¿Se va Esperanza Aguirre?
Ayer, 17 de septiembre, fue uno de esos días tristes en los que te ves sorprendido por una mala noticia: Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid dimite. Yo creo, que no sólo nos entristeció a aquellos que la sentimos cercana, también lo sintieron aquellos españoles que saben ver mérito en propios y ajenos. Por eso barría Esperanza en las elecciones, porque iba ganando simpatías con su quehacer político: no tiene pelos en la lengua y le canta las cuarenta a cualquiera, sabe reconocer sus errores y pedir perdón por ello, tiene temple y es valiente a la hora de enfrentar a sus rivales políticos y a la hora de tomar decisiones difíciles, y además de administrar con rigor los caudales públicos, es muy trabajadora, cae bien y es muy simpática. Deja una comunidad en inmejorables condiciones, a pesar de la crisis, lo que deber sonrojar al resto de presidentes autonómicos, presentes y pasados, alcaldes y demás patulea gastadora.
Estuve escuchando diversas tertulias, en las que se especulaba si había detrás de su decisión algún problema de salud o de enfrentamiento con Mariano Rajoy, pero triunfó la tesis contraria: Esperanza Aguirre no mentía y, según algunos, quería retirarse ahora, evitando con ello tener compartir próximas derivas de su partido, contrarias de todas todas a sus ideales.
Algo no cuadraba. Esperanza, como los buenos toros, se crece en el castigo, y es difícil de creer que le haya arrugado un futuro nacional incierto, a causa de declaraciones independentistas o peligrosas elecciones en las provincias Vascongadas, donde pueden triunfar los asesinos de ETA y sus franquicias.
Al final, faltaban datos, o habían pasado desapercibidos. Efectivamente, el dato importante que me había pasado desapercibido, era que Esperanza Aguirre, aunque había dimitido, conservaba la presidencia del PP en Madrid. Entonces en mi cabeza se encendió la bombilla y con ello volvió la esperanza. No soy profeta, por eso lo que voy a decir ahora no es más que una especulación:
El pasado lunes día 9 de septiembre, compareció Mariano Rajoy en TVE, protagonizando una de las entrevistas más poco ilusionantes que ha tenido. Ya sabemos que el tipo, siendo brillante, no es la alegría de la huerta. Pero desilusionó cuando se limito a decir de la declaración independentista de Arturo Mas, “que España no estaba para algarabías…” Ni siquiera se atrevió a decir algaradas.
Lo mismo que me desilusionó a mí, pienso que desilusionó a esa clase dirigente en la sombra, formada por los grandes capitales de este país, cuyos intereses saltan autonomías y naciones. La manifestación que se produjo en la celebración del día de Cataluña pudo encender la alarma en sus carteras, porque un País Vasco bajo el estado de alarma, excepción o sitio, tras ganar las elecciones los etarras, a nadie extrañaría, pero que los dirigentes de Convergencia de Cataluña se lancen a tumba abierta hacia la independencia es otra cosa.
Estoy convencido de que esas carteras pensantes se han reunido en la más estricta intimidad, han llamado a la puerta de Esperanza, y le han pedido que se ponga a disposición de España. Quiero pensar, que ha sido por eso por lo que ha dimitido como Presidenta de la Comunidad de Madrid y como Diputada, para preparar la sucesión en la Presidencia del Gobierno, cuando en fechas venideras, desde Bruselas o desde España, le exijan la dimisión a Rajoy.
Ahora Mariano, van a remover tu silla. Has demostrado ser valiente con los débiles, pero un pusilánime con los fuertes. Has tenido la oportunidad de aplicarle la Ley a Arturo y dejarle claro su porvenir y no lo has hecho. Lo mismo, estás ahí desojando la margarita con lo del rescate, sin tomar una decisión, dejando pasar un tiempo precioso. Tampoco te atreves a recortar de verdad los gastos de la Administración, cerrando empresas públicas que son nidos de empleo de políticos y familiares o acabando con el Estado de las Autonomías. Y muchas otras cosas. Gobernar es tomar decisiones, y las tuyas siempre son pequeñitas y dirigidas a los de fuera. Te hubieran dejado hacer y te hubieran dado tiempo si lo hubieran tenido, pero el tiempo se está acabando. No te va a servir de nada estar amparado por regulares mexicanos, que están muy lejos. Los de aquí, los que mandan de verdad, te van a echar. Como a Berlusconi, te quedan breves, y como él, no podrás decir que no tuviste una inmejorable oportunidad, que mayorías como la que tienes, pocos las consiguen. Total, ¿para qué?, para tener miedo de todo y no atreverse a decidir.
Podría equivocarme ¡Ojalá no!, por el bien de España y de los españoles de bien.
A Dios Mariano ¡cómprate otra bicicleta! Bienvenida al gobierno, Espe.
¡Ah! Si no he acertado y nadie ha contado con la Espe, que sirva como idea para esos capitostes rapiñeros, por si la quieren aprovechar y hacer algo por los pobres españoles, que andamos bastante necesitados. ¡Ya se sabe! "El que se acuesta con hambre... con pan sueña". Eso me debe estar pasando a mí.
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