jueves, 27 de diciembre de 2012

Demasiados empleados públicos, demasiados privilegios

Sí, ya sé que no habéis cobrado la extra de Navidad y que os han hecho los descuentos de IRPF de la misma, aunque también sé, que todo no está perdido para vosotros: os devuelven los descuentos indebidos y hay promesas en el aire, de que cuando la cosa mejore, os darán la paga que os han quitado. En algunas Autonosuyas ya han hecho trampejas y la habéis cobrado. Los que promueven los recortes para salir del socavón, y los que están dentro del socavón ¡que se jodan!

Sé, que ese sacrificio de vivir sin la Extra, la mayoría de vosotros, aunque lo lleváis mal, lo lleváis con paciencia, pues, en el fondo sabéis, que de una forma u otra, lo recuperaréis. El trabajo vuestro viene siendo seguro y hay muchos años por delante; además, en el fondo de vuestro entendimiento sabéis, que el sistema os necesita. El sistema son los políticos, vuestros enemigos de hoy y a la vez amigos y aliados de siempre, que estáis unidos por cadenas, más que por lazos familiares. ¡Cuántos de vosotros - y no me refiero a los que habéis entrado en la Administración por Ley-, en los últimos 35 años muchos habéis entrado de la mano de políticos afines, que, con el mayor descaro, os han abierto la puerta de atrás o, simplemente, os han colado, dándoos el puesto de una oposición que, por justicia, le hubiera correspondido a otro! Cuando el contrato es laboral y no de funcionario..., mejor no imaginar.

También sabéis, muy en el fondo, que fuera de la Administración hay un mundo cruel donde el hombre es un lobo para el hombre, donde los contratos de trabajo pueden ser de horas, días, semanas o meses, en el mejor de los casos, y donde la condición normal del ser humano es la de visitante asiduo del INEM o INAEM o como le quieran llamar en esta quebrada España partida en 17 trozos. 

En esa situación, "Mejor sin paga que sin nada". En el mundo exterior no hay seguridad, que el frío y el calor de la intemperie atacan por igual, como atacan los contratos basura, la economía sumergida y los bajos salarios. ¡Quién fuera mileurista en estos tiempos recuerdan muchos!  No es  fácil sobrevivir y traer dinero o comida a casa. Y gracias a que hay gente buena, organizaciones religiosas y empresas decentes que donan comida para los necesitados, que son muchos en estos tiempos.  

Frente a esos, los sin paga extra de Navidad de la Administración siguen disfrutando de abundantes privilegios: sólo como ejemplo decir, que el calendario laboral no siempre rige en su mundo, cuando son ellos o sus gerifaltes los que lo elaboran; así, aunque usted -probo ciudadano- vea que el 24 y el 31 de diciembre de este año nefasto están marcados en el calendario 2012 como laborables, aunque vea usted las peluquerías y todo tipo de establecimientos abiertos, no se le ocurra ir a darse de baja o alta de algo en ninguna oficina de Hacienda o de la Seguridad Social, por decir dos sitios concretos, y ello, por mucho que le corran los plazos -otro invento de funcionario hecho para hacerte la pascua y arrascarte el bolsillo. Con suerte, habrá un cartelito en la puerta de la Administración de turno, como aviso de que vuelva otro día, que ese día está cerrado. En las webs de Internet de esos servicios, no habrá ninguna advertencia, y no se canse, que el teléfono tampoco lo atienden; si acaso, los cartelitos le dirán que en tal dirección abren ese día, pero únicamente el registro. ¡Ole!, ¡viva la Pepa!,  y tú pensando que podías hacer esto o aquello aprovechando que es día laboral. Pues no ¡Jódete y vuelve otro día!

¡Incauto! Tú existes para que los políticos y sus amigos, los que viven de lo público coman, sean o no funcionarios, de carrera o chusqueros ¡No!, no es al revés, estás equivocado.

Sí, ya sé que con Franco también pasaba, pero los empleados públicos de entonces eran tres veces menos, y aunque la mayoría habían sacado las oposiciones con mucho esfuerzo, había mucho enchufado, que para eso estaba lo que se llamaba "tener empeños" y existían los certificados penales y los informes de si eras o no afecto al Régimen para poder entrar.

Este mal es endémico en España: quizás hemos disminuido las consecuencias del "Vuelva Usted Mañana" de las ventanillas que denunciaba Larra, pero lo indudable es que no lo hemos superado. La razón, la de siempre: los dueños de la Administración, que somos todos, seguimos permitiendo que los empleados que nos administran, sean o no políticos, ejerzan como dueños del cotarro y se nos rían, haciendo lo que les da la gana. No sé de quién es la cita, pero nos va que ni pintada: "País de corderos, gobierno de lobos".

Así, que no se extrañe nadie si las ovejas nos cansamos un día de tanto jeta, y pensamos que hay que hacer limpieza a fondo, acabando con Autonomías, políticos y dos terceras partes del empleo público. Demasiado lobo sangrando al ganado, demasiada carga para el burro. Si no somos capaces de imponernos, se irá todo por la alcantarilla, ¡Y que les den!. ¡A la mierda! -diría Fernando Fernán Gómez, saliendo de su tumba. Y como en alguna ocasión ocurrió, que se vaya todo a la mierda, que ya ha ocurrido, por mucho que los historiadores nos lo oculten, haciendo caso al rey de turno, a la Iglesia o al copetín de la baraja. 

¿O que se piensan que ocurrió en España en el año 711?, ¿que nos invadieron los moros? Pandilla de incautos... Los hispanorromanos de entonces, que eran la mayoría de la población, cansados de soportar las guerras entre familias visigodas por la sucesión al trono, y hartos también de guerras de religión inacabables entre facciones de la nueva religión cristiana, abrazaron la fe musulmana en masa para librase de tanta sanguijuela. Fue una verdadera revolución llevada a cabo por una sociedad que mando todo al carajo para liberarse.

Ya sé que toda la culpa no la tienen los funcionarios, que un par de días de fiesta más no van a ningún lado. Pero que tomen nota todos y que no toquen más los cataplines, cuyons, pilotak o bolas, que la paciencia y fuerza que queda es escasa: siempre hay una gota que colma el baso, un último gramo que derrenga la caballería, un último escupitajo que colma la paciencia del más manso.

¡Qué coño!, que no nos da la gana aguantar más cargas.



1 comentario:

  1. estoy convencida de que si toda la gente de apie nos unieramos acabariamos con esta historia y vajariamos los humos de los que cobran 100 veces mas de lo que merecen todos tenemos que comer no solo los politicos y los ricachones la sangre circula en todos los curpos igual

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