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Las herramientas que han
ido diseñando a lo largo de los siglos los dirigentes de este pueblo para
conseguir una victoria final contra nosotros han sido grandes organizaciones
pseudo religiosas, que, respaldadas por un poder económico ilimitado, se han
infiltrado y han manipulado a las élites de todas las sociedades humanas,
alcanzando desde hace dos siglos un poder incuestionable. Siendo esto evidente, no se entendería su éxito sin tener en cuenta que son maestros en manejar el tiempo y la memoria, y también, que no se dan nunca por vencidos. Al marcarles los objetivos su Señor, a través de sus sacerdotes, que para el caso es lo mismo, no les importa conseguir sus objetivos pasadas varias generaciones. Siempre hay alguien manejando los hilos hasta conseguirlo. Por el contrario, sus enemigos o las organizaciones que ambicionan poseer, con el transcurrir de los años, quiebran sus defensas: la muerte se lleva a sus líderes y no hay quien mantenga los objetivos a largo plazo. Eso sucede cuando los echan de alguna organización, que al final vuelven a entrar y consiguen recuperarla (no importa si en los intentos el puñal o el veneno actúa contra ellos, es cuestión de disfrazarse mejor), o cuando llevan a cabo alguna venganza por afrentas recibidas, que tarde o temprano la ejecutan en los hijos, en los nietos o en los biznietos del que la causó: normalmente estirpes de reyes y reinos.
- La Iglesia Católica es obra y herramienta suya, pues fueron ellos los que, a través de un tal Saulo, convirtieron en religión la doctrina de un galileo, que sólo quería limpiar la religión de sus padres y ser un buen judío; después, fueron ellos los que la han poseído entre los siglos V y XIV, manipulando a los cristianos y a sus conciencias a través de Papas amparados por la diversidad benedictina, y aunque a partir del siglo XIV se vieron obligados a abandonarla, por la acción inquisitorial de Franciscanos y Dominicos que los persiguieron, han vuelto a apoderarse de ella.
En estos momentos, son muchas las organizaciones religiosas de la propia Iglesia de Roma las que intentan conseguir o mantenerse en el poder de la Iglesia para beneficio de estas élites, y que van, desde los Jesuitas hasta el Opus Dei (las dos más conocidas). Estas órdenes trabajaban por encargo, en el objetivo, aparentemente inocuo, de reunificar a todas las iglesias cristianas. Pero no es un objetivo inocente: reunificándolas, se cargan definitivamente a la Iglesia de Roma, que así quedará totalmente satanizada. Benedicto XVI –el nombre no es casual haciendo referencia a los benedictinos- saludaba a reconocidos masones con el saludo de los Hijos de la Viuda, que son los masones, dejando en nada los cánones que castigaban con la excomunión la pertenencia de los católicos a la masonería. Mal lo tiene el actual Papa para limpiar la Curia, si es ese su objetivo, pues no son hombres corrientes con los que trata, pues son representantes de grupos de poder que mandan en todo el orbe y en todos los sectores económicos del planeta. Pero no será así: Francisco I, cuando fue coronado Papa, también saludó al mundo desde el balcón del Vaticano, poniendo su mano derecha cerrada sobre el corazón. Tranquilizó así a sus amos, la Iglesia que él presidía sería obediente. Y es que los poderes de la Tierra no son ajenos a las organizaciones con poder real sobre los hombres, sean de la creencia que sean. La mayor dificultad la tienen con los musulmanes, cuyas autoridades religiosas carecen de organigramas y estructuras jerárquicas de las que apoderarse, pero el cristianismo y los cristianos, con una estructura imperial, siempre ha sido para ellos pan comido.
En estos momentos, son muchas las organizaciones religiosas de la propia Iglesia de Roma las que intentan conseguir o mantenerse en el poder de la Iglesia para beneficio de estas élites, y que van, desde los Jesuitas hasta el Opus Dei (las dos más conocidas). Estas órdenes trabajaban por encargo, en el objetivo, aparentemente inocuo, de reunificar a todas las iglesias cristianas. Pero no es un objetivo inocente: reunificándolas, se cargan definitivamente a la Iglesia de Roma, que así quedará totalmente satanizada. Benedicto XVI –el nombre no es casual haciendo referencia a los benedictinos- saludaba a reconocidos masones con el saludo de los Hijos de la Viuda, que son los masones, dejando en nada los cánones que castigaban con la excomunión la pertenencia de los católicos a la masonería. Mal lo tiene el actual Papa para limpiar la Curia, si es ese su objetivo, pues no son hombres corrientes con los que trata, pues son representantes de grupos de poder que mandan en todo el orbe y en todos los sectores económicos del planeta. Pero no será así: Francisco I, cuando fue coronado Papa, también saludó al mundo desde el balcón del Vaticano, poniendo su mano derecha cerrada sobre el corazón. Tranquilizó así a sus amos, la Iglesia que él presidía sería obediente. Y es que los poderes de la Tierra no son ajenos a las organizaciones con poder real sobre los hombres, sean de la creencia que sean. La mayor dificultad la tienen con los musulmanes, cuyas autoridades religiosas carecen de organigramas y estructuras jerárquicas de las que apoderarse, pero el cristianismo y los cristianos, con una estructura imperial, siempre ha sido para ellos pan comido.
- En los últimos siglos, la herramienta que han utilizado para cambiar las estructuras de poder en el mundo ha sido la masonería en sus
diversas manifestaciones. Las diversas organizaciones masónicas les han permitido apoderarse de reinos y naciones sin destaparse, pues, en esas organizaciones, sólo los altos
dirigentes son conocedores de la dependencia jerárquica con las élites del Pueblo Elegido, siendo también hombres afines, por supuesto.
Los demás, intentando medrar, juegan con la novedad y con el misterio, mientras
creen que apoyando a los hermanos, trabajaban por imponer la democracia, la
cultura y la paz en el mundo. Evolucionan, pero absolutamente dirigidos, y aunque algunos estén engañados en la búsqueda de grandes sueños, la mayoría se dedican a medrar socialmente.
Unos pocos afines o elegidos recibirán el poder, siempre a cambio de obediencia, y por supuesto,
abonando todos la cuota de ingreso, pagando puntual y religiosamente las mensualidades establecidas, los
ascensos, el óvolo de la viuda -comidas aparte-, etc. Los engañan, pero les cobran por ello: la mayoría se deja, pues saben que pertenecer a tan exclusivo club no es gratis: http://masoneria-mi-experiencia.blogspot.com.es/2007/07/captulo-ii-bussines.html
- Desde el final de la
Segunda Guerra Mundial, estos Poderes en la Sombra son obedecidos por los
gobiernos más importantes del planeta sin rechistar, y no dudan en poner sus
armas y sus ejércitos a las órdenes de estas élites que sirven al alhaja que
nos esclaviza en este mundo: Inglaterra con su imperio y también los USA, Japón
y toda Europa, pero también les obedecen Rusia y China, entre otros países. Sus
enfrentamientos sólo son discusiones amañadas, como los cachorros cuando juegan
a morder. No ha habido ningún enfrentamiento serio entre ellos después de la
Segunda Guerra Mundial, por mucho que en las diversas guerras unos y otros apoyen
a bandos contrarios o hayan intentado hacernos creer que la llamada Guerra Fría
iba en serio. Simple estrategia de negocio. No es casual tampoco la vista gorda
que todas estas naciones practican, cuando sus amos se embarcan en conflictos,
en cualquier parte del globo.
La realidad es que, desde
su pirámide de poder, han ido torciendo la voluntad de las naciones,
financiando e imponiendo nuevos valores al resto de los hombres:
- La imposición paulatina del aborto en el mundo, al que de hecho se
le pinta desde la OMS y desde otras organizaciones internacionales como un
derecho de la mujer y un avance hacia la modernidad de la sociedad, cuando es otro
claro retroceso, que provoca cada año millones de víctimas entre los seres más
indefensos, asesinados por algunos médicos, que no dudan en romper su juramento hipocrático,
con el consentimiento de sus propias madres. Todos colaboran al envejecimiento
de la población en las naciones más desarrolladas y al debilitamiento de las demás. Ese derecho de la mujer se convierte, cuando lo ejerce, en un
remordimiento que le acompañará durante años.
- La generalización del consumo de drogas en el mundo, que por un
lado se combate, y por otro lado se fomenta. Estos hábitos de consumo colaboran
en la destrucción de los valores de la sociedad que los admite, y también, a la
destrucción moral y física de los jóvenes, de las familias y de las naciones
donde anida. No puede ser casual, que sabiendo que las drogas llevan a los consumidores a padecer inmunodeficiencia, se hayan inventado el SIDA, lo hayan asociado al VIH, que no tiene nada que ver con el SIDA, y a todo aquel que le encuentran VIH, le ponen un tratamiento, a base de AZT, y lo matan. Un verdadero holocausto, el que están llevando a cabo con esa escusa.
- La paz, a la que se la pinta como un valor fundamental en las
sociedades modernas, en realidad, convierte a las sociedades que la asumen en
organizaciones manipulables, incapaces de defenderse de quien ataca a sus
valores. La sociedad pacifista se debilita y es incapaz de liberarse.
Curiosamente, los mismos que predican la paz como valor se la saltan a su
conveniencia. Los hombres, apresados en el bienestar, no somos capaces de
defender nuestros valores recurriendo a la guerra. Tememos perder ese bienestar
del que disfrutamos. El afeminamiento creciente que padecemos condiciona sin
duda las decisiones de nuestros dirigentes que, progresivamente, obedecen a los sentimientos de una sociedad
con los valores cambiados y no a razones frías o argumentos basados en la
conveniencia social y en el interés de las futuras generaciones.
A punto de perder la
libertad, sólo la vuelta a los valores tradicionales puede salvarnos del poder
que nos gobierna, y no precisamente desde la sombra, que cada vez están más al
descubierto, aunque nos ridiculicen a los que destapamos su existencia,
tildándonos de conspiratorios para desacreditarnos. El fomento de la homosexualidad
en ese sentido no ayuda a la civilización humana: en lo femenino predomina el
sentimiento sobre la razón, mientras en lo masculino los sentimientos,
existiendo, quedan en un segundo plano. Los planes de estas gentes se ven
favorecidos por la pérdida de la virilidad que promueven en los hombres, y la
pérdida de feminidad en las mujeres: por eso impulsan la indefinición sexual
sobre la claridad y la definición de sexos, financiando grupos de presión que impulsan
la modificación de las leyes en este sentido. Estas gentes ven en
la feminidad de los hombres una clave profetizada, un jalón más en
la consecución de sus objetivos. Seguramente, les alienta comprobar que esos
objetivos se cumplen y que su Dios destruirá de nuevo a los pueblos que fomenten el ideal sodomita y lo exhiban. Muchos, engañados, confunden ya la
aceptación de la homosexualidad con el progreso de la humanidad, favoreciendo
su expansión, cuando el único progreso real que se produce es el de nuestros
enemigos, que medrarán cuando esta civilización actúe con el corazón en lugar
de hacerlo con la cabeza y nos destruya. Eso debilitará aún más la voluntad de los pocos
gobernantes que no estén en su obediencia, a la hora de tomar decisiones
importantes.
En un mundo de engaño,
donde lo evidente suele ser falso, lo de creer y tener fe nos termina
perjudicando. Nos suelen
tomar por tontos y es que lo somos, además de señoritos complicados, de sexo indefinido. Dejemos los hombres la feminidad para las mujeres, que saben lucirla y
no permitamos que otros conviertan a nuestras mujeres en varones. La igualdad
del matrimonio con la unión homosexual es una afrenta, lo mismo que el aborto no es ningún
derecho, ni es progreso, que sería un infanticidio si no lo hubieran suprimido del
Código Penal: podemos retorcer las cosas
lo que queramos, que el cuerpo humano sólo es materia, pero si entramos por el
camino en el que todo está permitido, no seamos hipócritas diciendo:
este crimen está bien porque es un aborto practicado por un médico, y este otro mal, porque ya ha nacido y lo ha cometido su madre. El crimen es crimen, como el
hombre ha de ser hombre, y la mujer mujer. Que no nos confundan. Los homosexuales tienen derecho al respeto de los demás y a llenar su vida de sentimientos, relaciones personales incluidas, sin que por ello tenga que verse perjudicado el matrimonio tradicional.
Nos jugamos el futuro y el
partido lo van ganando los de la lejía pero, ¿por qué asegurar que estas gentes
conspiran contra el resto de los hombres? Por que desde hace miles de años, los
que se han posicionado como enemigos nuestros siguen considerándose hermanos y
distintos al resto de los hombres, medrando en astucia, riqueza y poder. Un caso
único en el mundo.
Nuestro problema es que no
estamos organizados como lo están ellos para conseguir lo que se proponen cueste el tiempo que cueste; nuestro problema es que no nos hemos infiltrado en su
sociedad engañando a sus élites para que formen parte de nuestras
organizaciones, cambiándoles el pensamiento; porque no hemos comprado con oro a
sus dirigentes; no hemos pervertido a su sociedad, acabando con sus
costumbres y creencias; sus familias siguen funcionando con el rol del
hombre separado del rol de la mujer; sus hijos pueden crecer mamando de sus
madres los ejemplos acumulados en muchos siglos… Que cuando Tito y Adriano
pudieron solucionar el problema, desperdigaron su semilla pensando que así
acababan con ellos, sin darse cuenta, estaban sembrando otras tierras con
la semilla de los sacerdotes de Egipto, de Fenicia y de Cartago: la ciudad enemiga de Roma, que adoraba a un extraño dios, cuyos sacerdotes llevaban a cabo sacrificios humanos de inocentes. Aquellos sacerdotes de Fenicia y de Cartago buscaron cobijo en pueblos vecinos, y los encontraron.
¿Bastará con que los
desenmascaremos? Aunque el problema en una aldea global es que no hay donde
esconderse, saben que estamos desorganizados, y aunque los desenmascaremos, no
nos temen. Es más, nos tienen prohibido cuestionar sus interpretaciones de la historia, al haber
conseguido por extrañas presiones a nuestros gobernantes, que nuestros propios
códigos penales castiguen con la cárcel el negar su versión de la historia. Tal es su
dominio sobre nosotros y tal nuestra tremenda debilidad, traicionados por
nuestros propios gobernantes. Bien podría ser, que una de las razones por las
que no nos han rescatado en esta crisis como a Grecia, tenga que ver con esta afirmación. Y ha pasado desapercibido. Tienen poder con mayúsculas y lo utilizan aprovechando la debilidad del contrario.
Para evitar el destino como humanidad, debemos reconocer las principales debilidades que
padecemos y nuestras fortalezas, si es que somos capaces de organizarnos
mínimamente. Como lo de organizarnos es imposible, porque nunca sabremos con quién estamos tratando, y como es imposible que acabemos por medios violentos con su dominio, habría que abandonar el modo de vida que nos hemos dejado
imponer para formar grupos de resistencia pasiva que resulten imposibles de
controlar, por muchos años:
- Una buena medida sería que grupos de ciudadanos, aisladamente
o en grupos, dejaran las ciudades para
volver al campo o a la vida trashumante,
y vivir de sus ganados y de sus cosechas, conservando los excedentes en lugar de comercializarlos. Y que lo hicieran convencidos del porqué de su
sacrificio, transmitiendo a sus hijos la razón de su cambio de vida. Algunos lo están haciendo espontáneamente sin conocer la razón, una
razón de defensa frente a nuestros enemigos. Si en este mundo no somos libres,
la tierra también ata, lo mismo que el ganado, que todo esclaviza, pero al
menos, nadie controla y manipula desde fuera y en su favor nuestro modo de
vida.
- En ese sentido, utilizarían el dinero que pudieran tener para comprar el ganado y las
tierras, reconstruyendo aldeas en ruinas; volviendo después al trueque, e
intentando vivir del propio trabajo en una economía de autosuficiencia que
precise del dinero sólo para pagar impuestos, para que no tengan ocasión de
embargar las tierras. Intentando ser autónomos, energéticamente hablando,
para disfrutar de algunas de las comodidades consideradas imprescindibles,
hasta que dejemos de necesitarlas.
- En las aldeas, evitar a los religiosos, sospechosos siempre de
manipulación en favor de nuestros enemigos, y también, a los medios de comunicación de masas que fortalecen esta
cultura de dominación, creando problemas artificiales, como la presente crisis
mundial, que ha sido generada expresamente para debilitarnos. Para que no
puedan utilizar su tecnología de localización, ni vigilar lo que decimos, es bueno prescindir de los teléfonos móviles. Hay otros modos para estar
localizados.
A veces, en la fortaleza
está la debilidad: ¿qué les ocurriría si rechazáramos el dinero que los hace
tan poderosos y éste pasara a ser simple papel, que es lo que es? Que perderían
su poder. Pero es difícil: por eso nos tenemos que aislar de ese mundo
artificial que nos han hecho asumir como propio. Entre otras cosas, se les echarían a perder sus extraordinarios excedentes alimentarios.
Aislándonos, perdemos
la atención médica de la que disfrutamos, pero, guardando las medidas de
higiene y una vida sana, nos libramos de su ponzoñosa medicina nuclear y
química, que hace que nuestra sociedad pague a sus industrias farmacéuticas
ingentes cantidades de dinero para, en lugar de curarnos, convertirnos en
enfermos crónicos antes de matarnos. Y como morir tenemos que morir, por mucho
que nos hagan creer que vamos a vivir más de 100 años, cambiando el modo de
vida que nos han impuesto, podemos ser más libres de lo que somos, aunque
vivamos menos tiempo.
Al menos, no llevarán a
nuestra juventud por caminos equivocados; podremos casarnos los hombres con la
mujeres, con el fin de tener compañía a lo largo de la vida y cuidarnos
mutuamente (no se perseguirá por eso a quien elija otro tipo de pareja, pero sí
a quien intente cargarse a nuestras viejas instituciones para imponernos sus desviaciones); aceptaremos a los
hijos que decidamos tener o que vengan, como unos compañeros de viaje a los que
hay que cuidar y proteger hasta que sean autónomos, educándoles en los valores
heredados, para que sean conscientes de que este mundo no les pertenece, ni siquiera el propio cuerpo, que es un simple vehículo, materia que pertenece a este mundo y en este mundo quedará, que lo importante es el
ser espiritual que llevamos dentro, que es ajeno a la materia. En este mundo
somos esclavos de unas élites que nos manipulan y del Señor al que sirven, y
cuanto antes lo asimilen nuestros pequeños mejor para ellos. Otras enseñanzas
trascendentes no harán sino distraerlos con cuentos y mentiras de la única verdad
que han de asimilar: la que los hará libres.
Esa es la verdad, una
verdad, que cuando es conocida y asumida nos hace libres realmente, aunque esa
libertad la alcancemos al morir -no antes- momento en el que nos alejaremos de
este mundo de engaño, ajeno al verdadero Dios, sin que nada ni nadie pueda
detenernos. Nada que ver esta libertad con la libertad sexual que nos ofrecen,
que en realidad nos esclaviza a una vida sin sentido, o a parejas estériles, si
es hombre con hombre y mujer con mujer; nada que ver tampoco con la liberación
de la mujer, esclavizada a dos trabajos y alejada de su importante labor como sostén
de la familia y fuente de valores sociales… etc. Distracciones de nuestros
carceleros todas ellas, para alejarnos de nuestro verdadero interés: que es escapar.
Escapar es el verdadero interés
de unos presos que ignoran que lo son. Si además de eso se enteran de que están presos porque son ellos los que voluntaria o pasivamente se han metido en la jaula…
y que si se quieren ir... nadie les puede detener…
Simplemente nos engañan y nuestros carceleros, siguiendo las instrucciones de los servidores de ese dios esclavista, harán cualquier cosa para que sigamos engañados. Por eso temen a la
verdad, por eso los vigilantes controlan toda la información en la Red, por eso cuando aparece en la red
la palabra Sinarquía le hacen seguimiento. Por eso este artículo, desde que
salió, ha tenido tantas visitas de Rusia y USA, escrito como está en español. Extraño, ¿no? Vigilan algunas palabras que tienen como estratégicas, estén escritas en chino o en árabe maltés.
El Gran Hermano nos vigila desde el ojo que todo lo ve, desde la pirámide del Dolar, desde la FED, desde la CIA, desde los servicios secretos rusos, desde el MI6, desde el MOSAD. Desde el ojo trasero de la Chingada.
¿Conspiraciones? La conspiración es la mentira habitual en la que vivimos los hombres.
¿Conspiraciones? La conspiración es la mentira habitual en la que vivimos los hombres.
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