martes, 24 de julio de 2012

El señor Oswaldo Payá ha sido asesinado.



Ha muerto asesinado uno de los principales líderes de la disidencia cubana.
Los inductores del asesinato, los Castro, que en esa isla nada se mueve sin su consentimiento, siguen sueltos y sin visos de que les alcance la justicia de este mundo, que aunque mueran estos siniestros hermanos, la muerte es un paso normal que no supondrá castigo alguno para ellos, salvo que sean ejecutados tras juicio sumarísimo por genocidas. Que va a ser que no, aunque bien podrían acabar como el Gadafi, despedazados por las turbas, cansadas de tanta opresión.
Aquí en España, los Cayo Lara de Izquierda Unida siguen defendiendo, que ha sido un accidente de tráfico. Justamente eso es lo que ha sido: se salían de la carretera, mientras los empujaban por detrás un camión.
Oswaldo Payá tuvo tiempo de informar a su hija antes de morir, de que estaban siendo embestidos por un camión, repitiéndose algo que ya habían intentado los sicarios de los dictadores, veinte días antes para sacarlos de la carretera. Este testimonio no les dice nada a nuestros siniestros partidos, ni al tal Cayo, que en su vida ha dado el callo fuera de la política y, como se ve, es capaz de decir cualquier cosa para justificar al régimen comunista cubano.
Pero estos sacamantecas que tenemos aquí defienden contra cualquier razón el accidente. Se les llena la boca de democracia, pero es para ellos, para los demás, mierda y opresión. Espero que esto los desenmascare y los inocentes que les votan, creyendo en su discurso, dejen de hacerlo, pues, como alguna vez alcancen el poder, nos podemos preparar.
Ahí sigue el régimen cubano, que no tiene pintas de concluir.
Yo les propongo algo a los cubanos, que aunque no lo parezca, tiene que ver con la solución a sus problemas, y que se lo tomen en serio: La solución es la conversión al judaísmo; que dejen el cristianismo, que nadie los va a liberar siendo cristianos, ¡háganse judíos! para que las víctimas de la represión castrista se conviertan, a través de los medios de comunicación internacionales, en víctimas de un nuevo holocausto. Los judíos persiguen sin descanso a los criminales de guerra que atentan contra su pueblo o los esclaviza, sin que les frene el que estén en otro país, la edad del asesino o los años transcurridos desde el crimen, algo que los demás echamos de menos, pues no hay nadie en esta parte de la mesa, que por ser cristiano te defienda, lo más que hacen es declararte mártir.
Has hecho lo que has podido Oswaldo, que otro coja el testigo y ¡A por ellos! ¡Sin compasión! ¡A por los opresores de Cuba!, los que dicen defender la libertad de los pueblos, pero que se han convertido en una de las mayores fortunas del mundo, haciendo de Cuba su negocio y robando a todos, incluidos los cubanos, a los que oprimen. Los Castro se van desenmascarado ellos solos, aunque no sirva de nada, pues hay muchos ciegos que no quieren ver y les siguen votando.


Los muertos ya no dirán nada, aunque han tenido tiempo de denunciar a sus asesinos antes de morir; de los dos heridos, el sueco permanecerá callado hasta que liberen al español, que sigue detenido. Imagino que recibiendo graves amenazas. Nuestro cónsul y nuestro embajador, deberían estar haciendo turnos en su cabecera y abriendo las puertas de nuestra embajada a todos los cubanos de bien.


Levantaros contra los hermanos apandadores y abusones. Nunca quisieron liberaros y el socialismo les importa un carajo, salvo como excusa para mantener el chiringuito en pié; querían explotaros y lo han conseguido. No os importe morir unos cuantos para acabar con ellos, que os están matando.




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