Cuando un rebaño no tiene pastor, seguirá a cualquier oveja, cabra o perro que se ponga a andar.
En este caso, ante un descontento generalizado sin encauzar, los propios causantes de la ruina de España han convocado a los suyos en las principales plazas de España para que reúnan allí a las ovejas descontentas y las conduzcan en la dirección que a ellos les conviene. Las ovejas se están dejando llevar.
¿A dónde las conducen? Ya sabemos a dónde conducen las revoluciones de las llamadas izquierdas: a la ruina; nos imaginamos también a dónde conduce el anarquismo: a la destrucción de la sociedad que conocemos y a la misma ruina.
No hay tiempo para lamentarnos de por qué en los últimos siete años el partido en la oposición no ha sido capaz de encauzar el descontento de la calle contra los zapateros que nos gobiernan. Ahora resulta que en esas concentraciones no hay ni una sola crítica dirigida al partido en el gobierno y ninguna bandera de España. Algunos dirán que hay críticas, pero es mentira: las críticas se generalizan hacia los dos grandes partidos, como si los dos tuvieran la misma responsabilidad en la ruina de España, como si los dos nos hubieran gobernado juntos. En una parte tienen razón, pues al no plantear la oposición mociones de censura al gobierno, al no canalizar en la calle sus reproches al gobierno encabezando a los descontentos, a los parados, a los autónomos y a los empresarios que han quebrado, a los pensionistas que no tienen para comer, a los que se han quedado sin piso, se ha hecho cómplice del desaguisado.
Ahora son otros los que dirigen a esa masa inconforme y la llevarán y nos llevarán a toda la sociedad española al totalitarismo y al desastre.
Aún es tiempo de dirigir a esos descontentos por el camino del sentido común, pero hay que hacerlo desde el mismo lunes. Salir a la calle, cercar pacíficamente las sedes socialistas, los ayuntamientos que aún gobiernen, las sedes autonómicas, las sedes gubernativas ¡Todas!, hasta que este individuo que ha destrozado a España y ha dividido a los españoles convoque elecciones y se marche. Que escape del país, que no lo queremos ver ni en pintura. Ya hemos podido comprobar que no pasa nada por incumplir las leyes. Incumplámoslas ocupando la calle en beneficio de España.
Pero si usted señor Rajoy no es capaz de hacerlo, deje paso a Esperanza Aguirre para que ella pueda salvar los muebles. España, en los últimos siete años, ha sufrido un terremoto fuera de escala. En cualquier momento se hunde y por su inacción nos cogerá a todos debajo.
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