domingo, 18 de abril de 2021

El significado profundo de las palabras, aplicado a esta locura. La importancia del lenguaje.-

 

Не знам дали заровете са от Амазоон

- “HACER CASO. La palabra CASO viene del latín “casus”, que significa suerte; es el participio de “cadere”, que se traduce en español, por caer y suceder. El origen de esa palabra es muy antiguo: procede de las lenguas arias indoeuropeas en las que aparece la expresión “kad”, que significa caer.

Ajustándonos al CASO. Si haces caso, tu futuro inmediato no dependerá de la suerte; en caso contrario, quedarás expuesto a lo que suceda, habrás echado los dados al aire, y será la diosa Fortuna (Tique, en la mitología griega) la que decida por ti.

Lo anterior sería correcto, si te movieras entre gentes que te quieren y están despiertas, pero hacer caso cuando están manipuladas, no será bueno para ti: es otro el que echa al aire tus dados, cuando no es necesario recurrir a la suerte. ”Del enemigo el consejo”... Nunca lo sigas.

- ¡CUIDA! ¡CUIDADO! ¡OJO! ¡EH! Las interjecciones apelan a los demás para que se fijen en lo que están haciendo. Están relacionadas con la anterior. ¡Cuida! es la más usada por los padres en la educación de los hijos, dada su inexperiencia, advirtiéndoles de los peligros para que no sufran daño. Se llaman ADVERTENCIASDecir a alguien una cosa de la que se deriva una consecuencia, para que esté atento, actúe con precaución o no se sorprenda.

Normalmente son los individuos con más experiencia, visión y conocimiento los que advierten a los demás para que estén atentos, no se pongan en peligro y no dependa su futuro inmediato de la suerte. Pero no es la regla: será el primero en advertir el peligro, sea quien sea y tenga la formación que tenga, el que avise a los demás para que puedan evitar ese peligro. “El que avisa no es traidor” se dice, y se dice bien. Los militares, desde siempre, se cuidan del peligro enemigo: centinelas, retenes, guardias, vanguardia, retaguardia, imaginarias, espías... A veces, resulta molesta la advertencia, pero nunca está demás, porque hasta el más avisado depende de sus sentidos y estos no son suficientes cuando la mente se concentra en otras cosas, pues comete errores.

- La consecuencia de hacer o no caso a las advertencias nos lleva a la palabra ESCARMENTAR, que significa aprender la lección, tras haber sufrido las consecuencias en cabeza propia o ver las consecuencias en otro, que no hizo caso a las advertencias (cabeza ajena).

El lío viene del hecho, de que es el tiempo el que destapa el error y sus consecuencias, una de las cuales puede ser, que no tengamos la posibilidad de escarmentar

- La suerte en sí favorece al “PRECAVIDO”, que es el que haciendo caso a las advertencias, toma medidas por adelantado para evitarse daños. 

Dios ayuda, al que se ayuda a sí mismo. Si nos adelantamos al porvenir con nuestras decisiones y con nuestros actos, es normal que los malos tiempos llamen a otras puertas y los pasemos sin daño (la fábula de la cigarra y la hormiga). 

- Dejando a un lado las acepciones propias de animales, REBAÑO también puede ser un grupo numeroso de personas, que se dejan llevar mansamente por las opiniones o los gustos de otras, especialmente, si carecen de carácter o personalidad propia.

Cuatro ojos ven más que dos, se dice, aunque el ganado a veces se espanta y termina en un precipicio, porque una oveja se asustó y los miles de ojos restantes del rebaño, sin ver nada, se pusieron a correr; o cuando gritan en un teatro ¡Fuego!, y todos corren siguiendo el instinto primario para salvarse, en lugar de salir de forma ordenada. Son peligrosas las masas que huyen y las avalanchas que provocan, cuando el pensamiento individual se apaga y es sustituido por el pensamiento colectivo.

Ese comportamiento de rebaño lo tenemos más incrustado de lo que creemos. En psicología se conoce muy bien los cambios que provoca el grupo en los individuos que lo componen, que llegan a comportarse de forma diferente a causa de su influencia. Y al contrario: hazte con el líder y controlarás al grupo, algo que tienen muy en cuenta las oficinas de recursos humanos en las empresas, cuando tienen buenos profesionales. Se evitan muchos conflictos.

En este momento histórico, unos pocos nos avisan, pero la mayoría no hace ni caso y continúan su alocada carrera hacia el abismo, influidos por el colectivo. ¿Cómo pueden confiar en mentirosos que manipulan a los grandes medios de comunicación, donde los únicos que hablan son sumisos al poder? Hoy dicen una cosa, mañana la contraria, pero la masa obedece, porque lo ordena el pastor o sus perros desde los telediarios. Ese comportamiento sólo lo explica la mentalidad de rebaño, y la necesidad de liderazgo.

Recuerdo un hecho al respecto que demuestra el instinto gregario del ser humano: en mi juventud, estaba esperando con otros muchos estudiantes a entrar en el aula magna de la Facultad de Derecho para hacer un examen. Alguien pasó, y la gente de un extremo se dirigió hacia las escaleras que llevan al piso de arriba, siguiendo a ese alguien, que ¡vete a saber dónde iba!; lo seguimos todos, pensando que nos repartirían por las aulas del primer piso para hacer el examen; pero atravesamos a lo largo el pasillo de arriba, y comenzamos a ser conscientes de que algo raro estaba pasando, cuando ese alguien desapareció, y terminamos bajando por las otras escaleras a la planta baja, aparcando nuestro nervioso cuerpo frente al aula magna. Estuvimos riéndonos de nosotros mismos por ese comportamiento propio de rebaño durante un buen rato. Lo curioso fue, que durante nuestro paseo, el catedrático y sus ayudantes habían abierto la puerta del aula encontrando el pasillo vacío de estudiantes; su sorpresa fue en aumento, cuando vieron llegar al rebaño completo por el extremo contrario a la cantina, sin pastor, y riéndose de algo. Eran listos, pero no entendían nada.

La corrompida democracia que padecemos hace hincapié en las masas, como si la opinión de muchos fuera la certera. No es así: una sola persona puede tener toda la razón, contra millones de opiniones que se le opongan (la verdad será la verdad, la diga Agamenón, su porquero o tú). Ten en cuenta, que nos dan a elegir un candidato entre los que ellos quieren (en el ellos me refiero a gentes oscuras e inmensamente ricas, que manejan a los políticos como marionetas y a la masa como a borregos). Ese líder no estará pensando en ti a la hora de tomar la mejor decisión, estará pensando en cumplir las órdenes de quien lo ha sentado allí, que no eres tú. Por lo tanto, ni es tu líder, ni te representa, es amigo de tu enemigo. No sigas sus órdenes ni sus consejos.

RESUMIENDO, para que tu futuro no dependa de la suerte:

- ¡Haz caso!... a tus seres queridos, si están despiertos y no los han abducido. Sino ¡Cuidado con ellos!, que, por tu bien, te llevarán al matadero.

- ¡Atento a los avisos!

- ¡Sé precavido siempre!

- No permitas que apaguen tu pensamiento individual. No eres una oveja que necesite seguir al rebaño, aunque vivas en una colectividad. No hagas nada porque lo aconsejen en la tele. Los de la tele no son tu familia, les pagan para aparentarlo, y ya te he dicho, que tu familia no siempre es de fiar.

Te aconsejo (a riesgo de estar equivocado), que no corras a inyectarte, que los que se la juegan para avisar nos dicen, que además de llevar componentes incomprensibles, esas dosis pueden modificar tu ADN y eso es irreversible. Y si es irreversible, no tendrás oportunidad de escarmentar. ¡Espera!, ¡sé cuidadoso!

Si ya te has inyectado, piensa que estás en manos de la diosa Fortuna, una diosa caprichosa que favorece siempre a los precavidos; a los otros, los favorece cuando ella quiere. Pero no quiero terminar este artículo sin esperanza: aprovecha tu tiempo para arreglar tus cosas, y reza, para que algún alma de Dios haya colado entre las dosis un placebo y te haya tocado a ti. Si por el contrario te dio fiebre, entraste en el mundo de la INCERTIDUMBRE, que en relación a la vida, es la situación natural en la que estamos todos, pero en tu caso, más agravada.



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