F.J.P., 57 años, indigente, murió de frío el domingo pasado día 12, cuando dormía en un portal de una calle de Zaragoza. Whitney Houston, 48 años, cantante, murió ahogada el mismo día, cuando se quedó dormida tomando un baño caliente, en el hotel Beberly Hilton de los Ángeles.
F.J.P. no tenía familia, cobraba la ayuda de 400 € y vivía en la calle, donde se sacaba un pequeño sobresueldo pidiendo ayuda a los transeúntes. Whitney Houston tenía una hija y una economía más o menos saneada; tenía previsto acudir a una fiesta el día anterior a la ceremonia de entrega de los Grammy.
Son dos muertes coincidentes, a la vez contrapuestas y sin duda paralelas, de dos personas, hombre y mujer con vidas sentimentalmente poco afortunadas:
La de F.J.P. ha salido en algunos medios, como noticia, por la ola de frío que venimos padeciendo; la de Whitney Houston ha sido noticia en todo el mundo.
De F.J.P. se ha dicho que no quiso acudir a un refugio “porque les hacen ducharse” y porque corren el riesgo de perder los pocos bienes que tienen; Whitney Houston no tenía problema en tomar una ducha, porque no corría riesgo de perder patrimonio alguno por ello.
F.J.P. parece que se había refugiado en el alcohol para pasar su mala racha; Whitney Houston se escondía de sus problemas detrás de medicamentos antidepresivos y del alcohol, también en alguna etapa de su vida se había echado en brazos de las drogas, arruinando su carrera.
Para muchos, F.J.P. era un borracho que vivía en la calle; para sus seguidores, Whitney Houston era una cantante fabulosa que había tenido una vida desgraciada. En la realidad, Whitney Houston no era menos borracha que F.J.P., ni éste por borracho dejaba de ser una persona tan desgraciada como Whitney Houston
F.J.P. trabajó en la construcción; Whitney Houston cantaba. Uno se dedicó al trabajo físico, la otra hacía de cigarra en esta vida. De F.J.P. nadie se acordará en el futuro, a Whitney Houston le harán grandes homenajes y venderá millones de discos estando muerta.
En estas dos historias, una tiene el nombre completo, como corresponde a una persona famosa y conocida, la otra sólo las iniciales: F.J.P., suficiente para un ciudadano anónimo al que nadie sigue ni admira. En cualquier caso, vidas paralelas y contrapuestas de dos personas, condenadas como todas a morir, y de las que nadie se acordará dentro de mil años.
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