martes, 29 de junio de 2010

Estatuto Catalán y cabreo nacionalista

Parece que la sentencia del Tribunal Constitucional no satisface a nadie. A mí tampoco. Los porkis nacionalistas andan cabreados promoviendo manifestaciones de la mano de un cordobés, que para más INRI, tiene nombre de vino, cara de cura y horchata en las venas. Están, como si les hubieran agredido y después violado por la gatera, y eso que les han tocado los jamones, los lomos, los chorizos y las longanizas y a los demás nos han dejado el tocino de hacer jabón.

Están siempre cabreados, como si pagaran ellos la merienda, llevando como llevan 30 añós comiéndose la nata de la leche: la crem de la crem se les ha dado para que sonrían un poco los alumnos pujoleros. Somos el resto de los españoles los que estamos financiando sus necesidades y caprichos para que puedan vivir como canónigos, llevándose -eso sí- sus buenos porcentajes.

Terminaremos mal con este tripartito o cutripartito. Que busquen financiación en otra parte; y si no la encuentran, que se dediquen a trabajar en lugar de tocar los cataplines; que nos dejen en paz con sus milongas. No quieren saber nada de nosotros, pero pedir si que piden. Yo no les debo nada y el resto de España tampoco.

Si, como dicen, hay muchos catalanes que quieren seguir siendo españoles, tendrán que empezar a hacerse notar. Les regalo una idea gratis: podrían acudir a las manifestaciones que han convocado sus nacional-socialistas y tirarles tomates, pepinos, calabazas y todo tipo de hortalizas y frutas pringosas.

El que algo quiere, algo le cuesta.

sábado, 26 de junio de 2010

¿Es el cáncer nuestro peor enemigo?

En mi entorno son varias las víctimas que ha causado. Las últimas van sobreviviendo entre sesiones de radio y quimio; las anteriores, pasaron por el mismo trago hasta que no pudieron más y la morfina se las llevó.

¡Qué futuro tan negro!

Ya no nos morimos de enfermedades corrientes como antes: decrepitud, apoplejía, pulmonía secreta, bronquitis, garrotillo, enterocolitis, fiebre tifoidea, gripe, sarampión, disentería, tuberculosis, parto, laringitis, tosferina, cólico miserere, etc. En nuestro tiempo, la muerte ha perdido su amplio abanico de posibilidades y se limita a aplicarnos las tres ces (C.C.C.): Cáncer, Corazón y Carretera. Nuestros bisabuelos no sabían de qué iban a morir; nosotros tampoco, pero casi podemos hacer apuestas de trilero, que acertamos.

Uno mismo desea ser de los pocos afortunados que tienen una muerte dulce, de esos que amanecen fríos y dan el último disgusto a su familia; tampoco está mal morirse rodeado de los seres queridos, que ven como te vas apagando sin ningún dolor, pero de pronto mejoras, y te da tiempo a despedirte: sin rencores ni reproches, dando bendiciones y recibiendo el cariño de todos, entre lágrimas y disimulos.

Mucho pedir es eso en estos tiempos, que en cuanto te sientes malito, te vas corriendo o te llevan a un hospital. Allí ya no eres tú el que decide: todos se empeñan en sacarte adelante, que la cosa esta muy mala y hay que seguir pagando la hipoteca, el préstamo del coche, la TV tridimensional, etc.

Si sabemos que tenemos que morir ¡Qué más da hacerlo antes o después! Aferrarse a este mundo con tanta fuerza no es normal, pero nos han educado a vivir de espaldas a la muerte, pensando que la vida lo es todo. La higiene y la buena alimentación, con la ayuda de la medicina, han hecho posible que pasen los años para la masa proletaria y tengan una salud envidiable a los ochenta años o más. Eso ayuda a que el engaño se perfeccione y nos sintamos eternos; sólo tenemos en cuenta el cuerpo, sin reflexionar demasiado sobre nuestro futuro, que no está en este mundo. Aquí se quedará ese cuerpo indestructible, que se pudrirá más pronto que tarde y terminará desapareciendo irremediablemente.

Sabiendo que eso ha de pasar, ¿por qué nos empeñamos en vivir como si fuéramos a permanecer siempre en este mundo? –las palabras “NUNCA” y “SIEMPRE” deberían desaparecer de nuestro lenguaje-, ¿por qué intentamos apoderarnos de una parcelita de este mundo y hacerla nuestra? Mi casa, mi piso, mi finca, mi huerto, mi dinero, mis joyas…: mío, mío, mío. Los indios americanos tampoco entendían a los colonos europeos, que se empeñaban en apoderarse de la tierra. Los indios estaban más evolucionados espiritualmente, que los europeos, sabiendo que su Espíritu no era de este mundo y que nada de este mundo podías llevarte contigo al morir. Creían que los colonos europeos estaban locos: no se puede poseer el aire, ni el agua que fluye, lo más, están un tiempo con nosotros y vuelven a la naturaleza. Aquellos europeos y nosotros mismos seguimos creyendo en el gran engaño, somos seres dormidos, engañados: creemos que somos dueños de la tierra cuando es ella la que nos posee a nosotros y nos esclaviza. No nos dejes caer en la tentación dice el Padre Nuestro. Esa es la tentación, poseer el mundo. Pero, ¿para qué lo quieres?: si no te vas a quedar, ¿te lo puedes llevar contigo? Agua que se escurre entre los dedos, aire que vuelve al aire.

Volviendo al cáncer. La palabra cáncer sigue tomándose como una sentencia de muerte, y aunque los índices de supervivencia para los enfermos de cáncer hayan mejorado mucho, en la sociedad no terminamos de acostumbrarnos a aceptar esa enfermedad como una más. Suelen ser los mismos enfermos los que sacan fuerzas de flaqueza para animar a los suyos, diciéndoles que el cáncer se puede curar y que ellos van a salir. Y es cierto, pero, lamentablemente para ellos, el camino que tienen que pasar es un campo minado.

El cáncer siempre ha existido: bien, pasaba desapercibido o no alcanzábamos a vivir lo suficiente para llegar a sufrirlo, que eran muchas las enfermedades que acosaban al ser humano. Pero hoy es una forma de muerte cruel, que conlleva un largo periodo de sufrimiento y dolor para los enfermos, salgan o no adelante; ese sufrimiento es mayor, en general, que el sufrimiento de los accidentados en carretera o cuando se padece un problema cardiaco. Pero el daño para nosotros viene por no aceptar nuestra medicina al cáncer como lo que es: en una gran parte de los casos, la consecuencia física de una enfermedad del Espíritu. Que hay excepciones, las hay y muchas, pero el mecanismo parece ser siempre el mismo. Lógicamente, si viene de un envenenamiento por el tabaco u otra causa, no se va a curar tan fácilmente, pero si tiene su origen en una desilusión o en un gran disgusto, podrá curarse de la misma manera que vino, pero al revés: cuando se supere el disgusto y nuestro Espíritu recobre la alegría, el tumor remitirá solo. Lamentablemente, en muchos casos, los duros tratamientos a los que se somete al enfermo harán imposible la curación natural.

No quiero continuar. Clikear en el título y empaparos leyendo. Si después creéis o no... Da que pensar en quiénes son nuestros verdaderos enemigos, desde luego, el cáncer, aunque nadie lo desee, no lo es.

miércoles, 23 de junio de 2010

¿Qué es una ONG?

¿Que qué es una ONG?
Un amigo muy quemao contestaba a esta pregunta diciendo, que una ONG era un señor o una señora que salía en la tele por Navidad, intentando convencernos de que le diéramos dinero para salvar a todos los niños del mundo y que luego desaparecía con la pasta.
Su prueba del nueve era la cantidad de organizaciones procesadas o en vías de investigación, por quedarse con el dinero recibido, alguna de ellas de muchas campanillas (si pinchas con doble click en el título de este artículo podrás leer otro artículo de investigación que deja con el culo al aire a muchas ONGs.).
Yo conservo la carta manuscrita que, como agradecimiento, me envió el P. Jesuita Javier Olazabal, fundador de Anesvad, una organización que luchaba contra la lepra en Culión (Filipinas) y la venció. A su muerte, Anesvad cayó en otras manos. Sin duda, El P. Olazabal procuraba el mejor destino a las limosnas y donaciones que recibía. ¡Qué gran hombre! La prueba de que en este infierno hay santos. ¡Claro!, alrededor de los santos revolotean los demonios.
Desde aquellos años en los que la Iglesia y la Cruz Roja tenían el monopolio de las cuestaciones, con aquellas huchas con cabeza de negrito y las jodidas banderitas que terminaban clavándose en la chicha, ha llovido lo suyo. Hoy, las huchas de los negritos han desaparecido y las banderitas se han quedado en simples pegatinas y en billetes de lotería. Pero la costumbre de pedir, no os preocupéis, no ha desaparecido: no sólo sigue pidiendo la Iglesia y la Cruz Roja, ahora pide hasta el Kiko.
Mi amigo llevaba bastante razón, que a río revuelto… Ahora nos dan su número de cuenta o nos piden la nuestra para que nos dé vergüenza darles unos céntimos y les soltemos algún billete; otros van más allá con la excusa de que aprovechemos los beneficios fiscales de una cuota, que se convierte en donación ¡qué decir de algunas organizaciones que viven del dinero público! Habrá pocas organizaciones políticas en este país y también sindicales que no tengan una parte de su organigrama dedicado a estos menesteres o sus propias ONGs: unas a nivel nacional, otras a nivel autonómico, a nivel provincial –vía diputaciones- y otras a nivel local. Nos hemos convertido en el país de las ONGs. Todas ellas disputándose, no sólo el bolsillo de los humildes ciudadanos, también a las grandes empresas, que terminan aburridas creando sus propias fundaciones para dirigir ellas mismas el destino de sus ayudas y al propio Estado, que simula ser hermanita de la caridad. Como setas, surgen las organizaciones de caridad, a la hora de hacerse cargo del dinero ajeno en estos menesteres. Hasta piden para los cubanos. ¿No tendrán bastante dinero aún los Castro? Sabemos que a los cubanos lo único que les llega es la necesidad. Hasta el ejército se ha convertido en una ONG más, como si tuviera que penar por su pasado, antes de ser aceptado por la progresía inconsecuente. Hoy lo dedican a llevar ayudas por el mundo, en lugar de dedicarlo a lo que les es propio, la defensa de nuestro país. Luego nos quejaremos si entra el moro y nos pone a todos mirando hacia la Meca.
La pregunta del millón: ¿Cuánta parte del dinero recaudado por estas organizaciones pseudo oficiales y políticas llega a los "negritos", "amarillos", "rojitos" y "aceitunados" necesitados? Nunca lo sabremos. Aún recuerdo la extrañeza de algunos dirigentes nicaragüenses ante unas ayudas gubernamentales españolas desconocidas para ellos. ¡Claro!, al no haberlas recibido, las reclamaban; mientras, los de Asuntos Exteriores miraban para otro lado con disimulada inquietud.
Pero en este mundillo de intereses también hay una parte buena. Al otro lado, médicos, enfermeras, farmacéuticos, oculistas, etc., unen sus esfuerzos con ilusión, sacrificio, ganas y recursos limitados. Cada uno en su parcela, luchando contra la necesidad de los desfavorecidos, del llamado Tercer Mundo.
Si se cumple el dicho "Que... de la necesidad virtud", también de la necesidad surge la picaresca: hay empresas que se han especializado en buscar y recaudar fondos para algunas ONGs. En plan industrial: con objetivos y jalones, balances etc. No se yo... Eficaz será, pero... entra el interés con demasiado peso, en un terreno, de por sí, lleno de pícaros.
¡Qué jodido es el dinero y el ansia y qué mala es la necesidad! Ahora que las vacas flacas atacan a nuestro país con toda la cornamenta, con 4 millones y medio de parados mal contados a la baja, más los invisibles autónomos que han perdido su negocio y los jubilados que se quedan sin sustento por ayudar a sus hijos a pagar las hipotecas, muchas de estas organizaciones se han puesto de perfil: parece ser que lo suyo son los terremotos, los tsunamis y las grandes catástrofes en general, que permiten recaudar importantes recursos; lo pequeño y local parece que no es de su competencia. Entendemos, que no necesitamos la acción de ONGs médicas y de otras especialidades para solventar nuestra crisis económica doméstica, pero otras, si podían ayudar con los fondos que reciben, no siempre de forma justificada y cuyo destino es claramente opaco.
Ellos sabrán: a nosotros nos sirve para saber quién es quién en esta selva de egoísmos, quién arrima el hombro y quién se guarda de dar. Tras dos años de catástrofe económica, se ha visto muy claro. Ya sabemos quien está evitando el deterioro social en España, ayudando a las personas sin recursos. Nos guste o no, la que más colabora en reparar las heridas que provoca el paro es nuestra Iglesia Católica, la de siempre, esa organización tan atacada por los progres de pacotilla y sus organizaciones es la que está ayudando a nuestra sociedad. La labor que hace con sus comedores, el reparto de alimentos a las familias, ayudas para alquileres, etc. nos está salvando al resto de los ciudadanos de una explosión de inseguridad y de violencia. Quizás en el pasado, del dinero recaudado para los negritos solo llegaban a las misiones casullas y artilugios para hacer misa, pero algo ha cambiado en esta Iglesia, que tan cerca está de los necesitados.
¡Claro! Su labor es posible gracias a mucha gente generosa, consciente de la gravedad de la situación. Pero de poco o nada serviría esa generosidad, si esas aportaciones no llegaran a su destino como están llegando. Aún están esperando las víctimas del último terremoto del Perú a que su gobierno les ayude a reconstruir sus casas. Cuando las ayudas recibidas por los gobiernos no llegan a sus necesitados, una grave enfermedad padece esa sociedad. Por eso, muchas empresas y organizaciones gestionan directamente la ayuda o recurren a Cáritas.
Lo siento si alguien se ofende, pero yo me voy a acercar a la Hermandad del Refugio y poner mi granito de arena apostando por su labor, pero también hay muchas instituciones con comedores abiertos, que os recibirán con alegría: tanto si vais a donar, como si necesitáis comer. A las otras ONGs, analizarlas a fondo antes de darles un solo Euro.

lunes, 21 de junio de 2010

LA BOLSA, UN JUEGO SIN SENTIDO COMÚN

La bolsa sube y baja y sus movimientos siempre encuentran explicación a posteriori. Cuando el economista de turno se encuentra en un aprieto, termina diciendo que la bolsa lo está contabilizando o descontando. Por todo ello, querido lector, considera que la bolsa es como la ruleta de la suerte: puedes ganar o perder, sabiendo, que no se entra en ella para perder y que casi nadie está libre de riesgos. Digo casi, porque siempre hay quien juega sobre seguro, aprovechando información privilegiada.

El otro día me encontré con el anuncio de un cursillo en el que podías aprender a jugar en bolsa. La mayoría de los comentarios –se supone de gente que habitualmente practica este juego de riesgo- entendía que era una manera de sacarles los cuartos a los pardillos que se apuntaran. Yo era de la misma opinión.

En estos momentos, nuestra bolsa es más juego de riesgo que en otros, pues la economía española está como está: bordeando la ruina. Por eso, si la bolsa sube, no te lo explicas. Tendría que estar en movimientos cortos, rectando por el suelo como las culebras. Pero, ¿tiene explicación? Claro que la tiene: nuestro IBEX está compuesto por valores que tienen gran parte de su negocio fuera y les va bien -otra cosa es el Mercado Continuo-; se dice que los bajistas han provocado sobre venta y ahora tienen que comprar de forma obligada. Seguro que sí, aunque es un poco tarde para aceptar esta versión, que hace dos semanas recompraron barato para devolver las acciones alquiladas. También sabemos, que fuera de la bolsa, los bajos intereses dan pocas oportunidades a los ahorradores, pero tampoco es nada nuevo. Lo cierto es que hay manos fuertes dispuestas a hinchar un poco el IBEX para atraer nuevos pececillos, aprovechando cualquier noticia. Humildemente creo, que más pronto que tarde, esas manos venderán sus valores, encerrando en la red a las madrillas, que no podrán salir sin grandes pérdidas.

Que no desesperen si eso ocurre: la verdadera oportunidad en bolsa vendrá cuando ZP diga que se marcha o lo echen. Lamentablemente, para poder aprovechar la subida en cohete que se producirá habrá que estar dentro. Consejo: si no estáis, ir entrando en bolsa aprovechando las bajadas de aquellos valores que dan buenos dividendos, no antes. Cuando corra el rumor sobre la marcha del sujeto en cuestión, la bolsa subirá como la espuma, pues significará que la verdadera crisis de este país la habremos superado.

¿Acertaré en algo? Ni idea: la bolsa es caprichosa y va por libre. Ahora mismo, sin mayores motivos, lleva una semana subiendo. ¿Estará descontando algo?, ¿algún rumor acaso?

martes, 8 de junio de 2010

Huelga de funcionarios o cierre patronal

Hoy, día 8 de junio de 2010, estaba convocada una huelga de funcionarios. Hasta ahí, todo correcto. Paso por una oficina de correos, y cuál es mi sorpresa, al encontrarla con la persiana bajada, en horario de atención al público. Eso sí, había un cartelito en el que avisaban que la oficina estaría cerrada al público a causa de la huelga.

Me vinieron a la cabeza dos preguntas: la primera, ¿si había convocada una huelga o un cierre patronal? y la segunda, ¿si no habían puesto servicios mínimos?

Después, pasé por un centro cívico: ese lugar donde van a jugar a las cartas los ancianos, tienen guardería para niños, dan clases los adultos en la Universidad Popular y hay varios bedeles en un mostrador, cerca de la puerta, dando cabezadas o jugando a marcianitos en el ordenador. Pues bien, puerta cerrada y cartelito en la puerta.

Nuevas cuestiones: si yo fuera funcionario y no pudiera entrar a trabajar en día de huelga por estar cerrado el centro de trabajo, me negaría a que me descontaran un solo euro.

¡Claro! Así es fácil decir que la repercusión de la huelga es de un 75% y a la vez de un 10%.

En esta huelga, la colaboración del empresario (gobierno) y de los sindicatos es evidente. Con los edificios cerrados, los funcionarios, aunque quieran, no pueden ir trabajar y está claro que esos edificios han sido cerrados por orden de las diversas administraciones del Estado. Es como si quisieran lavar la imagen de los nuevos sindicatos verticales, que han estado y están apoyando a ese mismo gobierno. Por eso, les está facilitando que haya abultadas cifras de huelguistas, aunque luego, serán muy pocos a los que se les descuente la huelga.

Si yo fuera funcionario, no hubiera respaldado esta huelga, pues la han convocado unos sindicatos que no han hecho nada para evitar la bajada de salarios de los funcionarios. La tendrían que haber convocado antes de que el Consejo de Ministros aprobara la bajada de salarios. Entonces se habría visto intención reivindicativa, ahora es un lavado de cara.

Como contribuyente, sé que los funcionarios ganan poco y que tenían que ganar más, pero también sé que hay demasiados funcionarios que han entrado a golpe de dedo del político de turno, y que no tenía que haber Autonomías, ni tanto derroche de los partidos que gobiernan el Estado, esas Autonomías y esos Ayuntamientos, que se gastan nuestro dinero en asesores políticos y emisoras de radio y televisión innecesarias. Son recursos públicos que acaban creando pesebres de votos con el dinero de todos, cuando ese dinero haría falta guardarlo o invertirlo en algo de mayor utilidad. Si no tuviéramos un Estado con más de 3 millones de funcionarios y un montón de miles de políticos y sindicalistas que no dan un palo al agua, también nuestros problemas serían otros, pero mucho menores.

Este gobierno nos las está haciendo muy gordas y va a acabar mal. Sea como sea, espero, por nuestro bien, que sea pronto.

¡Ah! Este paripé no ha sido una huelga, en muchos sitios, pues no he visto todos, ha sido un cierre patronal.