante bien- y que como parte del Estado, debían ser respetuosos con las leyes, que en los países democráticos funciona el imperio de la Ley y ésta nos debe igualar a todos.
Pues bien, lección aprendida. Cuando me mande el ayuntamiento el recibo del Impuesto de Circulación, lo devolveré, y cuando pretendan cobrarme recargos y sanciones, lo recurriré y les pondré a ustedes como ejemplo, diciendo que esa norma no me gusta y no la acato: como hacen ustedes con la sentencia sobre el uso de la lengua catalana y del español.
Lo mismo haré cuando venga el recibo del IBI o cualquier multa. Me negaré a pagar o devolveré el recibo, y cuando lleguemos a los tribunales de justicia les diré a los jueces, ¿que por qué me exigen a mí respetar las leyes y a ustedes no? Les diré también eso tan demagógico de que yo con mis impuestos pago los salarios de todos los funcionarios del Estado -incluidos los jueces- y que soy su jefe, un ciudadano al que deben respetar y no respetan. Que he pagado siempre religiosamente mis impuestos, y que si no pago ahora es por ese pequeño detalle: porque ustedes no quieren acatar las sentencias de los tribunales, ni las leyes que no les gustan -la Constitución Española, sin ir más lejos- y a ustedes se lo consienten.
Sé que les da igual, pero no han de tardar algunos de sus súbditos -por tales los tienen- en tener que arrascarse el bolsillo para que aprendan español sus hijos o nietos para encontrar trabajo, porque ustedes les están negando la posibilidad de aprenderlo bien en la escuela pública. ¡Claro! como ustedes pueden pagarlo con sus buenos sueldazos, los llevan a colegios trilingues y se ríen de ellos y de todos nosotros.
Todo el mundo sabe que buscan la independencia machaconamente. Aunque la consiguieran, ¿piensan que van a perder de vista al resto de España así como así? Formamos parte del mismo pueblo desde siempre y estamos emparentados ¿o piensan ustedes que se van a acabar los parentescos así como así? Y aunque hayan convertido a sus súbditos en compatriotas antipáticos, seguirán siendo mercado natural para el resto de España y el resto de España mercado natural para Cataluña. Esa lengua común que es patrimonio de todos no debería perderse. Su héroe, Rafael de Casanova, hablaba y escribía en perfecto español sin imposición alguna y era un buen patriota. ¡Claro!, que dirán que es mentira, pero Casanova era español de los pies a la cabeza y nunca luchó por la independencia de Cataluña, como afirman ustedes, luchó por todo lo contrario.
Es más que probable, que por culpa de ustedes, el resto de los españoles los acabemos aborreciendo y los echen con cajas destempladas por pelmazos e insolidarios. No duden que en ese caso acabarán poniendo alambre de espino para que no sigan pidiendo - pedigüeños inconformistas- o para impedir que invadan las Franjas de Aragón, las Valencias o las Baleares. Habrá que estar vigilantes con una estaca para que no corran los linderos.
¡Qué decir de los franceses!, sus otros vecinos: cuando han tenido ocasión, simulando que ayudaban, han aprovechado para quedarse con pedazos de España, que ya no han devuelto. Por cierto, cuando los del Rosellón y la Cerdaña pertenecían a España sus habitantes hablaban catalán sin problemas y después les impusieron el francés y dejaron de hablarlo. Hasta hoy. Ya lo saben bien ustedes, que no paran de gastarse los cuartos de todos intentando que vuelvan al catalán. Cosa inútil, por cierto, aunque conociendo lo pesados que son ustedes harán como que lo hablan para que los dejen en paz.
Espero que ese sentido común del que tanto presume alguno, se ponga en marcha y en las próximas elecciones les den para el pelo con el voto. Son ustedes unos impresentables.
En el fondo, saben, que cada día ejercen la traición a su país y a su nación intentando crear otra, la que llevan en su imaginación, y que lo hacen a costa y con dinero de todos. Hablando de pagar, deberían pagar penalmente por el desacato que están cometiendo, y también por alta traición.
Deberían volver las viejas costumbres de exhibir a los reos por las calles. En su caso, montados en un borrico mirando hacia atrás, disfrazados de felones. De condenarlos, no creo que se libraran de los tomatazos.

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