Hoy, día 8 de junio de 2010, estaba convocada una huelga de funcionarios. Hasta ahí, todo correcto. Paso por una oficina de correos, y cuál es mi sorpresa, al encontrarla con la persiana bajada, en horario de atención al público. Eso sí, había un cartelito en el que avisaban que la oficina estaría cerrada al público a causa de la huelga.
Me vinieron a la cabeza dos preguntas: la primera, ¿si había convocada una huelga o un cierre patronal? y la segunda, ¿si no habían puesto servicios mínimos?
Después, pasé por un centro cívico: ese lugar donde van a jugar a las cartas los ancianos, tienen guardería para niños, dan clases los adultos en la Universidad Popular y hay varios bedeles en un mostrador, cerca de la puerta, dando cabezadas o jugando a marcianitos en el ordenador. Pues bien, puerta cerrada y cartelito en la puerta.
Nuevas cuestiones: si yo fuera funcionario y no pudiera entrar a trabajar en día de huelga por estar cerrado el centro de trabajo, me negaría a que me descontaran un solo euro.
¡Claro! Así es fácil decir que la repercusión de la huelga es de un 75% y a la vez de un 10%.
En esta huelga, la colaboración del empresario (gobierno) y de los sindicatos es evidente. Con los edificios cerrados, los funcionarios, aunque quieran, no pueden ir trabajar y está claro que esos edificios han sido cerrados por orden de las diversas administraciones del Estado. Es como si quisieran lavar la imagen de los nuevos sindicatos verticales, que han estado y están apoyando a ese mismo gobierno. Por eso, les está facilitando que haya abultadas cifras de huelguistas, aunque luego, serán muy pocos a los que se les descuente la huelga.
Si yo fuera funcionario, no hubiera respaldado esta huelga, pues la han convocado unos sindicatos que no han hecho nada para evitar la bajada de salarios de los funcionarios. La tendrían que haber convocado antes de que el Consejo de Ministros aprobara la bajada de salarios. Entonces se habría visto intención reivindicativa, ahora es un lavado de cara.
Como contribuyente, sé que los funcionarios ganan poco y que tenían que ganar más, pero también sé que hay demasiados funcionarios que han entrado a golpe de dedo del político de turno, y que no tenía que haber Autonomías, ni tanto derroche de los partidos que gobiernan el Estado, esas Autonomías y esos Ayuntamientos, que se gastan nuestro dinero en asesores políticos y emisoras de radio y televisión innecesarias. Son recursos públicos que acaban creando pesebres de votos con el dinero de todos, cuando ese dinero haría falta guardarlo o invertirlo en algo de mayor utilidad. Si no tuviéramos un Estado con más de 3 millones de funcionarios y un montón de miles de políticos y sindicalistas que no dan un palo al agua, también nuestros problemas serían otros, pero mucho menores.
Este gobierno nos las está haciendo muy gordas y va a acabar mal. Sea como sea, espero, por nuestro bien, que sea pronto.
¡Ah! Este paripé no ha sido una huelga, en muchos sitios, pues no he visto todos, ha sido un cierre patronal.
Totalmente de acuerdo con lo que escribes
ResponderEliminarIdentificación plena 100% con tus ideas
Disfruto mucho leyendo tus artículos
Un saludo y sigue así.
Javier