Decisiones erróneas ante la oleada de
emigrantes que envió Turquía.
La señora Merkel se ha bloqueado y
empecinado, después de tomar decisiones erróneas, y no hay ningún dirigente
europeo de su nivel que tome el timón que ella maneja para cambiar el rumbo del barco. El tiempo pasa, los problemas aumentan, y urge tomar decisiones en
favor de los europeos, para que nos sintamos protegidos y a gusto. Hoy no lo
estamos: estamos viendo que los musulmanes nos están invadiendo, y que algunos
pueblos, barrios, y ciudades de nuestro entorno se están convirtiendo, por su
causa, en lugares ocupados e inseguros. Lo peor, que nuestros políticos no
hacen nada para corregir la situación.
Hay barrios en Londres donde la policía no reprime
a las patrullas ciudadanas de musulmanes que imponen sus costumbres por la
fuerza. El Brexit ha podido ser una reacción de los británicos a esa política
de permisividad. Los políticos británicos echan la culpa a la UE y al
descontrol de las fronteras, cuando son ellos los responsables de la falta de
seguridad en sus ciudades, originada por sus propios musulmanes, que llevan
muchos años facilitando la emigración de gentes que en su día pertenecieron a
su imperio. Francia es un caos, por su política de inmigración, vinculada a su
pasado colonial; todavía está peor Bélgica, que siendo el corazón de la UE se
ha convertido en un nido de yihadistas; en Holanda hablan y hablan, pero no
actúan; Dinamarca intenta el control de los musulmanes, siendo los primeros que
denunciaron el problema, al ver como parasitaban sus recursos sociales y no
aceptaban las leyes danesas; los países escandinavos están perdiendo la batalla
de la seguridad ¡quién lo diría, con su pasado Wikingo de hombres resolutivos!; y Alemania, que se ha visto invadida de musulmanes, debido a la
política de puertas abiertas de la señora Merkel, que ha originado un grave
problema de seguridad en el país (siendo como era uno de los países más seguros
del mundo). Frente a la decisión del gobierno Merkel, los antiguos países del
Este han optado por no asumir cuotas de inmigración: tienen un pasado de
pérdida de valores culturales por culpa del comunismo, y ahora que los han
recuperado, no quieren arriesgarlos aceptando a gentes de una cultura diferente
e impermeable, que no se integra. Eso todos lo sabemos.
Los demás líderes europeos, aunque aceptaron
las cuotas de emigración que les impuso la señora Merkel, en la práctica las
incumplen, los van admitiendo con cuenta gotas, filtrando a los solicitantes de
refugio para garantizar que los que acogen no son terroristas.
La difícil convivencia.-
La difícil convivencia.-
La antipatía de los europeos hacia los
musulmanes era la tradicional, pero se ha incrementado, porque cerca del 80% de
los musulmanes afincados en Europa no trabajan, viviendo de los subsidios y las
ayudas sociales; la gota que ha colmado el vaso ha sido la violencia de los
recién llegados en Alemania, en Suiza y en otros países, robando, violando y asesinando.
Y eso que esos crímenes los tapan los medios de comunicación, para evitar –se
supone- levantamientos de la población. Pero es imposible taparlos, en tiempos
en los que las redes sociales echan humo. Por eso, los líderes de la Unión
Europea y los dirigentes de los países que la componen, si quieren mantener el
apoyo de sus ciudadanos en las urnas, deben rechazar las imposiciones
inconfesables que vienen soportando, y abandonar un buenismo que nos perjudica
a todos. Seguramente, tendremos que cambiar las leyes permisivas hechas para
europeos, por otras que restrinjan nuestras libertades, en lugar de negarles esas leyes a las gentes foráneas que rompen nuestra convivencia.
Podemos constatar, que la ayuda a terceros
países para que la emigración no se produzca ha sido y es un fracaso. Por eso, hay que
cortar la inmigración, castigar con severidad los delitos de los inmigrantes, y
echarlos, en cuanto den el menor motivo. De no hacerlo, veremos cómo medran los
partidos populistas en toda Europa, que cambiarán las leyes de emigración por
medidas extremas de expulsión o admisión generalizada; por otra parte,
convencerán a los ciudadanos de los respectivos países, de los inconvenientes
de mantenerse en la Unión, y de pertenecer al Euro, porque esa es la intención
que manifiestan.
Es difícil quitarles la razón a los
ciudadanos que quieren recuperar su país y la convivencia perdida, y más,
cuando la causa se ha debido a decisiones políticas de unos dirigentes
incomprensibles, que aceptan que cientos de miles de refugiados entren y
transiten por sus calles en manadas y sin control. Por otra parte, es legítimo
defenderse de unas gentes que no aprecian la cultura cristiana.
Si analizamos las relaciones de los
musulmanes con comunidades de diferentes creencias, se constata, que tienen
dificultades de convivencia con todas ellas. Da lo mismo si son judíos o
hindúes. Las demás religiones no buscan problemas. Esto es así desde su origen,
y se debe a las directrices y enseñanzas de su profeta.
¿Tenemos alguna responsabilidad los europeos
de la emigración musulmana?
Muchos dirán, empezando por nuestras propias
ONGs, que hemos sido los europeos los que hemos ido a sus países a romper su
paz. Decirles, que desde que acabó la Segunda Guerra Mundial, los europeos no
tomamos este tipo de decisiones. No nos lo permiten. Si algún líder europeo
como Sarkozy y Cámeron han metido a las fuerzas armadas de su país en algún
salchucho, lo han hecho como aliados preferentes: colaboraron con la OTAN, para
acabar con el dictador Gadafi en el 2011, siendo la señora Clinton Secretaria
de Estado y Obama Presidente de los EEUU. También ha podido haber
colaboraciones con los amos del mundo para controlar territorios en los que
todavía esos países mantienen viejas relaciones coloniales.
Por seguir con la responsabilidad de los
europeos en las desdichas de los países musulmanes, decir que tampoco existe:
los europeos hemos colaborado en su desarrollo comprando su energía, sus
productos agrícolas y haciendo turismo. La llamada Primavera Árabe fue un
intento de revolución democrática que se extendió por el mundo árabe, y los
europeos la saludamos con esperanza, pero no acabó bien. Lo que comenzó como la
revolución de los Jazmines en Túnez, se fue extendiendo por muchos países
árabes, pero alguien tomó la decisión de cortar su aparente buen rollo: acabó
medio bien en Túnez, donde comenzó; fue un desastre en Libia, donde el dictador
Gadafi fue atacado por la OTAN y acabó asesinado; en Egipto se cortó, porque
las elecciones pusieron en el gobierno a los Hermanos Musulmanes, conocidos
extremistas islámicos que hubieran sido un cáncer para el progreso de los
egipcios… Una revolución que se extendió con intereses más o menos leales, pero
que se torció…, no fuera a ser que el deseo de democracia llegara a las
monarquías del Golfo, presumo. No todas las sociedades están preparadas para
las urnas, pero también es cierto, que los de siempre, por intereses
gasísticos, llevaron la Primavera Árabe a Siria, atacando al tirano, con la
excusa de llevar la democracia, y apoderarse del país.
La aparición de DAESH, también llamado ISIS,
nubla la existencia de anteriores organizaciones radicales islamistas, como la
internacional Al qaeda, la siria Hezvolá, o las palestinas Al fatah y Hamás,
bien vistas por la izquierda. La mayor diferencia de ISIS con las anteriores es
que la propaganda y el manejo maestro del Internet profundo han conseguido
ilusionar a la juventud árabe mundial, que piensa que ha surgido de Alá, cuando
es una organización promovida y financiada por las fuerzas más oscuras de la
Tierra, para tapar sus vergüenzas y disfrazar de religión y conquista, una
guerra comercial por el gas. El disfraz de esa guerra exige extender la yihad
por el mundo, a través de clérigos radicales que, desde las mezquitas y las
redes sociales, captan a jóvenes musulmanes para que se alisten engañados en
una guerra comercial como mercenarios, guerra que nada tiene que ver con el
Corán ni con el Islam. Son organizaciones que cuentan con recursos ingentes y
pagan muy bien. Qatar, Arabia Saudí y los USA de Obama con una coalición de 60
países, están detrás de ISIS o el DAESH, no Alá.
Hombre, es cierto que la propaganda que
reciben los países del Sur a través de la televisión, que pinta a Europa como
un paraíso limpio y cómodo para vivir, influye bastante para que quieran venir
a vivir aquí y no a Siberia. Lo que no se entiende es, que habiendo emigrado de
países y regímenes sin libertad ni futuro, quieran convertir a Europa en el
corral que dejaron, siguiendo una religión retrógrada, contraria al progreso.
Hay una estrategia en marcha para debilitar a
Europa.
Las cosas no suceden por casualidad. Al
observar los acontecimientos, podemos asegurar que la invasión de Europa que
estamos sufriendo está siendo coordinada. Hace algo más de dos semanas, con
motivo de la celebración de final de año, se concentraron en Colonia cientos de
musulmanes procedentes de diversas localidades, no solo de Alemania, también de
Suiza, Austria y otros lugares. Les habían pagado a todos el viaje para que
provocaran disturbios. Las autoridades de Colonia fueron previsoras y pudieron
evitar disturbios y violaciones, deteniendo a muchos e impidiendo que
accedieran al centro de la ciudad. No fue casual tampoco la gran ola de
emigrantes que encaminó el régimen turco hacia las costas griegas. Se habían
refugiado en Turquía procedentes de Siria y nos los mandó para desestabilizarnos.
Por el momento, estamos viviendo episodios de una guerra de salón.
No hay tiros, pero es más que evidente que nos están atacando y que hay fuertes
intereses que apuestan por el fracaso del proyecto europeo. Está en marcha una
estrategia en contra de la Unión Europea que no se ve contrarrestada; eso nos
indica que el proyecto europeo carece de defensas y no dispone de tácticos que
vayan previniendo con su propia estrategia cualquier ataque. En asuntos de esta
relevancia hay que tenerlo todo pensado y llevar siempre la delantera. Y no se
entiende.
Cuando se inició el proyecto de la Unión
Europea, con la anterior organización de la Comunidad Económica Europea en
1957, los dueños del mundo tuvieron que dar el visto bueno al mismo, bien sin intermediarios, bien a través del club de
Bilderberg que se formó tres años antes; de no haberlo hecho, no se hubiera
iniciado. Pero han pasado muchos años, y la propia lentitud en la ejecución del
proyecto, con las tensiones competenciales monetarias producidas por la crisis
del 2007 y sobre todo, la guerra del gas en Siria, ha ocasionado que los que
andan en la sombra cambiaran de opinión y nos la estén liando. Tampoco debió
sentarles bien que no se ratificara la Constitución Europea, contraria a los valores
cristianos, constirución que intentaron colarnos a los europeos en el 2005.
Algo que no se entiende, es que no se intentara corregir para ponerla en
marcha. Por cierto, que si no se aprobó no fue por reivindicaciones cristianas,
se debió al cultivo de las ostras en Francia y a los miedos de Holanda: dinero, estupidez y miedo.
Lo cierto es que los grandes aprovecharon la
crisis en Europa para poner a sus peones dentro de las instituciones europeas y
en los gobiernos de Europa. Por poner dos nombres conocidos, pero hay más: nos suena Mario
Draghi como presidente del BCE, pero trabajaba en Goldman Sachs y antes en el
Banco Mundial, Rothschildes de por medio; nuestro ministro de Economía, el
señor De Guindos era asesor en Lehman Brothers. Ambas entidades bancarias
fueron protagonistas del escándalo de las subprime, escándalo que provocó o con
el que provocaron la crisis que todavía padecemos.
El caso es que la UE está siendo atacada y
que hay fuerzas que intentan desestabilizarla:
No podemos creer que Cameron sea tonto, por
iniciar referéndums sin necesidad, como el que hizo sobre la separación de
Escocia y luego otro sobre el Brexit. Tonto o listo ha sido un conservador
obediente, tanto en los referéndums como en los ataques de la OTAN a Gadafi. La
separación de Reino Unido de la UE deben someterla a la consideración del
Parlamento, también han podido volverla atrás y no lo han hecho. Reino Unido ha
sido una monarquía obediente a los sin Dios, desde que fueron expulsados de
España en 1492, y aunque permitieron que dejara de ser Imperio, sigue dentro de
la obediencia.
Los británicos dejan detrás a una Europa
tambaleante, que no sé si se atreverá a tomar la valiente decisión de dar un
paso adelante y apostar por imponer el Orden a través de leyes duras a los
emigrantes y completar la unión política con lo que le falta; si lo hace, que
lo haga pensando que el Reino Unido hubiera sido un socio desleal y un lastre.
Ya sabemos a quiénes obedecen.
Es necesario que la Unión Europa continúe desarrollando su
proyecto político, para terminar de conformar sus estructuras de macro Estado.
Le faltan cosas importantes: el control de las fronteras exteriores, un
ejército común al margen de la OTAN, y un ejecutivo que maneje los recursos
económicos necesarios para gobernar Europa, con una Hacienda propia. Es la
parte más dura del proyecto, pues supone la pérdida de soberanía de los países
que la componen, pero es la mejor defensa contra los enemigos internos y
externos, siguiendo una estrategia bien ideada, para oponer a nuestros enemigos.
Además, hay otras soluciones a la falta de natalidad de los europeos: seleccionar inmigrantes de nuestra misma cultura, que quieran venir a trabajar, y también, fomentar la natalidad, para que todas las mujeres europeas, con las excepciones que la naturaleza imponga, tengan al menos un hijo a lo largo de su periodo fértil.
Además, hay otras soluciones a la falta de natalidad de los europeos: seleccionar inmigrantes de nuestra misma cultura, que quieran venir a trabajar, y también, fomentar la natalidad, para que todas las mujeres europeas, con las excepciones que la naturaleza imponga, tengan al menos un hijo a lo largo de su periodo fértil.
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