miércoles, 29 de marzo de 2017

AL JUSTICIA DE ARAGÓN

Muy Señor Mío:


En los últimos días, se está produciendo desde la Comunidad Autónoma de Aragón y desde el Ayuntamiento de Zaragoza un ataque a la Sociedad Civil, paralelo al que también se produce en el resto de España: están atacando nuestras creencias religiosas y están vulnerando el derecho de las familias aragonesas a la educación de nuestros descendientes y a que podamos llevarlos a colegios religiosos concertados. 

- En cuanto a las creencias, es visible en estos días, cómo desde el Ayuntamiento de Zaragoza, Zaragoza en Común intenta, arrogándose una representación de los ciudadanos que no tiene, apoderarse de la iglesia de la Magdalena y de la catedral de la Seo, templos de larga tradición cristiana en nuestra ciudad: la catedral de La Seo fue templo cristiano desde que el cristianismo fue adoptado por Constantino como religión del Imperio (así lo acreditan los descubrimientos arqueológicos de enterramientos producidos), y la iglesia mudéjar de la Magdalena, construida en el siglo XII en estilo románico. Cuestionan la inmatriculación producida a finales del pasado siglo (1989), cuando a lo largo de la historia no era necesario inmatricular, en la aceptación general de que los templos eran de todos, aunque administrados por la Iglesia. No doy crédito a los objetivos que con estas acciones dicen buscar, sin duda son otros, sabiendo que su demanda está fuera de todo plazo legal existente, careciendo además de legitimación activa para demandar: el objetivo ha de ser darse notoriedad sin duda entre los suyos, y lanzar una cortina de humo que disfrace su falta de gestión, eligiendo como enemigo a uno que saben que no va a utilizar la violencia contra ellos; querrán, si suena la flauta, hacerse con la recaudación de las entradas al templo de La Seo, que es importante, pero olvidando que ese dinero está dedicado al mantenimiento del templo; y disponer de la iglesia de la Magdalena como lugar para celebrar actos profanos. Todo vale para ofender a los católicos, a los que no dudarán en causar todo el daño que puedan, pues siguen los objetivos marcados por los tradicionales enemigos de España. Tampoco descarto que procedan a ceder estos u otros bienes que también persiguen a los musulmanes, dado el respeto que sí manifiestan hacia ellos, seguramente buscando su voto. Hace unos años, la resolución judicial hubiera sido favorable a los católicos, pero en estos tiempos de tribulación para la judicatura, se puede esperar de los juzgados y tribunales cualquier cosa, por disparatada que ésta sea. Tal es la desconfianza que inspiran y el desprestigio que gozan, debido a la invasión generalizada que se ha producido en ellos a través del cuarto turno.

- En cuanto a la educación, la familia es la base de nuestra sociedad, y dentro de ella, los más vulnerables son nuestros niños. Pues bien: los partidos tradicionales están interfiriendo con experimentos de identidad de género en el derecho a la educación que tenemos las familias españolas en general y aragonesas en particular. Hoy los partidos políticos españoles se han dejado influir por los valores que el Nuevo Orden Mundial impone a sus adeptos. Los españoles y los aragoneses tenemos derecho a inculcar a nuestros descendientes los valores tradicionales de nuestra sociedad, que son los propios de la cultura cristiana occidental heredados de nuestros mayores. Estos experimentos sociales pretenden sustituir la realidad de género que todos los humanos tenemos desde el nacimiento, de acuerdo con las leyes naturales, por la percepción individual que cada cual pueda tener sobre su propio género. El problema es que no esperan a que los niños maduren para que elijan con conocimiento, por el contrario, desde la más tierna infancia, intentan distorsionar desde la escuela la percepción que tienen los niños sobre su género y sexo.  Aceptando el derecho de esa minoría a vivir su sexualidad de acuerdo con la Ley, no es aceptable que ellos interfieran en la identidad de género mayoritariamente aceptada. Se da el agravante, de que se conculcan los derechos de la mayoría, por los de una minoría, que se ha convertido en intransigente, imperativa y totalitaria, apoyada por organizaciones internacionales y por los poderes del Estado, frente al resto de ciudadanos. 

- La eliminación progresiva de la escuela concertada va unida a lo anterior. Estos días se está tratando en la DGA el cierre de aulas en la escuela concertada, disfrazando los motivos ideológicos de motivos presupuestarios. Todo vale para que la identidad de género se extienda, sabedores los promotores de esa aberración de que en los colegios católicos no la enseñarán. 

Es fácil adivinar el objetivo final que persiguen: terminar con la cultura cristiana tradicional y con sus valores. No les importa el ahorro económico que supone para el Estado la existencia de la Escuela Concertada; tampoco les importa que una minoría siga acudiendo a los colegios religiosos que sobrevivan, lo que quieren es que la mayoría de los chicos sean penetrados por la identidad de género y que pierdan la cultura y los valores cristianos de nuestra sociedad, utilizando a la Escuela Pública, que es de todos y pagamos todos.

Estoy seguro que El Justicia de Aragón es sensible a toda esta problemática, que encierra, además de un ataque contra la libertad de culto, un ataque a la libertad religiosa de los aragoneses, y que hará cuanto pueda aprovechando su prestigio para defender los valores tradicionales de la sociedad aragonesa, valores que están siendo atacados desde sus cimientos. Algo fácil de ver y entender para una persona corriente, con la información que escucha a diario en los medios de comunicación.

Reciba con esta queja un atento saludo.




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