Enfrente quedan para su vergüenza, la soberbia, el egoísmo y la imbecilidad de los secesionistas catalanes, que no se dan cuenta que el asunto no va de sentimientos, sino de engaños
Por encima de ambos quedan, la pequeñez y la cobardía del Gobierno de España y de la Oposición, que no se atreven a defendernos frente a los planes de nuestro ancestral enemigo, que quiere deshacer España para debilitar y fagocitar a Europa.
Una vez más, nuestros dirigentes nos van a dejar solos en la historia, para volver a recoger los réditos cuando ya no haya peligro. Si ha de ser así, que se vayan y al menos que no molesten.
Esta vez no vamos a perdonar a los traidores como en ocasiones anteriores. Lo pagarán.
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