lunes, 24 de septiembre de 2012

Se quieren cargar la nación española y parece que van en serio.-


La pasada semana ha sido de gran preocupación para todos aquellos que nos sentimos españoles. El nacionalismo ha dado un paso hacia adelante promoviendo la independencia de Cataluña. Nada extraño por otra parte, dados los antecedentes y las expectativas que les dio el Presidente anterior, el extraño Zapatero, que les regaló la reforma del Estatuto Catalán en perjuicio de la Constitución Española. Ni se lo creían.

Los que conocemos los entresijos de la historia y sabemos leer entre líneas en los acontecimientos históricos podemos deducir:

“Que nuestros enemigos, los viejos enemigos de España, están consumando su venganza”.

Pero, ¿quiénes son nuestros enemigos?, y ¿de qué se tienen que vengar? Iremos desgranando lo que podamos.

Nuestros enemigos vienen de lejos, hay quien eleva la fecha de la enemistad al 711 e incluso antes, con las guerras de religión, aunque pasarán a ser enemigos irreconciliables en 1492, con las expulsiones. Que no, que es imposible ¡Ojalá lo fuera! Pero desde entonces, cada vez que flaqueamos, ahí están para ayudarnos a caer o impedir que nos levantemos.

La última decisión dramática aconteció en los años 30 del pasado siglo, cuando alguien, asentada la revolución marxista en Rusia gracias a la 1ª Guerra Mundial, desde la sombra, decidió que la República Española se convirtiera al marxismo estalinista, para coger a Europa en una pinza. El enemigo no era Europa en sí, era la iglesia Católica y las naciones que aceptaban su dominio, que eran vistas por los que se consideran amos del mundo, como un impedimento al avance e implantación del comunismo y del ateísmo que apadrinaban. Estas naciones (Italia principalmente) intentaron superar la situación a través del fascismo, que era un socialismo con raíces cristianas. El fascismo que surge en Italia pronto tuvo sus réplicas en muchas naciones, no sólo europeas, y en cada nación tomó su propia forma.

España, tras la revolución de Asturias, unos meses de desórdenes y falta de Estado de Derecho con el Frente Popular, los nacionalismos emergentes, y una guerra civil de 3 años, pudo evitar el experimento marxista. Pero ese enfrentamiento entre comunismo y fascismo no tardaría en enfrentar a Europa.

Habrá quien piense que no tengo ni idea, pues, analizando la naturaleza de los contendientes de la 2ª Guerra Mundial, dirá que los comunistas y las democracias anglosajonas luchaban en el mismo bando. Tendrá razón, pero yo voy más allá: también luchaban en el mismo bando la Rusia zarista, Francia e Inglaterra en la 1ª Guerra Mundial y mira lo que hicieron sus aliados por el Zar cuando se lo cargaron los comunistas. El comunismo fue un experimento que pusieron en marcha esos que trabajan desde la sombra con financiación ilimitada, y que están en condiciones de dominar el mundo, manejando a grupos humanos, organizaciones y naciones enteras en su exclusivo provecho. En ese momento los señores de la historia entendieron que capitalismo y marxismo, plantas que comparten las mismas raíces, debían ir de la mano para acabar con el enemigo común: el fascismo y lo que representaba. Tiempo tendrían de demostrar cada uno por su lado la bondad o maldad de su receta en perjuicio de la otra, a la hora de dominar a los hombres, que es de lo que tratan estos experimentos.

La Iglesia que favoreció el fascismo saldría sin duda trastocada en este negocio. Aunque, vencido el fascismo, siga en pié, de hecho, tras la Segunda Guerra Mundial, ha perdido su autonomía y es una organización doblegada a los intereses de esos hombres que cultivan el secreto. No hay más que ver la sumisión de los Papas y la mansedumbre de sus reformados cánones. Hoy el Papa no se molesta en disimular gestos en los saludos, gestos que delatan su condición ajena a la Iglesia a la que representa.

Pues bien, esos enemigos no perdonan a nuestro país que sus planes se vinieran abajo en el año 39, añadiendo un desprecio más a su alforja. Es cierto que en los años de la dictadura no se mostraron agresivos, quizás porque el dictador supo ganar tiempo a su irremediable venganza, con gestos de protección a los suyos -que agradecieron- y con la apertura del país a su religión y a sus gentes.

Pero los tiempos de fortaleza han pasado, llegando años de vacas flacas. Esa oportunidad la facilitaron estos y otros enemigos -enemigos nos sobran-, que permitieron que fracasara la sucesión de Aznar, facilitando la llegada de Zapatero, para traer la ruina de España. Y es que hay que ser muy tonto para pensar que Zapatero es una casualidad de la historia. Es imposible hacer tanto daño a una nación, salvo que las equivocaciones sean premeditadas. Arruinada y debilitada España, tenían que surgir las reivindicaciones nacionalistas, como tenían que surgir las reivindicaciones marroquíes que se están dando por Perejil, Alborán, Ceuta y Melilla.

La ruina no ha venido sola, como no vino solo el atentado del 11M. Todo lo han propiciado los enemigos de España.

Siendo cierto todo lo anterior, hay que reconocer con tristeza que los viejos enemigos que tan poco nos favorecen y que tanto han odiado a nuestros antecesores y a nosotros mismos, con razón o sin ella, no son los peores. Nuestros peores enemigos no son externos, son nuestros propios políticos, nacionalistas o no, socialistas o populares, y nosotros mismos, que teniendo tantos motivos, todavía no los hemos echado sin contemplaciones (no me refiero a apalearlos, sino votando a la contra, votando a partidos que hoy por hoy son minoritarios pero que dan buena imagen y aparentan limpieza). Todos ellos cedieron el poder a los nacionalistas, fundamentalmente la educación y los dineros; todos ellos han consentido que en Cataluña se incumplieran las leyes y las sentencias que reconocían a los padres el derecho a que sus hijos fueran educados en Español; todos han dejado que engañaran y envenenaran a varias generaciones de jóvenes, con mentiras sobre España y los españoles. Gracias a sus torpezas, los que hace 30 años cabían en un taxi, hoy son cientos de miles. Lo mismo de Cataluña sirve para las provincias vascas y para otras regiones de España como la comunidad valenciana, gallega y mallorquina, donde se niega a la población la educación de sus hijos en español.

Con tanta desgracia, uno no puede más que dar crédito a los que piensan que hay un plan para deshacer España. Así lo reconocen algunos, cuando afirman, que hay un experimento en marcha que busca convertir a España en una sociedad sin valores. La falta de valores va de la mano de una mala enseñanza, y ésta es un hecho. Recuperar esa enseñanza llevará muchos años y no se si habrá tiempo para que las próximas generaciones de españoles recuperen el cerebro.

Por eso no nos queda otra que echar a los nacionalistas de las instituciones que manejan, suspendiendo las autonomías ya, y propiciando una reforma drástica del Estado. Pero no será así, los que nos gobiernan son nuestros peores enemigos, y así como las cortes franquistas no dudaron en hacerse el harakiri por el bien de España, estos no lo van a hacer. Piensan demasiado en ellos mismos. A esto hay que añadir la sospechosa circunstancia de que Zapatero sea miembro de una logia masónica irregular y la no menos sospechosa circunstancia de que Rajoy haya podido ingresar en la masonería, como pago para poder subir al poder. Su estancia en Mejico hace pensar a algunos que pudo ser así. La masonería es una organización mundial diversificada en varias obediencias que no es ajena al poder con mayúsculas. 

Con semejantes enemigos internos, para qué preocuparnos de los otros, de la masonería de siempre, le basta con dejarnos hacer, que entre todos mataremos a España y ella sola morirá. Los políticos nos pondrán la cabeza caliente y los bolsillos vacíos sin necesidad de maquinaciones externas. Por eso no gastemos más saliva y directamente...

ECHÉMOLOS SIN CONTEMPLACIONES y sigamos viviendo en paz, que ni los catalanes son tan malos, ni el resto de españoles somos tan buenos. Lo mismo vale para el resto.

EL DÍA 12 DE OCTUBRE, TODOS A LA PLAZA DE CATALUÑA A REIVINDICAR LA ESPAÑOLIDAD DE CATALUÑA Y LA CATALINIDAD DE ESPAÑA.

Para el que no vive en Cataluña: ¿no tienes ningún familiar o amigo en Cataluña? Para el que vive en Cataluña: ¿No tienes ningún familiar o amigo en el resto del país?

¿Entonces... por qué estamos discutiendo?, ¿vamos a crear fronteras infranqueables para que durante muchos años los padres no puedan ver a sus hijos o viceversa? 


1 comentario:

  1. Mi petición de ir a la Plaza de Cataluña a reivindicar la españolidad de esa región de España, junto con la petición de mucha gente en los pocos medios de comunicación que defienden a España, ha sido un éxito. Aunque mi blog tiene muy pocos lectores, puse mi granito de arena.

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