domingo, 25 de enero de 2009

El tal Wayomi parece un sapo asustado

El otro día zapeando, que no zapateando, vi en la 6ª al tal Wayomi, comparando al periodista e historiador don Cesar Vidal con un panda. ¡Triste cosa, buscar defectos físicos en tus semejantes para hacer reír a los necios! Y más triste todavía, cuando lo hace un supuesto humorista, al que se le supone ingenio, recursos y guionistas que le escriban gracias menos chuscas.
Sin duda, que al señor Vidal le gustaría tener mejor aspecto, pero ¿qué va a hacer el hombre? Él no es responsable ni de sus genes, y seguramente que tampoco lo es de su salud; como tampoco lo es usted de tener ojos de sapo; con un gesto, que parece que lo hubieran pillado in fraganti y quisiera convencer con los ojos al policía de que ha sido sin querer. Sé que caigo en lo predico, pero le vendrá bien cobrar con la misma moneda para que se dé cuenta de su falta ¡Lo siento por usted!
Sólo cuando no tienes respeto a las personas, ni argumentos que oponer al contrario, buscas la comparación grotesca, para que cuatro asensados rían la gracieta que se queda en mofa.
No se canse Wayomi: sus méritos y los de Cesar Vidal son incomparables. Para empezar, él tiene nombre y apellidos; aparte, tiene dignidad y expresa opiniones propias; usted por el contrario, aparenta ser un pícaro con ínfulas de listillo, pero, al rascarle un poco, se destapa en usted el uniforme de lacayo que insulta por encargo.
De todas maneras, siendo el panda y el sapo dos animalitos dignos de respeto, me quedo con el panda. Lo siento por el sapo: admiro su labor y no le haré ningún daño, pero siempre me ha dado un poquito de prevención.

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