El
pasado 7 de junio, los accionistas del Banco Popular vieron desaparecer sus
acciones y reducido drásticamente su patrimonio, muy probablemente como resultado
de una maquinación.
Tras
haber pasado las pruebas de estrés del Banco Central Europeo en el 2016 y alguna
auditoria, se han lanzado noticias y rumores que han provocado fuertes bajadas,
con unas semanas de estrés entre los bolsistas, y todos hemos visto cómo
desplomaban el valor de la acción del Banco Popular, sin que la CNMV haya
movido un solo dedo para suspender la cotización de unas acciones que iban en
caída libre, para beneficio de bajistas. Al final, como consecuencia de las bajadas incontroladas y los rumores interesados
propagados por un medio de comunicación, se produjo la huida generalizada de los
depositantes, en un ¡Sálvese quien pueda!.
El
Banco de Santander pagó 1 € por el negocio del Banco Popular, con todas las bendiciones de las autoridades europeas y
españolas, como salvador, con el
compromiso de cubrir un teórico agujero existente entre 2000 M y 8000 M de
euros. La broma, que han anunciado que promoverán una ampliación de capital
para tapar el agujero, con el dinero de los accionistas minoritarios del Santander.

El presidente del BCE ha justificado la venta por el hecho de que el banco se había quedado
sin liquidez. Me gustaría ver si el BSCH o el BBVA tendrían liquidez después de meses de infierno, con los últimos 15 días soportando noticias y rumores como las que se ha visto sometido el
Banco Popular a través de la inacción de la CNMV y la sobreactuación interesada
de un medio de comunicación.
Hechos
como éste reforzarán la idea de que en España los inversores nacionales o
internacionales se la juegan, porque las leyes o las autoridades que deberían
aplicarlas no las aplican, y habrá que preguntarse ¿por qué? El ministro De
Guindos tiene sin duda mucho que contar, porque esto no va a salirnos gratis a
los españoles, que tendrá consecuencias, porque se refuerza la idea de que
nuestro país no es serio y los inversores potenciales pensarán con razón que
aquí su dinero no está seguro y se lo pueden robar: como ejemplo, el de los
accionistas del Popular. Pero ha podido ser al revés: que las maquinaciones de
las que ha sido objeto el Popular las hayan llevado a cabo desde fuera de
nuestro país, con ayuda de algún consejero del mismo banco. Esas maquinaciones han podido ser la causa del hundimiento, en
una maniobra en la que se les ha ido la mano a los maquinadores: han matado al enfermo al que
estaban perjudicando con mentiras, rumores y complicidades, jugando a la baja con la acción. Si han estado jugando a la baja para ganar dinero a espuertas, y ahora no tienen acciones que comprar para devolver... a joderse, por listos. He leído que tendrán ganancias del 100% por ser 0 el valor de las acciones, pero tendrán que estar al contrato de alquiler que hayan firmado con el corredor de bolsa, y algo tendrán que decir los fondos que las han alquilado, ... y los tribunales.
¿Qué
buscaban? Está claro que aumentar sus acciones y entrar en el consejo del Popular con intenciones sospechosas. Lo que han conseguido: enriquecerse los malos, los avariciosos, quedarse sin el capital invertido, y los tontos, la ruina, sin enterarse. El problema, que los maquinadores han dejando sin nada a millares de accionistas. Pero, para una fortuna importante que
buscaba una gran tajada, la pérdida, simples migajas; no así para algunos accionistas que han perdido sus ahorros y otros que pidieron préstamos para comprar unas acciones que ya no tienen. Y los bufetes de abogados, como los buitres, buscando a las urracas que han comenzado el festín.
Si
querían conseguir un gran botín y había una administración en el Popular, aunque haya sido torpedeada
para que no pudiera enderezar el banco, el agujero tendría reparación. Yo apuesto por que no había tantos problemas y que será ahora el Santander el que haga las
reparaciones y obtenga los beneficios. Algo parecido a lo que sucedió con el Banesto, que se convirtió en la joya de la corona. ¿Pago de favores?
Los
hechos nos dicen que han sacado del mercado a un pez pequeño
pero importante, y las malas artes vienen, por cosas de las que no nos enteraremos. ¡Amigos! Han matado al Popular, sólo espero que los matones se hayan arruinado.
Ahora
el Santander se encuentra en medio del desaguisado, como beneficiario de una
jugada que le mete entre los sospechosos. Para empeorar el entuerto, dos hechos
que en nada le benefician, si quieren que pensemos en su inocencia: que el
último gestor del Popular -el que ha llevado el timón en los últimos meses- fue antiguo empleado del Santander; y que la dirección del
Santander pretende, que el previsible agujero (real o imaginario) del Popular,
por el que han pagado 1 €, lo tapen con su dinero los accionistas minoritarios
del Santander, acudiendo a la correspondiente ampliación.
Lo
de arreglar ruinas con dinero ajeno es tentador, pero en este caso es inmoral,
si necesita dinero el Santander para tapar el agujero, que pida un préstamo,
que creo que el Banco Central no cobra intereses, y si no tenía liquidez, que no se hubiera hecho cargo del Popular.
Pasarán años, pero si sobrevive la Justicia a este caos de falta de autoridad que padecemos, alguien tendrá que dar con sus huesos en la cárcel o perseguido por la INTERPOL, que parece que el maquinador o maquinadores han sido de fuera.
Pasarán años, pero si sobrevive la Justicia a este caos de falta de autoridad que padecemos, alguien tendrá que dar con sus huesos en la cárcel o perseguido por la INTERPOL, que parece que el maquinador o maquinadores han sido de fuera.
Ser
accionista de por sí es un riesgo, serlo de un banco mucho más, que se mueven
en intereses ajenos al negocio bancario, y ser accionista en España, donde ni
la CNMV actúa, ni tampoco lo hace el Banco de España, suicida. Mal vamos si el Ministro de Economía anda concediendo audiencias a maquinadores de ultramar,
¿tiene algo que confesar a los accionistas del Popular y a los del Santander?, porque
a estos últimos quieren meternos en este marrón, que debería ser asunto de la POLICÍA.
En
otras palabras: que algún juez de la Audiencia Nacional, algún fiscal, y algún
departamento de la Guardia Civil (UCO) o de la Policía (UDEF) tendría que investigar,
por si se hubiera perpetrado ante las narices de todos, una estafa de las de
órdago a la grande, con las autoridades económicas españolas y europeas mirando
a las musarañas… o algo peor: intentando sacar tajada, pasando por salvadores de los contribuyentes.
Tendrán
que comenzar a investigar al anterior Presidente y al misterioso accionista mejicano llamado Del Valle, que dicen que visitó a De Guindos (https://okdiario.com/economia/2017/05/25/accionistas-mexicanos-antonio-del-valle-banco-popular-1022836). También puede
leerse, que la Seguridad Social sacó su dinero unos días antes del Banco
Popular, seguramente por un soplo casual. Lo que está claro que la decisión del día 7
no fue una sorpresa, comenzando por el BSCH, que el mismo día que las
autoridades financieras decidieron la venta, ya tenía preparadas las cartas que ha mandado a sus accionistas. ¡Qué mal huele todo!
Una
de las decisiones más importantes que puede tomar el Consejo de Administración
de una empresa, como es la venta de la misma, es chocante que la decidan otros… ¿cómo se
llama eso? ¡Qué mal huele todo!
Ahora
resulta que vendieron la última ampliación del Popular dando créditos a muchos
de los accionistas, que ahora, no tienen acciones ni banco, pero sí una deuda. Si
desaparece el banco y sus deudas se convierten en incobrables, ¿por qué han de
sobrevivir sus créditos? El BSCH buscará soluciones para ellos. ¡Qué mal huele
todo!
La
defensa de los accionistas del Banco Popular ha de formar parte de una
contestación cívica de la sociedad española, que tiene que comenzar a
defenderse de sus dirigentes, de sus políticos, de esa casta minoritaria y sinvergüenza que se cree con
derecho a robarnos nuestros ahorros, ya sea por la brava, con estafas, ya con
impuestos legales e injustos. Lo hacen porque se creen a salvo de la Justicia,
y ahí es donde las dudas nos surgen con motivo a los que sobrevivimos entre la clase baja, que no nos creemos lo de la igualdad ante la Ley.
Menos
mal que nos queda el Señor Amancio Ortega para reconciliarnos con su ejemplo con las clases altas. Lo que demuestra que por arriba, aunque sean pocos, queda buena gente, no como los dos expresidentes del Banco Popular, que después de arruinar al banco - cada cual en su proporción-, rápidamente han exigido cobrar la indemnización que tenían pactada. Menudos pajaritos.