martes, 20 de diciembre de 2016

Las calles de Zaragoza, prácticamente sin adornos navideños.-

Esta tarde he salido de casa para ver los adornos navideños en las calles. Mi frustración ha sido total. Mi Zaragoza parecía una ciudad en la que no se celebraba la Navidad, una ciudad triste. Al llegar al Paseo de la Independencia he observado que estaban adornadas las farolas, pero con unas luces azules, que más que alegrar daban pena. También he oído que en la plaza del Pilar han puesto algo, además del belén grande. Que no quede.

Sabiendo que los podemitas andan en el ayuntamiento, era lo esperado. Me da que pensar, que han podido tener una vida triste, que en sus casas no había belén ni turrón, y que la Navidad para ellos era frustración. Seguramente, que sus padres lo negarán, y andarán pensando, sin decirlo, que menuda nos ha caído, aunque ellos se hayan quedado más tranquilos, pero son conscientes de que sus hijos no son buena compañía. 

Está demostrado, que la mayoría de hijos de su madre que han participado en las distintas revoluciones del mundo han sido hijos de burgueses que no habían pegado un palo al agua, y que hasta que se hicieron revolucionarios, lo único que habían hecho era dar palos a la cartera de sus pobres padres.

Al hilo de la falta de bombillas de adorno por las calles de Zaragoza, se me ha ocurrido pensar, que los políticos que nos gobiernan nos están obligando a guardar luto, ya que se les ha muerto Castro y lo han sentido mucho. No puedo asegurarlo, pero si es por algo parecido, “me cago en too lo que se menea”. Las luces navideñas dan alegría, dan trabajo, entran ganas de comprar regalos, quitan la depresión del invierno y muchas cosas más. Sé que el ayuntamiento anda seco, pero no es por culpa mía, que pago lo que me toca, y si el ayuntamiento tiene mucha carga laboral y mucha deuda financiera, que se descarguen de enchufados o vendan algo: el campo de fútbol, por ejemplo.

Tenemos un ayuntamiento podemita sin haberle votado. Ha sido un apaño de perdedores en el que se han repartido el ayuntamiento y la autonomía los que no ganaron. En ese reparto, a los zaragozanos nos ha tocado en suerte como alcalde a un hombrecillo que se parece al Pájaro Loco, y es el mejor de la cuadrilla de desarrapaos y pelanas que administran la ciudad a su antojo. Digo a su antojo, porque no tienen en cuenta a los zaragozanos, especialmente a los niños, que son los más sensibles a las luces, a los adornos navideños, y al espíritu de la Navidad, que es propio de nuestra cultura cristiana. 

En el centro apenas hay adornos navideños, no te digo en los barrios, que antes nos conformábamos con cuatro adornos y ahora no tenemos ninguno. De eso doy fe.


¿A ver, qué le digo yo a mi nieto cuando me pregunte? Con lo que disfrutaba.



















No hay comentarios:

Publicar un comentario