viernes, 24 de febrero de 2012

Pobrecito Urdanga. Que vaya en coche, no sea que se estigmatice por andar un poco.


Canción a Urdangarín de la Chirigota del Perchero de Cadiz.

A uno se le ocurre que vivimos en un completo engaño. ¡Sí!, ya sé que hemos venido a sufrir y que en este infierno los de arriba mandan y los de abajo obedecemos o cobramos en leña, pero sería mejor que no nos engañaran hablándonos de democracia y de que tenemos una Constitución que dice que todos los españoles somos iguales ante la Ley. ¡Sí!, también sé que la Constitución nadie la cumple. Lo que me ha quedado claro hoy para los restos, es que todos no somos iguales, y si lo aparentamos porque tenemos los mismos agujeros en el cuerpo, algunos son más iguales que otros.

                Ahí está el Urdanga, que en lugar de llegar al juzgado como llegaríamos la mayoría. O sea, andando, lo llevan en coche para evitarle -como a Felipe González- que se estigmatice.

                En su día me resultó curioso el término estigmatizar, pues los estigmas, entre otros significados, son unas heridas que les salen a los santos. Puedo afirmar, sin error a equivocarme, que Felipe González no era ni es ningún santo, por mucho que lo creyera un fulano argentino llamado Bacigalupo, que temía que Felipe se fuera a estigmatizar, si declaraba en un proceso abierto por asuntos oscuros; tampoco acierto a descubrir lo que pintaba un argentino ejerciendo de juez en nuestro Tribunal Supremo. Pero volvamos al Urdanga. No está tampoco en situación de que le salgan estigmas, que presuntamente saca purito beneficio de sus relaciones familiares, barriendo para casa y para los paraísos fiscales, sus buenos réditos y capitales. 

                Desde este humilde púlpito le voy a dar un recurso de defensa al Urdanga: al margen de su afición a la pasta, no ha robado nada; se ha limitado a pedir, y si le han dado dinero no es problema suyo. Hasta hoy, lo de pedir no es ningún delito; si hay delito estará en el que da el dinero, por aquello de que no sea suyo, y si lo es, por no cotizar por donaciones incurriendo en sanciones fiscales. Que era dinero público el percibido por el chicarrón, también lo era el dinero de los EREs andaluces, que se lo han llevado crudo, y las subvenciones que han percibido los sindicatos y las organizaciones empresariales, por muy bendecidas  que estén en el BOE. ¡Qué decir de algunos partidos políticos! Pobre España desangrada por unos y por otros. PARA ESO PAGAMOS IMPUESTOS, POR LO VISTO. 

                Al margen del comentario anterior, debería estar previsto que en caso de delito, aquellos personajes a los que la sociedad ha encumbrado con privilegios y trato especial por su cargo, y en este caso por relaciones familiares especiales, etc., acudiesen a los juzgados con los máximos honores, en consideración a la presunción de inocencia, pero si la sentencia fuera de culpabilidad, que salieran de los juzgados de forma y manera que los contribuyentes pudieran hacerles pasillo para insultarles y escupirles. No estaría de más. Cuando un personaje que ostenta un cargo público delinque está rompiendo esa confianza especial que la sociedad ha puesto en él. El castigo tiene que incluir la dosis adecuada de desprecio, para compensar por el abuso, que el gritar relaja mucho. Sería un no va más añadido, que de la vergüenza o el escarnio les saliera a los interfectos alguna señal que supusiera infamia, deshonra o bajeza moral por un tiempo X.

Recordad: los estigmas les salen únicamente a los santos (aunque también entre ellos haya algunos hijos de Satanás), a los demás, si les salen estigmas, es porque los han marcado con un hierro rusiente. De esa enfermedad santa se libran los demonios, sus primos los políticos -que la mayoría no hace cosa buena-, y por supuesto, los chorizos y delincuentes en general, sean reales o imaginarios.

Al final, tendremos que agradecer a nuestras autoridades que no nos consideren sus iguales, pues son una cuadrilla de aprovechados que suelen oler a podrido, con los que es mejor no tener trato. ¿Qué peligros puede correr el Urdanga, rodeado de escoltas, por ir andando a los juzgados?

Hoy (25/2) tengo que decir que el Urdanga ha decidido ir andando. Algo en su favor. Lo que no sé por qué las izquierdas radicales han ido a gritarle, si ha sido el que más ha hecho en favor de la República que ellos ensalzan.

Lamentablemente.


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