jueves, 22 de enero de 2009

Wilson es un héroe

Hace veinte años, un amigo entró en la tienda de alimentación de su calle y sorprendió a un atracador que estaba amedrentando a los dueños; sin pensarlo, se abalanzó sobre él y lo redujo, golpeándole la cabeza contra el mostrador.
Cuando llegó la policía, les dijo, que el caco se había asustado y que en la huida tropezó y se golpeó en la cabeza. Los tenderos lo confirmaron. Uno de los policías se sonrió y se llevaron al caco, pero les dijo: "Si hubieran dicho que lo habían golpeado, hubieran tenido problemas".
Así se ha ido conformando la opinión pública en un país donde los delincuentes son intocables, y a los que hay que tratar con un cuidado exquisito, mientras nos roban y nos asesinan. La policía tampoco es ajena a este problema, que en cualquier detención sufren la denuncia de los delincuentes al menor rasguño o grito y suelen ser exquisitos en el trato al delincuente.
Wilson es un héroe porque se atrevió a golpear con una herramienta de hierro a un individuo que estaba clavándole el cuchillo a una mujer mientras la gente, en lugar de ayudarle, escapaba.
Los Wilson vienen de países donde se las tienen que arreglar solos para defenderse de los delincuentes y aun de la policía, cuya imagen no es nada buena. En este caso, harán una excepción con él y seguramente no le pedirán cuentas por las lesiones que haya causado al homicida, porque los delitos de género tienen una catalogación especial para los medios de comunicación, que son los que crean opinión en nuestro país.
Tienen que venir de fuera los Wilson para poner en evidencia nuestras carencias, y hacernos entender que con los delincuentes no se puede tener contemplaciones, si no queremos que la calle se convierta en una selva. Que debemos respetar y dar mayor margen de maniobra a nuestra policía, atada de pies y manos por leyes, jueces, medios de comunicación, y también por los cives, que en muchas ocasiones abuchean a los policías cuando, en nombre del Estado, ejercen el monopolio de la violencia.
Sin un margen de confianza, la policía se reprime y es en perjuicio de todos. No podemos depender de un Wilson espontáneo que arriesgue su vida para evitar un delito. Los cives debemos asumir la situación y no permitir jamás el delito, arriesgando nuestra vida si es necesario hasta que la policía aparezca, en la confianza de que viene en nuestra ayuda. Los delincuentes son valientes porque saben de la cobardía de los ciudadanos y la mansedumbre de la policía. Eso puede cambiar si los López, los Jiménez y los García asumimos nuestra responsabilidad, y hacemos frente a los delincuentes hasta que aparezca la policía, como lo hizo Wilson, en lugar de echar a correr.
Los políticos por su parte, harían bien en devolver a la policía sus poderes, que hay una gran distancia entre el uso de la fuerza y el abuso de poder. Es mejor que la policía utilice la fuerza para reprimir los delitos, que lo hagan los López o los Wilson porque no hay policía. Y es triste saber, que muchos delincuentes vienen a nuestro país, porque les han dicho que aquí la policía no pega y los trata bien.
Gracias Wilson: sin duda, mereces la medalla al valor, pero quiero que sepas, que el país al que has venido a vivir, que fue capaz de conquistar América, hoy es un corral de gallinas.

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