martes, 10 de mayo de 2011

Los cubanos podrán ser turistas


Al enterarme de la noticia se me ocurrió que semejante información era una tomadura de pelo, pero no, podría ir en serio.

¿Así, que los cubanos pueden ser turistas sin tener que pagarles a los Castro? No me imagino una fila de cubanos pidiendo la visa en los consulados y embajadas de la Habana para conocer el mundo; antes al contrario, cuando se les pase el estupor, harán esa fila para ver si hay suerte y se pueden colar como turistas en cualquier país del mundo y quedarse a vivir en él, que la mayoría está hasta las cejas del régimen y tienen derecho a pensar en un futuro mejor. Pero no creo que les caiga esa breva gratis.

Para ser turista cubano hace falta tener dólares suficientes y ganas de viajar. ¿Quién tiene esa posibilidad en Cuba? los amigos del régimen y los que son invitados desde el exterior, que tienen que pasar por las horcas caudinas de la burocracia, pagar 400 dólares, y 50 dólares al mes por un máximo de 11 meses de estancia en el extranjero, so pena de confiscación de todos sus bienes si no vuelven.

Entonces, ¿para qué han ideado semejante ideota los Castro?, ¿para que viajen los del partido? No, esos viajan cuando quieren. Seguramente, los Castro, además de conseguir propaganda gratuita, o necesitan dinero, o les sobra gente, o las dos cosas.

Si el régimen necesita dinero, lo quieren sacar de los cubanos que viven fuera, que los de casa andan tiesos. Los cubanos del exilio no pondrán demasiados impedimentos para mandar a sus familiares el dinero para el viaje. Falta la segunda parte: el cubano que quiera viajar al extranjero, aunque le faciliten los trámites y no tenga que pagar los 400 dólares actuales, tendrá que seguir pagando, además del viaje, algo de mordida. Al precio actual, no deben haber muchas solicitudes de salida y están pensando en hacer rebajas.

También es posible que quieran descargar a la isla de gente joven, saben que muchos de los estrenados turistas no volverán, pero dejando familiares mayores necesitados, en cuanto les sea posible, enviarán remesas de dinero. Las remesas ya se sabe, con el tiempo van disminuyendo, pues los padres acaban muriendo o se los llevan los hijos lejos de Cuba, pagando los 400 dólares de marras. Por otra parte, a la gente hay que darle de comer y eso puede convertirse en un problema para el régimen castrista cuando baja el turismo y el mundo fuma menos habanos; además, la emigración disfrazada de turismo puede servir como bálbula de escape en caso de que la presión política contra el régimen aumente. En ese caso, los jóvenes son más peligrosos que los mayores, que ya están resignados.

Los hermanos Castro no dan nada; por no dar, no dan ni pena. Nunca entenderé cómo a algunos les hace tanta gracia los Castro, una familia que pasa por dirigentes comunistas, pero que sólo son delincuentes que ejercen de carceleros de su propio pueblo. Tampoco entenderé cómo los USA los consienten, aunque, viendo que comparten la estrella de sus banderas, uno puede imaginar que forman parta de la misma representación.

Échenlos de una vez con cajas destempladas; no esperen a que se los lleve el diablo.


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