jueves, 19 de marzo de 2009

Quién está detrás del movimiento independentista vasco

Algunas diligencias policiales, además de descubrir al autor material del delito, tienen como dificultad añadida descubrir también a los que han hecho el encargo (inductores o autores intelectuales se les llama). Como es normal, no suele haber relación directa con el autor material del delito o es dificilísimo de probar. En el movimiento independentista vasco ocurre lo mismo: se achaca su autoría intelectual al inefable fundador del Partido Nacionalista Vasco, Sabino Arana Goiri, pero don Sabino sólo es un hombre de paja; detrás de su controvertida figura se oculta una organización que recogió la idea nacionalista, la mantuvo y financió, la impulsó y la seguirá impulsando generación tras generación, hasta conseguir su objetivo: Una nación, para un hombre que murió hace varios siglos. No importa el sufrimiento que pueda causar esa idea en los hombres vivos.

Si el movimiento independentista vasco hubiera dependido de la figura y obra de Sabino Arana, no hubiera alcanzado nuestra época. La vida de este hombre fue muy corta (1865-1903) y su conflictiva obra tuvo poca trascendencia. Han sido otros los que han impulsado desde la sombra el independentismo vasco; en ese impulso, la figura y la obra de Sabino Arana es un mero adorno. Lo mismo ha ocurrido con el Marxismo: sin los poderes políticos y económicos que lo impulsaron, y sin la URSS y su ideología expansionista, no se hubieran producido focos de infección comunistas en todo el mundo; y es que, sin un impulso interesado de los poderosos, la obra de Marx, como la de Sabino, o la misma doctrina de Lutero, se habrían perdido quemadas como combustible de una estufa, o serían un libro más descansando en polvorientos anaqueles.

Esa cabeza, con la finalidad de ocultar sus actividades en favor de una nación vasca que nunca existió, ha creado otras organizaciones afines que impulsan el independentismo desde diversos frentes de batalla, intentando a la vez, convencer a los vascos para que les den su apoyo: partidos políticos diversos y aparentemente opuestos, que de más a menos, aceptan el juego político formal; organizaciones ciudadanas dependientes; sindicatos infiltrados; ramas militares más o menos secretas que tienen encomendada la labor de desestabilizar a la sociedad española en general y a la vasca en particular, para romper su cohesión con atentados, extorsiones y secuestros. Todas sirven para el mismo fin: conseguir el objetivo independentista, ocultando al cerebro de la trama. No pensemos que ese cerebro es una personalidad secreta, que no lo es: se desenvuelve a la luz del día con toda normalidad entre los hombres, aunque oculta estas actividades y no tiene empacho alguno en negarlas o en condenarlas. Las palabras no son importantes dentro del movimiento independentista vasco, donde reina la mentira y la traición hacia todo lo que les sea ajeno; son los hechos los que les delatan, porque siempre van en la misma dirección.

El símbolo más apropiado para describir el cuadro sería el de la Hidra de Lerna, que habría resucitado hace más de 40 años (un monstruo acuático de muchas cabezas que fue muerto por Hércules en su segundo trabajo. Hércules, con ser Hércules, tuvo que buscar ayuda para terminar con él: mientras cortaba las cabezas con una hoz, su sobrino Yolao quemaba los muñones para que no volvieran a reproducirse; además, como una de las cabezas era inmortal, tuvo que arrancarla, quemar el muñón y enterrarla, para poder terminar con el monstruo). También podemos representar el problema vasco en un desconocido anciano, obedecido por organizaciones de diversa condición dispuestas a todo; el terrible Viejo de la Montaña (Hasan-i Sabbah) servido por sus fieles hashishin, nombre del que viene la palabra "asesinos", con el que designaban a sus sicarios los enemigos del viejo canalla. El Viejo es la figura de una organización internacional poderosa y respetable; hasta el punto, de que muy pocos me creerían si la diera a conocer -otros se explicarían casi todo. Hasta hoy, muy pocos hemos intuido la verdadera identidad del monstruo. Digo pocos, porque alguno habrá. El tiempo no es obstáculo para este tipo de organizaciones donde los nuevos dirigentes asumen los objetivos de sus antecesores como valores irrenunciables y propios, por eso representan la eternidad en contraposición a la corta vida de los hombres.

Mientras el gobierno español no sepa quién es el verdadero enemigo, y se entretenga en discutir con nacionalistas de uno u otro signo y en apresar comandos de ETA o dialogar con sus dirigentes como hizo nuestro Presidente, estará dando palos de ciego y no avanzará ni un sólo paso. Nadie en su sano juicio negocia con un siervo, cuando existe el amo. Sólo podremos vencer al terrorismo vasco y terminar con la idea independentista, cuando se desenmascare al verdadero enemigo, a la cabeza que pasa por inmortal e impulsa el terrorismo y el independentismo; al viejo criminal que pasa por respetable. Esa cabeza es la que permite que las demás cabezas vuelvan a reproducirse.
Digo desenmascare porque el gobierno español no tiene capacidad para acabar con esa organización y enterrarla, salvo que pudiera infiltrarla y se hiciera con su gobierno o encontrase un aliado mucho más poderoso que quisiera colaborar en su destrucción. Eso, en la teoría sería posible; en la práctica no, pues haría falta otro Hércules dispuesto a todo, que no descansara hasta encontrar aliados poderosos dispuestos a enterrar a la Hidra de Lerna y a romper el prestigio del anciano canalla. Sus organizaciones lo conocen y aceptan su autoridad, pero desconocen los planes que tiene para esa idealizada nación vasca, que sólo existe en la cabeza de los tontos que imaginan luchar por ella; seguramente, que si intuyeran sus planes, dejarían de obedecerle y echarían a correr, pues en la idea de nación que tienen la Hidra y el Viejo de la Montaña sólo habrá esclavos.

El viejo canalla tampoco es quien dice ser, que oculta su verdadera identidad, como lo hace cualquier servidor del demonio que se precie, bajo un disfraz adecuado que le hace parecer santo.
No sería gratuito denunciar a la Hidra, por eso no la descubro, pero si se analizan las figuras de los actores nacionalistas conocidos y se ven las coincidencias, se pueden sacar muchas conclusiones.

Para los que en tres años de artículo no lo hayan descubierto, la cabeza de la hidra se esconde entre la clerigalla de la iglesia vasca. La manifestación en nuestro tiempo de los antiguos golen, seguidores de Baal Molok y ejecutores de sacrificios humanos en honor del que consideraban creador de este mundo. De sacrificios humanos seguimos hablando cuando nos referimos a las víctimas de su brazo armado: ETA.  ¿Vais imaginando quién dirige a esa clerigalla, que a su vez dirige al mundillo nacionalista que lo justifica todo y recoge las nueces? 

A ver cómo reacciona, ahora que sus protegidos han sido echados del poder, por conveniencia política de dos enemigos y rivales.

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