Putin pide a Turquía que pida perdón. |
Lo mismo que
la llamada “primavera árabe” no tenía nada que ver con el cuento que nos habían
contado, la guerra en Siria no ha surgido por problemas internos. Los sirios
venían soportando una dictadura familiar de corte pro soviético, desde décadas.
Al contrario de lo que podemos pensar, esa dictadura ha supuesto ventajas para
la mujer, si las comparamos con otros países musulmanes, donde sus libertades
apenas existen. Recientemente, una niña siria de menos de 14 años se lamentaba
de que la guerra le había truncado el futuro, pues en condiciones normales, en
su país hubiera sido pintora, y ahora, se veía alejada de Siria, casada,
frustrada, y en cinta del primero de muchos hijos. El único consuelo que le
quedaba se veía en sus ojos: seguía viva.
La guerra en
Siria hunde sus raíces en la lucha estratégica que se está produciendo en estos
momentos por el gas, la energía limpia del futuro. Los contrincantes, dos
colosos (EE.UU y Rusia) y sus respectivos socios, aunque también hay terceros
como Francia, que intentan no quedarse fuera. La teórica suerte de
Siria y del Líbano por los hallazgos de enormes reservas de gas en sus territorios, se ha visto truncada, ya que los poderosos quieren arrebatarles el negocio, pasando
por encima de ellos. Con ese objetivo, se han sacado de la manga una oposición
al tirano Bashar al-Asad, que si existía, no estaba organizada. Los mismos que
han organizado las revueltas en Siria han sido los que desestabilizaron un poco
antes el régimen libio, con lamentables resultados para los libios y para toda
Europa.
Pero esa
oposición siria que se fue haciendo con parte del territorio sirio, se fue desinflando
en el campo de batalla. Curiosamente, coincidiendo con la aparición de una
organización llamada Daesh, Isis o Estado Islámico, que, mientras los opositores sirios huían del campo de batalla, se adueñó de las armas, los vehículos, y las
influencias de las que disponían los opositores a Bashar al-Asad. Eso explica la tibia acción militar de
los EE.UU., que al principio ayudaban a la oposición siria, y luego, apenas han
combatido a Daesh, el llamado Estado Islámico, o lo han hecho tímidamente con drones, como en el caso del verdugo inglés que degollaba prisioneros, al que han atacado para calmar voces discordantes. Y eso, porque formalmente los USA encabezan una coalición internacional de más de 60 países para combatir al Daesh. También explica la
desgana de Turquía al enfrentarse al peligro emergente de Daesh, desgana que
contrasta con la energía empleada en bombardear a sus tradicionales enemigos kurdos, los únicos que
han hecho frente con decisión a las fuerzas yihadistas. A Turquía le estorba el régimen de al_Asad.
Curiosamente, los generales de Daesh son los que estaban al frente del ejército de Sadam, los cuales se quedaron sin empleo con la entrada de los americanos en Irak. ¿Ya han purgado su culpa? No, pero ahora resultan ser útiles. Se dice, que ese poder islamico-yihadista que resurge de las arenas, está impulsado por la burguesía suní que apoyaba a Sadam Huseín. Esas gentes quedaron marginadas de la reconstrucción y del gobierno de Irak, pues tuvieron que huir, con o sin su fortuna. Y se dice también, que quieren formar una nueva nación en los territorios que les han quitado a Siria e Irak. La cuestión es muy sospechosa: pues son territorios preñados de gas, al menos sus costas. Si esas tierras sólo sirvieran para criar cabras, y sus mares estuvieran yermos, nadie los querría.
Este frente
de guerra queda muy desdibujado para la opinión pública en general, sin saber
muy bien, ni a quien dispara cada contendiente, ni por qué lo hace:
El único
muñeco que recibía palos de todas partes era el dictador sirio al-Asad, mal
visto por su oposición, por el nuevo Estado Islámico, y por los americanos y sus
aliados. Por el contrario, la coalición de los 60 países contra el Daesh, encabezados por los EE.UU., ha actuado con sospechosa dejadez. En el frente
de Irak, los iraquíes retrocediendo, y los kurdos, los únicos que se atrevían
con los yihadistas. Los saudíes ayudando a los opositores a al-Asad, y los
israelíes silbando, como si la cosa no fuera con ellos, al fin y al cabo, su
vecino sirio y su brazo Hezbolá ya no les incomoda. Un enemigo menos.
En ese contexto, aparecieron en las fronteras de Europa cientos de miles de
desplazados sirios y de otras naciones musulmanas, con la amenaza de Daesh de
llenar Europa de terroristas. Curiosamente, la líder alemana los recibió con
las manos abiertas, obligando al resto de socios de la Unión a acoger con desgana a los
desplazados, como refugiados políticos. Cosa insólita e incomprensible, tanto el hecho de
que aparecieran en nuestras fronteras de la noche a la mañana, como la reacción
de la señora Merkel de acogerlos. No sé si acabaremos entendiéndolo. Los alemanes no.
Los
desplazados procedían de Turquía, donde se habían refugiado huyendo de la
guerra en Siria, y los terroristas camuflados, de Siria. Sabido es que Turquía es la
entrada y salida de Europa de todos los mercenarios que se apuntan a la guerra
de Siria. De ellos, algunos se hacen terroristas y vuelven para formar
células durmientes del Daesh en todo el mundo. Pero, ¿quiénes han promovido los desplazamientos
masivos de refugiados hacia Europa? La mayoría estaban en Turquía, pero las
declaraciones del presidente sirio, hacen pensar que fue él el que empujó a
esos refugiados, con nuevas oleadas que saturaron los campamentos turcos.
También ayudó, la promesa de acogerlos en Alemania, y el comportamiento del
gobierno griego, la primera frontera de Europa. ¿El por qué?: los
refugiados han hecho visible esta guerra en Europa, al verse invadida por ellos. Eso ha
beneficiado al régimen sirio, que estaba prácticamente asfixiado. También ha beneficiado a los que se han hecho con el negocio de tráfico humano, pues esos desplazados tenían dinero.
A al_Asad le cambió la suerte con
la llegada masiva de refugiados a Europa y con la entrada de Rusia en combate.
La efectividad de sus armas y el previsible uso de los kurdos como infantería,
no sólo han dado un respiro al líder sirio, han convertido también a los del
Estado Islámico en perseguidos, sintiendo como desaparecía su principal entrada de dinero, con el bombardeo de las filas de camiones con petróleo, antes invisibles para la coalición liderada por los EE.UU. El conocimiento de que el derribo del avión de
pasajeros ruso fue obra de los yihadistas, y el atentado en París, han
contribuido a la escalada en el conflicto.
¿Qué ha
cambiado con el atentado de Paris? Dos cosas importantes: Francia se ha lanzado
al bombardeo como venganza, desplazando a su portaviones Charles de Gaulle a la
zona, y se ha aliado con los rusos para coordinar los bombardeos al Daesh;
también ha conseguido algo que se sale del guión: la extraña ayuda de Inglaterra. La
primera consecuencia: que Turquía ha derribado un avión ruso que, según ellos, estaba
pidiendo un tiro, y a continuación, han pedido el amparo de la OTAN. Está claro, que Turquía va por libre. Concurre otra circunstancia extraña: que dos de los
miembros más importantes de la OTAN, Francia e Inglaterra, están alineándose
con Rusia en el conflicto. La OTAN no va a entrar en este conflicto si Francia e Inglaterra no cambian el rumbo, pues hay miembros de la OTAN en todos los bandos, y hay más de dos bandos.
Lo que se
intuye: esta guerra, aunque la disfracen de religión, no responde a
condicionantes religiosos sino económicos, con el gas de por medio. En 2012 se disputaban la explotación del negocio gasista dos proyectos diferentes:
los proyectos South Stream y Nort Stream patrocinados por Rusia con capital
alemán, y el proyecto Nabucco, patrocinado por Estados Unidos y la Unión
Europea, para asegurar la competencia en el mercado europeo. El proyecto Nabucco pronto tuvo serias dificultades en esa carrera por
hacerse con el control de la energía en Europa, ello debido a notables retrasos y problemas de
toda índole. Hoy se considera fracasado. Mientras tanto, el proyecto ruso alemán continuó adelante, hasta que el pasado año, Gazprom dejó en suspenso South Stream por desavenencias con la Unión Europea y a la espera de un gran acuerdo con Turquía para que el gaseoducto pasara por el mar Negro, rodeando Ukrania, país poco de fiar. Europa seguirá recibiendo gas ruso por Nort Stream, con la incertidumbre del ramal que actualmente pasa por Krimea. Con un proyecto abandonado y otro suspendido, nadie quiere dejar al otro el
control de Siria, que se ha convertido en un territorio estratégico, por las
grandes reservas de gas que atesora. Si alguien tiene interés en ahondar en este asunto, aunque esté desfasado, que lea el informe de mayo de 2012 del profesor de la Universidad de Damasco Imad Fawzi Shueibi o El “factor gas” en la crisis siria de Nazanin Armanian.
No es difícil adivinar el porqué la señora
Merkel estaba dispuesta a tragarse los refugiados que su socio gasista ruso nos mandaba bajo mano, con la excusa de que los europeos teníamos que ser solidarios con los sirios: en Siria necesitaban de un respiro, y sobretodo, necesitaban a la opinión pública europea alarmada y de su parte. Abandonado el proyecto South Stream por Gazprom, empresas alemanas como la empresa Bash siguen colaborando con Gazprom en proyectos gasistas en Siberia, donde han invertido más de 10000 M en infraestructuras importantes, proyectando inversiones conjuntas de 2000 M para los próximos 5 años. Con la llegada de
cientos de miles de refugiados a Alemania, en una odisea durísima, parece que Merkel se ha quedado en segundo plano. Más que nada, por que sus socios en el gobierno, y sus
votantes, le han dado la espalda. Esta actuación de Alemania en su política
gasista no se ha explicado a los europeos, y se ve que el resto de socios de la UE siguen el guión contrario, al menos los que tienen la puerta de los gaseoductos que saldrán del mar Negro. El refrán de
"la cabra tira al monte” se cumple: la señora Merkel destapa su inclinación natural hacia Rusia, al margen de sus intereses energéticos, lo mismo que un par de millones de ciudadanos alemanes procedentes de la antigua República Democrática Alemana, como ella misma, ciudadanos que tienen el ruso como
segunda lengua. Mientras tanto, Putin saca pecho y amenaza a los terroristas sin complejo alguno, con el aplauso de todos.
Con el ataque
terrorista que ha sufrido en París, el gobierno francés se ha lanzado al
bombardeo de instalaciones estratégicas de Daesh, mientras busca el compromiso de sus socios europeos. Ha
obtenido el compromiso de Inglaterra y buenas palabras del presidente Obama,
que como es sabido, agota su mandato presidencial como “pato cojo”. Pero Francia ya estaba
involucrada en la lucha contra los yihadistas, asociada a los EE.UU. en sus
tibios ataques. Los asesinatos terroristas le han hecho cambiar de socio y
unirse a Rusia, aceptando mantener al presidente sirio en el poder. Algo que
rompe los esquemas iniciales. Puede parecer normal, pero algo no encaja. Se suponía, que los franceses y los
americanos luchaban contra los yihadistas, ahora los franceses lo están
haciendo con más fuerza, por lo tanto, no traicionan a nadie, pero viéndole la
cara de tonto que se le ha puesto a Obama, se intuye que no le ha gustado nada
que los franceses hayan cambiado de socio, ya que, en el fondo, han cambiado de
bando. Está claro que Obama y los suyos no castigaban al Daesh, y que
más bien, se dedicaban a luchar contra al_ Asadh apoyando o más bien sustituyendo a la oposición siria
en su lucha.
El comportamiento de Inglaterra en este caso
resulta contradictorio, porque siempre anda amancebada con su socio americano. Posiblemente, ponerse al lado de los franceses, y por
tanto, de los rusos, descubre algún interés en los proyectos de gas
en disputa o verá alguna oportunidad de enredar y disponer de información, que es lo más probable. Rusia debería aprender de sus errores del pasado: a los zares nunca les fueron propicias sus alianzas con Francia e Inglaterra, y Putin es como un nuevo Zar.
Los EE.UU., sintiendo el fracaso de su proyecto Nabucco, se han volcado con sus socios saudíes y qataríes, haciendo suyas las mayores reservas de gas del mundo a través de un tercero, disfrazado de Imán, al que dicen haber matado: el Califa del autoproclamado Estado Islámico. Van a tener que decirle a Obama, lo que a aquél fanfarrón del Siglo de Oro Español, que cuando presumía de matón, apareció por allí una de sus víctimas, y tuvo que oirse: "los muertos que vos matáis, gozan de buena salud". El problema, que los bombardeos franco rusos al Daesh pueden hacer que el Califato resulte vencido, y, entonces, pueden quedarse al descubierto y fuera de Siria. Los USA, renunciando al liderazgo de la manada, no pueden impedir que su hueco sea ocupado por venados que braman más fuerte, como son Rusia y China, que tienen las cuernas más afiladas y están dispuestos a la lucha.
Los EE.UU., sintiendo el fracaso de su proyecto Nabucco, se han volcado con sus socios saudíes y qataríes, haciendo suyas las mayores reservas de gas del mundo a través de un tercero, disfrazado de Imán, al que dicen haber matado: el Califa del autoproclamado Estado Islámico. Van a tener que decirle a Obama, lo que a aquél fanfarrón del Siglo de Oro Español, que cuando presumía de matón, apareció por allí una de sus víctimas, y tuvo que oirse: "los muertos que vos matáis, gozan de buena salud". El problema, que los bombardeos franco rusos al Daesh pueden hacer que el Califato resulte vencido, y, entonces, pueden quedarse al descubierto y fuera de Siria. Los USA, renunciando al liderazgo de la manada, no pueden impedir que su hueco sea ocupado por venados que braman más fuerte, como son Rusia y China, que tienen las cuernas más afiladas y están dispuestos a la lucha.
De Putin ¿qué decir?, que está consiguiendo volver a Rusia al escenario internacional, con el respaldo de China, que necesita acceso a esta energía. Ahí está, el único líder de Europa con carisma de estadista que consigue todo lo que se propone, ganándose el respeto de muchos europeos.
Para concluir: por mucho que los emigrantes musulmanes abusen de
nuestros servicios sociales y su fecundidad amenace a nuestra sociedad, hoy no son
ellos los que ponen en peligro nuestra seguridad. No importa que esos extremistas pregonen que quieren volver
este mundo a la Edad Media siguiendo a sus imanes, lo que está
en juego no sale en los telediarios, es diferente y más propio de nuestro siglo, aunque lo disfracen de locura incomprensible y de terror. Está en juego:
- El control de
la explotación de las reservas de gas de Siria y del Líbano.
- El transporte de ese gas y de otros procedentes de Irán hacia el centro de Europa, a través de gaseoductos estratégicos.
- Y por último, el negocio de almacenaje del conflictivo
gas y su distribución por una Europa próspera, que puede pagar el gas, pero no puede hacerse la dueña del tinglao, por falta de ejército.
Lo preocupante es, que los aprendices de brujos que fomentan estos
movimientos radicales, cuando los promueven, ya saben que se les irán de la mano y
que tendrán graves consecuencias. Eso les ocurrió cuando derrocaron al Sha de Persia y lo sustituyeron por un viejo clérigo llamado Homeini. Esperemos que los buenos musulmanes no prediquen
barbaridades en las mezquitas, aunque sus leyes medievales las contemplen. Se
cansan de decirnos, que esa doctrina extremista no es la suya, pero ahí están
los extremistas aceptando voluntarios, que desconociendo la doctrina islámica
de nuestro tiempo, utilizan el terror como arma de guerra aplicando la sharia
al pie de la letra. Y países como Arabia Saudí y Qatar los financian con fines espurios. Lamentablemente, los radicales islamistas que están captando gente en las redes sociales andan sobrados de dinero. ¿Hay que acabar con ellos? Por supuesto, y no dejar a ninguno vivo. Pero tendríamos más confianza en nuestros líderes si viéramos a Arabia Saudí y a Qatar repudiadas por su política en favor del radicalismo y contra las democracias, que es de todos sabido, que conforman la retaguardia y zona de descanso de los combatientes del Estado Islámico.
La pregunta del millón: ¿Quiénes han organizado los atentados en Francia y en el Líbano, y quiénes y por qué nos llenan de miedo, ordenando que estos energúmenos nos amenacen? No lo sabremos, pero tendrán un descuido. Seguramente, los que saquen rédito de la venganza francesa o de las reacciones del resto de socios europeos. Pero errores los tienen, que a veces, provocando atentados terroristas, consiguen el efecto contrario al buscado. Practican sin empacho el gran juego: ese en el que los órdagos se traducen en cientos de muertos. Normalmente, los muertos se producen en Beirut, en Karachi, en Islamabad o en la chimbamba, pero, como hemos podido comprobar, no están libres ni París, ni Londres, ni Madrid, ni Nueva York de un atentado. Y todo, por que unos tipejos se han propuesto ganar el órdago y llevarse unos garbanzos de valor incalculable. Si no fuera un negocio de tamaño tan descomunal, el tufo que desprenden los actos terroristas de París huele a moritos de Lavapiés, por la cantidad de marroquíes que hay involucrados en los recientes actos terroristas: o sea, servicios secretos moviendo peones.
Un sexto sentido nos dice, que los que nos manipulan son canallas capaces de llevarnos a una guerra contra el Islám por el jodido dinero. Y no es por el dinero actual, están dispuestos a organizar una guerra por el derecho a meternos la mano en el bolsillo a los europeos durante los próximos 100 años, sin mirar las consecuencias. Y algunos ilusos apuntándose a la yihab, pensando que van a poder imponer el Corán al resto del mundo. Marionetas en un juego en el que todos participamos con entusiasmo, poniendo cara de idiotas.
Entonces, ¿qué debería hacer nuestro gobierno en esta comedia trágica? Como no se puede poner de perfil, actuar con el mismo cinismo que el resto de socios y aliados, que defienden sus intereses, mientras sonríen y se apuñalan: ayudarnos a nosotros mismos y a Francia en Mali, para que pueda hacer uso de todas sus tropas del lado de Rusia, de Alemania y posiblemente de Inglaterra, y a la vez, echarle una mano a los EE.UU. y a sus aliados para que sigan luchando contra la barbarie islámica, a pesar de lo mal que lo están haciendo, y lo mal que disimulan. Los seguidores de Ben Ladem en Mali se pondrán muy contentos recordando lo bien que pagaba España los secuestros, y los EE.U. resto de aliados creerán que nos hemos creído su farsa y que venimos como fervientes defensores de la fe y la civilización, a luchar contra la barbarie yihadista. Cuando acabe la función, pasarle la factura a los que ganen y que nos adjudiquen todas las obras posibles, para llenar el mundo de AVES. Obrar de otra manera, será dejarse tomar el pelo.
En los últimos días, Turquía ha seguido con sus incoherencias: ahora pide la destrucción de Israel, mientras recibe las represalias de Moscú, que le está embargando, deteniendo empresarios, y desplegando misiles anti aéreos en la frontera de Siria con Turquía. También se dice en esta comedia, que las tropas de la oposición a al_Asad estaban compuestas en su mayoría de turcos. ¡Átame esa mosca por el rabo!
Entonces, ¿qué debería hacer nuestro gobierno en esta comedia trágica? Como no se puede poner de perfil, actuar con el mismo cinismo que el resto de socios y aliados, que defienden sus intereses, mientras sonríen y se apuñalan: ayudarnos a nosotros mismos y a Francia en Mali, para que pueda hacer uso de todas sus tropas del lado de Rusia, de Alemania y posiblemente de Inglaterra, y a la vez, echarle una mano a los EE.UU. y a sus aliados para que sigan luchando contra la barbarie islámica, a pesar de lo mal que lo están haciendo, y lo mal que disimulan. Los seguidores de Ben Ladem en Mali se pondrán muy contentos recordando lo bien que pagaba España los secuestros, y los EE.U. resto de aliados creerán que nos hemos creído su farsa y que venimos como fervientes defensores de la fe y la civilización, a luchar contra la barbarie yihadista. Cuando acabe la función, pasarle la factura a los que ganen y que nos adjudiquen todas las obras posibles, para llenar el mundo de AVES. Obrar de otra manera, será dejarse tomar el pelo.
En los últimos días, Turquía ha seguido con sus incoherencias: ahora pide la destrucción de Israel, mientras recibe las represalias de Moscú, que le está embargando, deteniendo empresarios, y desplegando misiles anti aéreos en la frontera de Siria con Turquía. También se dice en esta comedia, que las tropas de la oposición a al_Asad estaban compuestas en su mayoría de turcos. ¡Átame esa mosca por el rabo!
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